14 Dic SI TE DA VÉRTIGO PERO SIENTES QUE ES SOSTENIBLE PARA TI, HAZLO
“Tengo demasiadas cosas, demasiados compromisos, demasiadas obligaciones… Ojalá todo fuera más sencillo”.
Más de una vez seguro que has escuchado una frase como esta o bien ha salido de ti mismo. Y es que vivimos en un mundo que va con “prisas” para todo. Muchas veces tenemos el “tiempo justo” para comer porque tenemos una reunión, otras no nos da tiempo a recoger la casa porque nos empieza una clase en el gimnasio… Nuestras prisas, a menudo vienen por querer hacer muchas cosas, o tener cada vez más.
Hoy en día hay personas que llevan un estilo de vida para “lidiar con esto” de otra forma. Ejemplo de ello es Mar Soler, una madre yogui y minimalista que ha decidido llevar una vida que ella misma pueda sostener. Una vida con “poco”, para conseguir mucho.
“Centrarte en lo que de verdad es importante para ti y eliminar todo lo demás”.
Del caos al orden
La historia de Mar en el minimalismo no comenzó eliminando ropa de su armario, el detonante fue su alimentación. Mar tenía un problema de estómago que le hizo visitar un especialista en medicina china, quien “eliminó” de su dieta una serie de alimentos, y milagrosamente, se curó.
“No fue magia. Me enseñó a escuchar a mi cuerpo, me eliminó muchos alimentos. Para mi el detonante fueron todos esos alimentos que dejé de consumir y que me di cuenta que realmente no necesitaba”.
Como nos cuenta, el minimalismo es un proceso, un proceso que puede comenzar en muchos aspectos de tu vida. Para ella, empezó buscando alimentos de calidad y siendo consciente de lo que comía.
“Decidí que me quería nutrir con los alimentos y no llenar la barriga. Estaba involucrada en una cooperativa de alimentación ecológica, con personas muy involucradas que buscaban comida de calidad. Todo esto me transformó para crear una base en mi vida que no solo se quedase en mi nutrición”.
Empezó su formación en yoga y en meditación. Quiso comprender que todo era mucho más sencillo y se podía conseguir escuchándose a uno mismo y siendo amable. Siendo “minimalista”.
“Ver que todo es más simple…Con quién relacionarse, cómo viajar, cómo comprar, cómo criar a mis hijos… Hacerlo todo de forma sencilla y amable, para mi es minimalismo”.
A través de sus prácticas de yoga y meditación, se dio cuenta de que toda su vida se había “asentado en el caos”.
“Mi interior, me pedía un orden que no era capaz de llevar a cabo, por falta de escucha. Al final el caos llama al caos, y cuando sientes ruido en tu interior, eso se plasma a tu alrededor”.
Minimalismo no es solo el eliminar cosas de tu casa, abarca una infinidad de aspectos como la amabilidad de la que nos habla Mar, el sentirse bien con los que nos rodean, con lo que comemos…Un estilo de vida en el que la base está en escuchar y utilizar lo básico, como ocurría muchos años atrás.
“Conectar con el silencio es esencial, el hecho de poder sostener un mínimo silencio para conectar con “la vuelta” a lo básico. Esto no está de moda porque alguien lo haya inventado, es algo que siempre ha existido, ese movimiento “zerowaste”, que es como se vivía hace pocos años. Sin ir más lejos, nuestras abuelas compraban con bolsas de tela, metían las legumbres en vasos de cristal…”
El síndrome de la despensa vacía
Quizás te estés planteando iniciarte en este camino “minimalista”, pero tengas miedo a que te falten ciertas cosas. Quizás simplemente te de miedo porque te ves lejos de lo que ciertas personas están consiguiendo. Esto, como muchas cosas en la vida, es un proceso en el que en cierto modo tenemos que “desaprender” determinados patrones que la industria y el sistema en el que vivimos ha instaurado como “normales”.
“En esta sociedad se tiene la “norma” de llamar “normal” a lo que creemos que es lo que está bien, pero para eso hay que abrir un poco la mente y entender que cada persona está en un proceso. No podemos denominar a nuestro proceso “el bueno” y al de los demás “el malo”.
El proceso en el que está cada persona es el que está bien. “No puedes querer adelantarte e ir más allá, porque al final no va a ser amable ni sostenible contigo mismo”.
Y se trata de ser amables. De tener capacidad crítica sobre lo que pensamos que es lo normal y lo que está bien, poder “desaprender”, poder dar pasos atrás para poder dar un gran salto hacia adelante.
“Dar pasos atrás para poder ver las cosas desde otra perspectiva. Es verdad que, en algún momento, puedes sentirte con un poco de vértigo, porque todo lo que a ti te ha llegado desde la sociedad, la televisión, los medios, tu entorno… Todo lo que te ha llegado está en ti: qué es lo que hay que hacer a la hora de comer, estudiar, comportarse… Y a lo mejor esa necesidad que tienes rompe con todo eso. Eso produce vértigo. Pero vale la pena para poder avanzar en tu camino, no en el camino de los demás”.
En relación a esto, muchos le llaman “el síndrome de la despensa vacía”. Esa imagen que tienen de una persona minimalista, de una nevera o una despensa “vacía”. A Mar, fue una de las cosas que le produjo vértigo. Cuando comenzó a eliminar cosas de su despensa sintió miedo porque se aventuró a explorar algo diferente a lo que le habían enseñado.
“Yo animo a todo el mundo a observar su nevera, observar qué crea cada cosa en ti y si realmente lo necesitas”
Es cuando te enfrentas a ese “vacío” cuando puedes sentir vértigo. Pero es ese mismo vacío el que transformó la vida de Mar Soler. El tener las cosas que necesita en el baño, en su despensa y en cada “rincón de su vida”. El simple hecho de prestar atención a las cosas que le rodean es lo que le ayuda en su día a día. Es en lo simple en donde comienza su día, y también donde termina.
“Hay momentos duros, pero al final eres tú la que decide desde dónde observarlos y desde dónde vivirlos. Una de las cosas que más me ayudan es el hecho de despertarme y darme cuenta que mis ojos se han abierto y mi cuerpo se va a mover. Todo esto me ayuda a empezar el día con total conciencia y crear el día que quiero crear”.
Hay momentos malos en la vida, o momentos en los que se nos despiertan sentimientos como el ansia, la rabia, el odio. Pero, al final, todo está en cómo nos enfrentamos a esos momentos. En si los rechazamos o los “abrazamos”, ya que nosotros tenemos el poder.
“Descubrí que se puede llevar una vida plena y muy poderosa, desde el momento en el que tú asientas tu presencia, desde la escucha. Es un poder que al fin y al cabo tenemos”.
Y es que el ejemplo de Mar sirve para muchos. Desde muy joven sintió la necesidad de cuidar del planeta, de saber dónde vivía y qué necesidades y repercusiones tenía su paso por él. Sus problemas de estómago le hicieron conocer qué eran los alimentos procesados y le hizo profundizar en la procedencia de los alimentos. Criando a sus hijos se replanteó cosas como el no castigarles, sino enseñarles a respetarse y a ser amables.
“En el momento en el que hay un pequeño conflicto, puede ser un caos de gritos y demás, pero tú decides cómo actuar. Todo puede ser más llevadero si no entras en ese bucle de gritos”.
Diferentes cosas, en diferentes aspectos de su vida y en diferentes tiempos. Pero, practicar el “minimalismo” o bien “ser sostenible y amable contigo” y con tu entorno, es algo que se produce en diferentes fases. Son pequeñas “cápsulas de conciencia” que se van adquiriendo a medida que abrimos nuestros ojos, desde el momento en el que nos despertamos.
“La meditación desde el punto de vista zen, el concepto del orden a tu alrededor que también se asienta en tu mente, el prestar atención… Es clave”.
Minimalismo es un mero concepto, que va mucho más allá de reducir a lo mínimo un armario. El minimalismo es para todo el mundo. Pero lo que es importante es que cada uno encuentre en su proceso hasta qué punto es capaz de llevarlo a cabo.
“Observar con honestidad y amabilidad hacia uno mismo qué puntos son sostenibles en tu vida para llevarlos a cabo.No existe una definición objetiva que todos tienen que llevar a cabo. Invito a que la gente lleve a cabo el minimalismo que cree oportuno para este momento de su vida”.
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