5 Surf Cars GENIALES!!

Pocas cosas evocan más el estilo de vida clásico del surf, sus increíbles olas, los buenos ratos y los largos días de sol y calor que un coche de surf vintage. Por ello, hoy os traemos cinco vehículos clásicos habituales en la costa sur de California:

Wolkswagen Bus de 1971

Wolkswagen Bus de 1971

Mayer tuvo como primer coche un VW. Pero aunque estaba encantado con él, decidió venderlo: “Fue mi primer coche. Lo compré cuando tenía dieciséis o diecisiete años y lo conduje hasta los veinte. Lo vendí porque me cansé de ir despacio. Después, lo echaba mucho de menos y estuve muy disgustado”, relata su propietario.

Cuando Moyer y su mujer, Aislinn, comenzaron a salir surgió la idea de comprar su segundo VW: “Ella estaba cansada de escuchar cómo echaba de menos mi VW. Así que decidimos juntar nuestro dinero y comprar uno”.

La pareja adquirió su vehículo por 8500$ en la VW Classic Car Show de Irvine (California): “Demasiado dinero para un clásico, pero su valor no para de subir. Hace poco estaba valorado en 12 000$”, explica.

Sin embargo, aunque el vehículo se ha revalorizado, Moyer no tiene intención de deshacerse de él: “Es el más épico de todos los surf cars. No hay nada como ponerte en marcha en tu coche sin saber cuándo vas a volver. La aventura no es el destino: la Madre Naturaleza determina si las olas serán buenas. Lo importante es el viaje. Y el coche es el viaje”.

Chevy Bel Air de 1955

Chevy Bel Air de 1955

“Veo en él la historia de los vehículos: conserva vivos la nostalgia y el espíritu de los viejos coches”, relata Jean Pierre Van Swae “Fly”, un surfer y shaper de setenta y dos años habitual de Laguna Beach. “Soy parte de esta cultura. La gente ve mi coche y dice: ´Wow´. Es un coche feliz”.

Fly compró su Chevy, al que llama Peggy Sue, a un vendedor de Arizona hace ocho años y tuvo que remolcarlo hasta Capistrano Beach, donde dirige su negocio de tablas: “El cuerpo era todo marrón, color bolsa de comida. La gente pensó que me había vuelto loco y me preguntaba que qué estaba haciendo. Y yo les decía: Me estoy divirtiendo. Tengo un diamante en bruto”. No llevó mucho tiempo que todo el vecindario participara en la restauración del vehículo.

Y aunque Fly lleva su Chevy a la playa cuando va a coger olas, algunos de los mejores momentos han sido lejos de ella: “Mi novia y yo cogimos la Peggy Sue y fuimos al In-N-Out (cadena de restaurantes californiana de comida rápida) y mientras todo el mundo tenía que comer dentro de sus coches, nosotros abrimos la puerta trasera y nos sentamos a la interperie. ¿No es genial?”.

Volkswagen Squareback de 1970

“He estado dentro de un VW desde que era niño por mi padre, que siempre conducía Escarabajos. Así que finalmente ahorré dinero y me compré uno”, cuenta Shane Smith, surfer de veinte años procedente de Huntington Beach.

Smith compró su VW por 8 000$ e invirtió otros 4 000$ en su reconstrucción: “El motor se caía a pedazos y conduje varios días sin frenos. Fue todo un proyecto trabajar en él, pero ha sido muy divertido”.

Smith disfruta con la interacción que recibe de la gente que conduce un VW como el suyo o cuyos padres tuvieron uno: “A todo el mundo le encanta. Hay gente que me dice: `Yo tuve uno, no debería haberme deshecho de él´. Y yo no voy a ser como ellos: nunca me voy a deshacer de él. Lo tendré siempre”.

Mercury Woodie de 1951

Mercury Woodie de 1951

“La primera vez que lo cogí, era un coche normal y corriente. He trabajado mucho en él”, relata Chuck Elliot, un residente de sesenta y tres años de San Juan Capistrano y presidente del Southern California Woodie Club.

Elliot obtuvo su Mercury por un Chevy Camedo de edición limitada y algo de dinero. En total, el valor fue de alrededor de 80 000-100 000$: “En los años sesenta, se podían conseguir por 20-50$. Los surfers los compraban como chatarra barata para transportar sus tablas y llevar a sus amigos. Los Woodies han ganado mucha popularidad con el paso de los años y ahora la gente se da cuenta de lo espectaculares que son”.

Wolkswagen Bus de 1962

Wolkswagen Bus de 1962

“He tenido alrededor de treinta VW, pero este es mi primero en treinta años”, dice Chuck Elliot, dueño también del anterior vehículo. “Cuando apareció éste, lo agarré. Siempre me han encantado”.

A pesar de que, actualmente, la furgoneta se pone en marcha sólo de forma esporádica, Elliot planea repararla para así poder llevarla de camping y a exhibiciones de VW.

Imágenes de Surf Cars.

 

 

 

Surfer Rule
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