01 Dic SURFTRIP EN BALI
Viajamos a la pequeña isla de Bali para descubrir cómo ha afectado la masificación del sector turístico al lugar.
Restaurantes internacionales, resorts de lujo, golfs, fiestas todos los días de la semana y todo lo que uno pueda imaginar a un precio muy competitivo. Una pequeña nota para dejar claro qué es y qué no es Bali.
¿Qué es y qué no es Bali?
Cuando piensas en Indonesia, es imposible no pensar en tubos, en motos, en lugares precarios alejados de la civilización y, en general, en unas condiciones de vida más bien básicas rodeado de lugareños humildes que se ganan la vida con lo que tienen. Pero cuando pensamos en Indonesia, muchos también pensamos en Bali. Es juntar esas cuatro letras y sentir la resaca del alcohol barato en la cabeza y el estómago y el olor a gasolina de las calles de Kuta.
ULU. from TomasHermes on Vimeo.
Bali es muy diferente. Bali es único. Al sur de Denpasar se encuentra la península de Bukit, que tiene una concentración de olas perfectas tan alta (la gran mayoría izquierdas), que se ha convertido en algo así como la Meca del surf.
Padang Padang, Uluwatu, Impossibles, Bingin, Balangan… son solo algunos de los breaks más mecánicos e idílicos del planeta y están todos a menos de 30 minutos en moto. Esto, sumado al Aeropuerto Internacional Ngurah Rai (DPS), hace que cada año la península de Bukit registre varios millones de turistas de todo el globo.
En Bali hay lugar para todos
Familias, parejas, ancianos, surfistas: en Bali hay lugar para todos. Puedes encontrar bares de todos los tipos y para todos los perfiles, restaurantes para todos los gustos y presupuestos, resorts de gran lujo con spa y campo de golf, discotecas con fiestas todos los días de la semana y barra libre, tiendas de surf con los últimos modelos y tecnologías y hasta tortilla de patatas y jamón ibérico. Bali lo tiene todo. Ajetreo y mamoneo si lo quieres, descanso y lujo si es tu movida, surf y playa por todos los lados y también templos budistas y lugares especiales para meditar para los más yogis.
Esta gran diversidad de servicios hace que el público de Bali sea super variado. Están los típicos máquinas austracas para pillar Padang de pie en el tubo, la familia europea que visita cada templo de la isla, la pareja americana de luna de miel o los alocados chilenos que quieren salir de fiesta todos los días de la semana y surfear Ulu’s al día siguiente. Es caótico, precioso, ajetreado, relajante, impactante e inigualable todo a la vez.
Recuerdo estar paseando por Poppies Lane, en Kuta, cuando se me acercó un local y me ofreció un “Ticket to the moon”, que tras un análisis exprés de la situación me di cuenta de que el tipo quería venderme Valium. Nota. Jamás aceptar drogas de desconocidos en países en los que la policía es tan corrupta. Si aceptas, podrías verte en la cárcel durante años. El caso es que un Starbucks, un Burger King, un tipo ofreciendo Valium, un Pizza Hut y una discoteca de 5 pisos con barra libre todo en las mismas cuatro manzanas, terminan recordándote a occidente en su versión más consumista, superficial, fugaz y por que no decirlo: divertida.
Bali es diferente, muy diferente. Pero si tienes claro qué es y qué no es Bali, podrás disfrutar de tus vacaciones mucho más.
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