26 Sep UN DÍA PERFECTO EN ERICEIRA
Son las 6 de la mañana y el sol está a punto de asomar. El parte dice que el viento noroeste saltará a media mañana. Por ello decidimos coger unos plátanos e irnos a surfear con la primera luz del día.
El parte marcaba un swell no muy grande y faltaban unas dos horas para la marea llena. Decidimos poner rumbo a Pedra Branca.
Cual fue nuestra sorpresa que nos encontramos solos, con un metro perfecto en esa ola izquierdas que se podía distinguir con la suave luz que había.
Rápidamente nos pusimos los trajes, metimos wax a nuestras tablas y saltamos al agua para ser los primeros en coger las olas. 45 minutos de baño hasta que más personas entraron en un pico que con 6 ya está lleno…
Felices, salimos del agua, hambrientos y listos para un gran desayuno.
Ya frescos tras un primer baño, ponemos rumbo a Boardriders, nos sentamos al sol de la mañana en una terraza desde la que podemos ver las olas y a la gente patinar…
Un gran bowl de açaí en un lugar así, ¿qué más se puede pedir?
Con la energía repuesta, y pensando en la próxima sesión, decidimos perdernos entre las calles serpenteantes del pueblo. Casas pequeñas, blancas y azules, todas iguales y con un toque diferente.
Visitando cada rincón, nos encontramos con una pequeña casa que resultó ser el museo local que explica la historia de Ericeira. Un museo digno de visitar, en el que saldrás conociendo un poco más sobre la maravillosa cultura de la pequeña “vila dos pescadores”.
Con un poco de historia aprendida, nos llega de nuevo la hora de pensar en surfing, en qué ola de la reserva iremos a surfear.
Nos sentamos en la famosa iglesia de Praia dos Pescadores, junto a los auténticos y viejos pescadores, que cada día se reúnen para jugar a las cartas en el mismo lugar.
Es ya la 1 de la tarde, miramos el parte de olas, la marea baja será pronto y el viento se levantó. ¿La mejor opción? La famosa Ribeira D´ilhas. Marea baja-subiendo y con viento, una ola de roca que aunque esté venteada, es divertida.
De nuevo, ponemos rumbo a la playa, trajes secos y tablas listas. Las olas están funcionando, la marea todavía está baja. Tenemos tiempo a surfear y por ello decidimos comer una tosta mixta en el Ribeira D´ilhas Surf Café. ¡Delicioso snack que nos dará energía para todo el baño!
Otra sesión para recordar, sin mucha gente y olas que se dejan maniobrar, incluso con viento.
¿A quién no le va a gustar este lugar?
Cansados de dos largas y buenas sesiones, decidimos poner rumbo a descansar para después disfrutar de la noche.
Unos de los mejores atardeceres en Ericeira se pueden contemplar desde el camino que lleva a Pedra Branca. ¡Tan solo necesitas coger un par de snacks y una cerveza para brindar el día que acabas de vivir!
Para acabar la noche, ponemos rumbo a las calles del centro del pueblo, a cenar el famoso prego en un lugar tradicional “O Lebre”, donde puedes elegir cómo lo quieres, simple, con huevo, completo… ¡todos son deliciosos y hechos con amor!
Son las 10 de la noche, es viernes y en la calle hay ambiente. Música en directo en la misma calle en la que estamos cenando… ¡ la fiesta continúa!
Tiki Bar, tubo bar… ¡lugares para los cocktails, acompañados de buena música!
Y, nosotros porque no teníamos más energía pero, si te sientes con ganas, a las 2 de la mañana abre la única y más antigua discoteca en Praia dos Pescadores: Ouriço.
¿Te animas?
Otra vez, ha sido un día increíble en un pequeño pueblo lleno de olas, cultura, buena comida y fiesta. ¿Qué más se puede pedir?
Texto @paulapaz Foto: @afonsotornelli
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