23 Abr VOLUNTARIOS, HISTORIAS DETRÁS DE LA DEDICACIÓN
A lo largo de cada actividad, son muchas las historias que llegan a nosotros y que nos hacen estar cada día más orgullosos de nuestro trabajo en Olas Sin Barreras, con más motivación y ganas de seguir adelante, superándonos cada año y dando lo mejor que tenemos.
Empezaremos con un ejemplo que nos cautivó. Es la historia de una jovencísima Scout que lleva formando parte de dicha organización desde los 6 años. Como sabéis, los Scouts son jóvenes que se reúnen para disfrutar de su tiempo libre en la naturaleza pero también realizan labor de voluntariado. Por circunstancias que se escapan a su control, vive en un centro de acogida y lleva mucho tiempo teniendo que trasladarse de uno a otro, cambiando de colegio, de amigos y de compañeros de centro. Nos dice que
“Un Scout nunca deja las cosas a medias. Yo nunca abandono” y, con este mantra, se ha enfrentado cada día a esas circunstancias nuevas, a la tarea de hacer nuevos amigos y acomodarse a un entorno completamente distinto sin dejarse vencer por el miedo. Nos invita a “pensar como los Scouts e intentar ir siempre más allá de lo que se supone que es imposible”.
Así, no solamente los destinatarios traen consigo historias maravillosas de superación, también los voluntarios que forman parte de nuestro equipo son ejemplos del espíritu y el esfuerzo necesarios para hacer todo aquello que nos propongamos y que desde OSB intentamos transmitir. Uno de estos grandes ejemplos es el voluntario más joven de “Olas”. Se unió a nosotros tras haber participado en nuestras actividades como destinatario, a través de la asociación a la que pertenece junto a su hermano, quién tuvo cáncer siendo muy joven y encontró en este tipo de organizaciones un respiro a su situación. El joven voluntario nos explica, “estas personas, cada vez que se suben a una tabla, se están superando un poco más y, mientras ellos aprenden a hacer surf, yo aprendo mucho más de ellos, ya que son un gran ejemplo para todos”.
El surf es un deporte que, además de los beneficios físicos y psicológicos que os contamos en el pasado artículo, permite disfrutar intensamente del deporte y del aire libre a personas que, por su condición de salud, no pueden realizar otro tipo de actividades.
Por otro lado, como bien cuenta nuestro voluntario, no solamente esto ayuda a los destinatarios sino a quienes le rodean: su familia, sus amigos, a los que les gusta ver sonreír y disfrutar a sus seres queridos. Gente como él son un gran ejemplo para todos nosotros pues, a sus quince años, ha decidido compartir su tiempo y su alegría con aquellos que más lo necesitan, nos regala su sonrisa cada día y disfruta de lo que la naturaleza y los destinatarios pueden enseñarle.
Como sabéis, tratamos con personas en riesgo de exclusión social o con alguna discapacidad con el fin de conseguir romper las barreras sociales y físicas que a veces limitan las oportunidades de gran parte de la población.
Resulta extremadamente gratificante recibir de cada una de esas personas una sonrisa, una carcajada o incluso bonitas palabras llenas de emoción y significado.
En una ocasión, tras realizar unas actividades fuera de Gijón con un genial equipo de jóvenes, recibimos el email de una de las chicas que había participado: en él nos contaba lo importante que había sido nuestra visita para ella y lo que había cambiado su manera de enfocar la vida. Esta chica, impulsada por los valores que forman la base de OSB y que en cada actividad enfatizamos, decidió comenzar por lo más importante, aunque no por ello sencillo: sus hábitos alimenticios y deportivos.
Como os contamos en el anterior artículo, cuidar nuestro cuerpo es, obviamente, vital y debemos empezar por una dieta adecuada. Con esto, no nos referimos a perder peso, sino a comer correctamente, de manera equilibrada y acorde a unas rutinas saludables. Además acompañarlo de una práctica regular de ejercicio y eso fue lo que esta chica, tras conocer el surf y disfrutar enormemente en las actividades, decidió hacer. Sus palabras fueron que le habíamos “cambiado la vida” y no podéis imaginar la alegría que algo así nos causa.
Quienes realizáis algún voluntariado lo sabréis y los que aún no os habéis animado, quizá ha llegado el momento de probar, ¿no? ¡Estamos seguros de que será una experiencia muy positiva!
Esto también podrían confirmarlo algunos de nuestros voluntarios que, tras haber formado parte de alguna de las asociaciones que son destinatarias de nuestras actividades, pasaron a ser alma y arma de este ejército de sonrisas que es Olas Sin Barreras.
La satisfacción que proporciona el voluntariado es incomparable: pensad en un niño con autismo que tenga dificultad para comunicarse y al que ciertos entornos y sus estímulos puedan resultarle “agobiantes”. Dentro del agua hemos visto como “se transforma”; chilla de alegría, sonríe, se concentra en los beneficios que el mar le está proporcionando, en el contacto con la naturaleza y, de forma indirecta, con las personas que le están ayudando: los voluntarios, en una conexión especial. Nos vamos a poner un poco cursis pero es como si algo dentro de nosotros diera saltitos de alegría.
Por ello, en Olas Sin Barreras estamos muy agradecidos de poder continuar desarrollando nuestra labor con personas tan especiales a nuestro lado y, quién sabe, quizá un día también contigo. Muchas gracias por compartir con nosotros tantas grandes historias, enseñarnos tanto con todas ellas y conseguir cada vez más y más sonrisas que rompan barreras.
No Comments