14 Abr ONE OAK, EL RENACER DE LOS ÁRBOLES
En el 2017, el territorio de As Neves, en Pontevedra, quedó calcinado prácticamente en su totalidad por unos incendios que sorprendieron a Galicia.
Hoy, este territorio resurge de sus cenizas gracias al proyecto “Renacer” de la marca One Oak, una start-up que sigue recuperando árboles con sus iniciativas innovadoras y sostenibles.
Innovación y sostenibilidad, señas de identidad
One Oak es una marca que gira en torno a la madera. Se dedican al diseño de relojes, gorras y mochilas fabricados con madera. Por la venta de cada uno, plantan un árbol con el principal objetivo de luchar contra el cambio climático e involucrar de forma íntima a sus clientes.
Esta pequeña empresa surge en 2016, con la iniciativa de dos hermanos emprendedores, Carlos y Guillermo Íñiguez que desde el principio querían que innovación y sostenibilidad fuesen sus señas de identidad.
Desde que salieron a la venta sus primeros artículos, la marca de complementos de moda fabricados con madera de origen sostenible ha crecido de forma exponencial en ventas.
Un proyecto de reforestación
En su motivación por luchar contra el cambio climático, esta start-up diseña y lleva a cabo reforestaciones en zonas amenazadas en las cuales se involucran personalmente.
Primero centraron sus esfuerzos en el corazón del Amazonas peruano, donde han reforestado unos 700 árboles autóctonos en zonas que estaban amenazadas por la tala masiva.
Después, con los incendios que devastaron Galicia en octubre de 2017, surgió su segundo gran proyecto, “Renacer”.
El Gran Cortafuegos Verde en Vilaboa, en Pontevedra, fue su primer proyecto a gran escala en España. Tras ver las imágenes escalofriantes del fuego y a la gente huir de sus casas, estos hermanos decidieron actuar.
Una de las causas principales por las que el fuego se extendió tan rápido, fue por la masiva presencia de eucaliptos en esta zona, una especie no autóctona y pirófila, lo que significa que puede arder y rebrotar.
Para evitar que una situación similar en el futuro provoque otro desastre social y ecológico, han repoblado los montes gallegos con especie autóctonas, más resistentes al fuego y fomentando la biodiversidad forestal y animal.
Todos estos árboles actúan de cortafuegos natural y absorben toneladas de CO2 de la atmósfera, ayudando así a luchar contra el cambio climático.
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