10 Abr SURF LIBRE, EL ADJETIVO QUE NUNCA LE FALTÓ
Texto Víctor Gallego
Surf libre, una curiosa manera de referirse a una modalidad dentro de un deporte donde la libertad de movimiento y de sentimiento es la máxima expresión.
El freesurf es, para entendernos, lo contrario al de competición. Un baño libre no se rige por las reglas o las normas bajo las que se rigen los jueces a la hora de puntuar las maniobras, por lo que cuando el surfista se despoja de esos criterios es cuando más arriesga en movimientos o maniobras y más libre se siente.
Aun así, no se puede juzgar al surfing de competición como punto y aparte del adjetivo libertad. El surf es libre en todos y cada uno de los movimientos, de sus sensaciones o en la creación de sus maniobras. Por lo tanto, de alguna manera es libre siempre y cuando se practique.
Muchos surfistas actualmente se autoproclaman freesurfers, escapan de unas cadenas imaginarias a las que supuestamente están atados todos aquellos surfistas que practican el surf de competición.
El freesurf es una característica del surf moderno en el que se busca volver a los orígenes pero desde una palabra moderna. Los primeros surfistas eran libres en su totalidad, no por competir o darse un “baño libre”, sino porque el espíritu que impregnaba sus almas era la libertad de hacer lo que querían, cuando lo querían y no dependían de las exigencias que impone el mercado del surf, al que nos hemos ido acostumbrando poco a poco.
Las reglas y los yugos no los marca a día de hoy un juez de competición, sino la marca de turno que impone a los surfistas un número de eventos a los que acudir bajo el nombre de Free Session by Pepito Pérez. La pregunta es ¿Cuál de las sesiones es la que está bajo el epígrafe de libertad? ¿La que es pagada por una marca o las que es puntuada bajo unos criterios de calificación?
Evidentemente, si nos ceñimos al uso del término surf libre, este sería todo aquel que evoque a esa sensación de libertad a la que siempre está asociado un deporte tan vital como es el surfing.
Pero un tipo de surf no tiene que ser excluyente del otro, todo lo contrario. Puede y debe ser complementario. ¿Qué surfista no disfruta de un baño libre entre amigos o en una soledad autocomplaciente; de la sensación que proporciona el mimetizarse con el entorno que rodea a la persona; de la posibilidad de ver el amanecer o el atardecer desde una tabla con solo el sonido de las olas? Esa sensación de libertad que solo quien la puede vivir la sabe apreciar.
Foto Chris Burkard
Por lo tanto, el freesurf, yo creo, es todo lo que rodea a las emociones más allá del deporte, a las sensaciones fuera de las de victoria o fracaso que otorga la competición, o la posibilidad de elegir el destino y la hora a la que uno le apetece darse un baño, solo o acompañado. Todo eso que a veces se infravalora por el estrés de los tiempos modernos que, de vez en cuando, nos toca vivir. Todo eso y lo que jamás se podrá explicar de una manera científica pero que provoca que todos los que una vez hayan probado el arte de surfear siempre querrán seguir pintando.
Así, que cada uno tenga la libertad de escoger y saber que es para él el surf libre, porque para gustos…olas y para sensaciones…no hay nada escrito.
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