28 May SURF PARA EL FOMENTO DE LA INTERCULTURALIDAD

El Instituto de Enseñanza Secundaria Francisco Montoya de El Ejido ha recibido en los últimos años numerosos reconocimientos por su labor fomentando la interculturalidad así como la inserción, integración y promoción social de su alumnado procedente de 13 nacionalidades diferentes. Entre las diferentes actividades que el centro ha puesto en marcha para llevar a cabo su cometido se encuentran talleres de surf que el propio Alberto Martín  Vicedirector del centro. se encargó de promocionar. Hoy hablamos con él para que nos cuente un poco más sobre esta experiencia y los aspectos que hacen tan especial este proyecto.

En los últimos años, habéis recibido un gran número de prestigiosos premios por vuestra labor, entre ellos el Premio Nacional 2008 por las ” acciones dirigidas a compensar las desigualdades en educación”  otorgado por el Ministerio de Educación y, este pasado 2015, el Premio Nacional de Educación para el Desarrollo “Vicente Ferrer” otorgado por la agencia Española de Cooperación Internacional (AECID) junto al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

¿Qué se siente?

Estos reconocimientos nos respaldan y alientan a seguir por el camino que desde hace más 10 años emprendimos y que está basado en una máxima fundamental: la educación pública y de calidad es un factor clave y determinante para eliminación de las desigualdades en nuestra sociedad.

¿Cómo nació el proyecto?

El pueblo en el que se encuentra el centro posee un porcentaje de inmigración bastante alto. Hace 10 años, con la bonanza económica, hubo un reagrupamiento familiar que hizo que la población inmigrante creciese muchísimo y, como consecuencia de ello, el centro se masificó aumentando el porcentaje de alumnado inmigrante. Este último superó el 60 %, principalmente de origen marroquí, aunque son 13 las nacionalidades que conviven y se relacionan en el día a El centro tuvo que asumir un reto, y había dos formas de afrontar la situación, como un problema o como una oportunidad. Nosotros preferimos verlo como una oportunidad para formar a nuestro alumnado en los valores más universales, respeto, tolerancia, solidaridad, etc., y que mejor forma de hacerlo que aprovechar los mimbres de los que disponíamos con un crisol de culturas tan diverso.

Afrontamos la situación desde ese punto de vista y comenzamos a desarrollar un programa educativo basada en tres líneas cohesionadas en algunos ámbitos pero con el mismo peso y la misma importancia en el centro: una línea Curricular, una línea Organizativa y una línea Convivencial.

La tres con ámbitos concretos encuentran espacios comunes y deben responder a las necesidades educativas del alumnado, independientemente del nivel curricular. Es decir, articulamos el centro para que el alumno reciba casi una educación individualizada si lo necesita, sin perjudicar al resto.

¿Educación individualizada? Suena a utopía… ¿Puedes ponernos un ejemplo?

Puede ser que un alumno llegue al centro sin saber español, con 13 años, y tenga nivel de primaria porque jamás ha estado matriculado en un centro en su país de procedencia. En este caso, nuestro plan es capaz de formarlo desde su nivel de primaria, siendo un instituto, enseñarle español y en algunos casos, muy pocos, conseguimos que con tanto retraso puedan obtener el título de la E.S.O. Digo muy pocos porque es muy difícil, y dependerá también del nivel del que parta y el esfuerzo que realice.

Algunos podrían pensar que todos esos años matriculados sin que al final se obtenga el título son una pérdida de tiempo…

Pues no lo es en absoluto, puesto que durante todos esos años hemos formado al alumno. Habrá avanzado a nivel curricular pero además y, gracias a la línea convivencial del centro, habremos formado a ciudadanos con unos valores universales bien cristalizados. Nuestra idea es centrarnos más en el camino y no tanto en la meta.

¿En qué consiste esta línea convivencial que comentas?

La convivencia para nosotros es fundamental y, como tal, existe una comisión de proyectos y programas educativos que yo, como Vicedirector del centro, me encargo de presidir. En esta comisión gestionamos y organizamos todas las actividades convivenciales que se desarrollan en el centro, dentro y fuera de él, estableciendo objetivos, temporalización, evaluación y demás…

Uno de los programas que tienen más peso en el centro son los Europeos. El anterior Comenius y el actual Erasmus Plus, han permitido a nuestro a alumnado tener experiencias educativas inolvidables en Finlandia, Turquía, Chipre, Francia, Inglaterra, Grecia e Italia. Por otra parte, uno de los encuentros que tuvo lugar en Almería estaba relacionado con las actividades físicas y los entornos naturales.

Es entonces dentro de este marco que organizáis los talleres de surf no? ¿Cómo surgió la iniciativa?

Mi gran pasión es el surf y propuse al grupo de países tener la posibilidad de disfrutar del entorno natural del Cabo de Gata, parque natural de la Provincia de Almería con unas singularidades increíbles por su pasado volcánico y, a la vez, una oportunidad para que todo el alumnado de las distintas nacionalidades disfrutaran del mar y del surf.

La propuesta fue acogida con gran entusiasmo y nos pusimos a prepararla con la posibilidad de que, con meses de antelación, no apareciera por la playa ni una ola. Pero bueno, las dos veces ha salido genial.

¿Que significó esto para los alumnos?

Para ellos fue algo increíble, una experiencia única. Muchos no sabían nadar, algunos era la primara vez que iban a la playa, pero todos lo acogieron con un entusiasmo desbordante. Verse en una playa tan espectacular como “Genoveses” con sus amigos practicando surf, con todo lo que conlleva, la liturgia del traje, la tabla, las caídas, sus primeras olas, sintiendo el deslizamiento sobre el mar… ¡No lo olvidarán jamás!

 Gracias Alberto por compartir con nosotros vuestro maravilloso e inspirador proyecto.