28 Jun SURFEANDO LAS CALLES DE MELBOURNE
Patinando por la cuidad, llegué hasta una empinada calle decorada con luces y adornos por las vísperas de Navidad y símbolos del Oriente que me daban la bienvenida al barrio Chino. Con emoción por recorrer una de las calles más largas que había visto en ese día, sin autos alrededor, comencé el descenso con mi pequeño skate de la vieja escuela.
Doblando hacia un lado y el otro dibujando una especia de zig zag, podía imaginar que el asfalto se convertía en agua bajo mis pies y los edificios desaparecían siendo ese momento único de naturaleza y yo surfeando el concreto. Como en una especia de trance que duraba el tiempo que me tomaba hacer la bajada, unos pocos segundos.
Al finalizar, volví a ver la ciudad y las personas que habitaban en ella. Uno de ellos se me acercó y pensado que a lo mejor iba a tener alguna queja, me dijo “tengo una marca de skates en México, ¿Querrías patinar uno de ellos y sacarte fotos?”…en ese instante otro de mis sueños se cumplía, tener un sponsor por unos días.
Así comenzó el tour por la ciudad de Melbourne. Con un mapa, un lápiz para marcar lo recorrido y mi skate, fiel compañero de viajes, fui recorriendo toda la CBD (Central Business District).
Poco solían gustarme las grandes ciudades, pero cuando se trata de arte en las calles con graffitis en paredes y edificios diseñados por grandes artistas, tiene una mirada diferente.
Crucé extensos parques con lagunas y aves de todas las especies, largos puentes que conectan un lado de la ciudad con otro y los estadios más impactantes donde se juega el Australian Open de tenis. Por las noches los bares temáticos adquirían protagonismo y el tributo a la banda de Rock Australiana ACDC, sonaba en “The Cherry Bar”.
Pasada una semana, con mi gran amigo y Fotógrafo Eri, nos iniciamos en la búsqueda de la famosa “Great Ocean Road” al sur de Melbourne. Conocida por la vista de extensos campos de ganado hacia un lado y océano del otro, acantilados imponentes y poseedora de uno de los famosos spots elegidos para correr el world tour de surf, “Bells Beach”.
Recorrer esa ruta fue alucinante y muy lenta a la vez, porque frenábamos para deslizarnos por cada pendiente que veíamos, donde solo las vacas eran testigo.
Melbourne fue la ciudad perfecta para finalizar mi primer año en Australia y como viajando, las distancias no existen, ¿por qué no conocer Indonesia? El inicio de la expedición por los lugares tropicales.
Fotos: Eri Brody
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