28 Oct SOLO: EL LIBRO DE ÁLVARO VIZCAÍNO
Fuerteventura, septiembre de 2014. En busca de la ola perfecta, el surfista Álvaro Vizcaíno se precipita por un acantilado. Sobrevive más de 48 horas perdido, con el cuerpo malherido y la cadera rota, venciendo a una naturaleza implacable y a sus propios miedos para lograr sobrevivir.
Álvaro Vizcaíno transforma su increíble experiencia al borde de la muerte en una novela inspiradora y llena de fuerza. Tras la película, te presentamos su libro SOLO, y hemos querido hablar con él en exclusiva para que nos cuente de primera mano qué se van a encontrar sus lectores y cómo fue todo el proceso de escribir sobre su tragedia.
SR: Álvaro cuéntanos un poco sobre qué trata tu libro, para aquellos que aún no conozcan tu experiencia.
Solo es un viaje en busca de propósito vital que lleva al personaje de Alvaro a huir de la ciudad para conectar de nuevo con el mar, es estilo de vida isleño y el surfing. En Fuerteventura desarrolla la vida que deseaba.
Le proponen un negocio interesante que desarrolla durante dos años y por el camino se mete en algún lio adicional de dudosa legalidad que le permite aventuras adicionales. Lo mas increíble son los personajes que conoce durante ese tiempo y los lugares a los que llega con ellos.
Al final, sus pasos lo llevan a enfrentar una prueba de supervivencia que lo hace entrar en contacto con una muerte inminente.
SR: ¿Cómo surge la idea de escribir sobre tu accidente? ¿Por qué decides plasmarlo por escrito además de la recién estrenada película SOLO?
Fue Hugo, el director de la película, el que me animó a escribir la historia. Me decía “Alvaro todo lo que te ha pasado no cabe en una película” y así comencé. Escribir ha sido un acto de crecimiento y también de redención.
Me di cuenta en aquella cala, que en el último momento, cuando uno enfoca una muerte certera, su conciencia trae a la luz los actos de los que se arrepiente o que le hubiese gustado que hubiesen sido de otra manera. En cierta manera, ha sido un acto de sanación y aprendizaje.
SR: ¿Qué van a encontrar los lectores que compren tu libro?
Van a descubrir aventuras, surfing, reflexiones, navegación interior y oceánica. Hay una búsqueda continua que desemboca en la mayor prueba que podría haber imaginado. La prueba lo elige a él o todo ocurre por la elección de sus pasos, en todo caso significa una cura para la insatisfacción vital.
SR: ¿Cómo ha sido escribir sobre tu dura experiencia? ¿Has revivido aquellos momentos? ¿Te ha resultado terapéutico?
Yo contaba antes “la batallita” cuando algún colega tomando unas cervezas me pedía que se lo contase a alguien, la habré contado ya 500 veces. Aún así, todavía hoy en día se me ponen los pelos de punta al contarla. También era muy socorrida con las chicas que se impresionaban mucho.
Siempre me ha hecho gracia las preguntas tan diferentes de los hombres ¿Desde cuantos metros te caíste? ¿Cuánta sangre había? y sin embargo ellas hacían preguntas tipo ¿Te sentías triste?¿Tienes pesadillas? Aunque estoy exagerando un poco al generalizar, me di cuenta que me hacían reflexionar las preguntas sobre mis emociones porque las había bloqueado para protegerme.
SR: ¿Cómo es tu día a día desde que tuviste esa dura experiencia? ¿En qué ha cambiado tu vida?
Poco a poco se fue encaminando hacia una vertiente mas espiritual en el sentido de investigación interior. Me enrole en cursos de desarrollo personal, psicología transpersonal, coaching, etc , para descubrir en contacto con psicólogos y cierta gente acostumbrada a bucear en el subconsciente de que lo que yo había pasado es lo que ellos llaman una experiencia cumbre.
Hoy en día doy charlas sobre superación, motivación y acompaño a otras personas y grupos en su proceso vital. En todo caso también hago una vida normal en la isla, trabajo como siempre de forma autónoma, como guía turístico, como consultor y me meto al agua siempre que se menea.
SR: ¿Cómo vivieron aquello tus familiares y amigos?
Pues en el primer momento pasaron cosas muy curiosas. Amig@s muy cercan@s tuvieron intuiciones durante los días de mi desaparición, incluso fueron a la policía sin saber nada concreto, sabiendo que era normal que yo desapareciese por un par de días por diferentes motivos.
Lo mas increíble de la experiencia es que hacía reflexionar a la gente de mi circulo íntimo y les hacía tomar decisiones trascendentales. La clave es cuando yo les contaba como la aceptación me salvo y como se articuló todo esto.
SR: ¿Sigues practicando surf?
SIIII. No soy ningún maquina, pero el surfing es un desafío constante. El mar sigue llenando una parte muy importante de mi vida y de mi alma.
Voy a poneros un extracto del libro aquí: “El surf es un ritual de inmersión en lo mejor que tenemos. Autenticidad con tus emociones, entusiasmo al descubrirte en la naturaleza, contacto con tus temores y anarquía vital. Las olas son seres únicos e irrepetibles, no hay dos iguales, como las percepciones del mundo, todo depende del ojo del observador. Las emociones, al enfrentar el reto de meterse en el todo poderoso océano son tan intensas como el respeto que infunde. Un guiño desde las profundidades, un sueño que afrontar con todas sus consecuencias. El mayor peligro en el surf es acabar perdiendo el interés por todo lo demás, que no haya nada mas importante, que el mundo que lo rodea se reduzca a un decorado que enmarca ese acto divino. Surfear para experimentarte. Experimentarte para descubrir que la vida es una playa, un trozo de incertidumbre liquida”
SR: Cuéntanos un sueño que tengas por cumplir…
Ya lo he cumplido, en esa playa descubrí la parte fundamental de mi vida que me faltaba, aquella a la que había descuidado y que se ha convertido en mi mejor y mas fiel compañero de por vida…yo mismo. Solo sueño con dame oportunidades para seguir aprendiendo, siendo paciente y comprensivo conmigo mismo, porque eso significará que lo estaré siendo con el resto de seres y generaré el mundo que quiero ver a mi alrededor.
Sueño con que nos demos cuenta del planeta maravilloso que nos ha tocado disfrutar, que entendamos que no nos pertenece y que a una madre hay que respetarla y honrarla siempre por habernos dado la vida y por dejarnos vivir bajo su cuidado.
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