13 Abr TODO PLÁSTICO DEJA SU HUELLA…
Todo plástico deja su huella, y está en nuestras manos pararlo.
Para un momento y piensa cuando fue la última vez que fuiste a entrar al mar y no viste ni un solo trozo de plástico en la arena o en el pico. ¿Cuántas “medusas” del Caprabo flotando? ¿Cuántas botellas de Bezoya en la orilla?
Estamos rodeados de objetos fabricados con plástico continuamente. Desde el cepillo de dientes por la mañana, la bicicleta para ir al trabajo, los bolígrafos para escribir artículos sobre lo dañino que resulta el plástico… Todo es plástico. O prácticamente todo, pero vaya, lo que sí que es una verdad absoluta es que sería muy difícil imaginar la sociedad que conocemos hoy en día sin el plástico ¿no?
El problema es que esto no ha sido siempre así, todavía hay gente sobre la tierra que nació en un mundo sin plástico, o por lo menos en la época de su descubrimiento.
¿Cuáles son los cambios que ha experimentado la sociedad para ver un aumento de la producción de plástico tan brutal?
Todo comienza con el nacimiento del material en sí, lógicamente.
Hay varias versiones que explican el surgimiento del fenómeno plástico. La primera de todas es que en la industria de las bolas de billar (por aquel entonces hechas de marfil) se dieron cuenta de que con el ritmo de consumo que llevaban (500 toneladas cortas anuales), iban a acabar con los elefantes como especie. Esto hizo que se abrieran varias líneas de investigación para encontrar un material que pudiera sustituirlo, hasta que eventualmente, a comienzos de siglo XX, dieron con la gallina de los huevos de oro: el plástico.
Pronto todos los productos hasta entonces manufacturados en marfil fueron sustituidos por sus versiones plásticas. Los cepillos de dientes, los pedales de las bicicletas y los bolígrafos ya estaban siendo producidos en plástico, sin embargo, las playas y el mar todavía no conocían este material tan tóxico y era difícil encontrar bolsas de supermercado enganchadas en las ramas de los árboles de tu monte favorito.
¿Qué ha pasado desde entonces? y sobretodo ¿por qué?
Para responder a estas cuestiones es casi obligatorio hablar de las revoluciones industriales y del surgimiento de la producción en cadena. Con la revolución industrial inglesa nace un nuevo modelo de producción que simplifica la labor de cada operario y que tiene como principal beneficio la rapidez del ensamblaje del producto en cuestión. Necesitan materiales baratos para producir un número de unidades cada vez mayor y satisfacer una demanda que no deja de ver como el mercado se llenaba de objetos ya no premiaba tanto lo artesanal. Solución: el plástico.
La segunda razón por la que el mundo plástico vio un aumento tan radical a mitades de siglo XX fue sin duda el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Las fábricas que hasta ese momento se habían dedicado a producir material belicoso (armas, cascos, uniformes…) con materiales plásticos, vieron el final de la guerra como un gran interrogante que iba a afectar directamente a su supervivencia, ¿y ahora qué?
En ese momento es cuando empezaron a producir todo lo que la sociedad creía necesitar basándose obviamente en el nuevo material de moda. Era barato, tenía unos usos muy variados y nadie parecía contemplar el daño ecológico que suponía. De lanzagranadas a envases de perfumes, de cargadores de automáticas a piezas de construcción para bebés.
El mayor problema ecológico que supone este material es su tiempo de descomposición. Todo plástico fabricado en la historia del ser humano sigue existiendo.
Para que lo veáis puesto en contexto histórico: si Leonardo da Vinci hubiera bebido agua en botella de plástico cuando pintó la Mona Lisa porque tenía sed, la botella podría seguir flotando en el pico que surfeas a diario.
El segundo mayor problema que representa el uso desmesurado de este material, es que hay productos (vasos de plástico, por ejemplo) cuya vida útil es minúscula (5 minutos) comparada con la huella ecológica que deja en el planeta. Los expertos han llegado a afirmar que en el Pacífico se puede encontrar plástico que si es unido, supera en superficie a nuestro país vecino Francia. Está tan arraigado en el ecosistema que hasta se han encontrado pájaros con nidos hechos de plástico.
Además, este material no solamente es altamente dañino por su tiempo de descomposición. Las toxinas que suelta cuando se usa, la extracción de combustibles fósiles para producirlos, las emisiones a la atmósfera cuando se quema y el terrible impacto en la vida marina, son algunos de las consecuencias que conlleva el plástico.
¿Y qué podemos hacer?
Hombre pues está claro que quizás ponerte a recoger la playa cada vez que vas a surfear es un poco extremo, o intentar cambiar el modelo de producción adquirido por la sociedad capitalista hace cientos de años pues… también. Pero si por ejemplo, vas a hacer la compra con tu bolsa de casa, evitas comprar productos excesivamente envasados y eres consciente de cómo están afectando los productos que consumes a la vida que hay a tu alrededor y actúas consecuentemente, pues ya estás haciendo algo. Lo importante es no caer en la ignorancia y mucho menos en la pasividad.
Escultura con resto de plástico recogido del mar y playas. Escultor Robert Bradford.
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Posted at 16:11h, 13 abril@Surfers.Saving.Precious.Earth, Crucial Thanks !