04 Dic OLAS ARTIFICIALES PERFECTAS CON ACENTO VASCO

Wavegarden ha desarrollado la ola más larga del mundo concebida por el hombre.

Texto Víctor Gallego / Fotos Wavegarden

El viento sopla suave a través de la ventana, el sol despunta en el horizonte y los primeros rayos entran en la habitación. Te despiertas, te estiras, tu maravillosa mujer, o hombre, te da un beso de buenos días, preparas un desayuno que te aporte una buen puñado de energías y coges tu tabla de surf.

Cruzas la puerta de la terraza de tu jardín, Bobby, tu labrador, viene a saludarte enérgico y feliz, le correspondes, levantas la mirada, y lo primero que ven tus ojos es esa magnífica ola perfecta que nace al final de tu propiedad y que va abriendo perfecta a la derecha y a la izquierda del espigón que divide el lago privado de tu casa… no tenemos sueños baratos, pero una piscina de olas este año se la pido a los reyes magos.

Olas de vidrio: escultura de Mario Ceroli

Aunque esta idílica estampa siga siendo un sueño para muchos, ya no está tan lejos de la realidad. A día de hoy, el que quiera y pueda ya tiene la posibilidad de disfrutar del surf en olas creadas de manera artificial. Ya que si por el motivo que sea, estamos lejos de la playa, siempre nos quedará una de estas.

Las olas artificiales no son algo de hace tres días. No vamos a descubrir la pólvora en este artículo, sin embargo, la realidad es que últimamente han saltado a la primera línea de los medios de comunicación. Las innovaciones y avances que se están llevando a cabo en esta industria, está dejando patidifuso hasta el mismísimo Kelly Slater, quien no ha tardado en tener una en su lago privado.

Hoy traemos a estas líneas a la empresa Wavegarden, ubicada en algún lugar del País Vasco. Esta empresa que ya lleva unos cuantos años investigando sobre el tema, en 2011, dio un golpe en la mesa y consiguieron construir, la que para muchos, a día de hoy, es la ola más parecida a las generadas en su medio natural.

Recién proclamado el surf deporte olímpico, la polémica está servida y el hervidero de opiniones dispares, en la palestra. Son muchos los detractores de la inclusión del surf en el elenco de los olimpos, sus motivos tendrán. Pero, por si esos eran pocos, la posibilidad de que este deporte se dispute en Tokio 2020 dentro de una piscina con olas fabricadas de manera artificial, ha hecho saltar las primeras alarmas. Ya hay personas a las que la bilis empieza a rebosarles por algún lugar que no mencionaremos por estar en horario infantil.

Lejos de los conflictos que estas dos casuísticas puedan generar en la comunidad surfera, la objetividad nos dice que tener una ola perfecta, igual para todos los deportistas, en un entorno en el que todas las variables están controladas, es un punto a favor de sus defensores.

Sin embargo, el espectáculo, el lifestyle, la filosofía, y todo el concepto etéreo e inmaterial que rodea a este deporte es la gran baza de los detractores; la polémica está servida y ahora que cada uno forje su opinión.

Nosotros, volviendo a los compañeros de Wavegarden e independientemente de toda esta polémica, opinamos que este tipo de complejos en los que se puede disfrutar del surfing en familia, en equipo o con amigos, es desde luego un gran paso para hacer accesible el surf a todo el mundo. Es una manera de que el deporte puede llegar a todos los que deseen practicarlo.

Las características de la ola que ha desarrollado el equipo de esta empresa, ha provocado que ésta, haya sido proclamada como  “la ola más larga del mundo concebida por el hombre”. Además, “es una ola en un entorno seguro y natural en el que se generan continuamente olas perfectas, de tamaño estándar: entre 1.2 y 1.9 metros, aproximadamente 18 segundos de surf en la ola y con una forma y velocidad variables”.

Y os preguntaréis, ¿Cómo se hace una ola artificial?

Pues bien, esta tecnología “funciona del mismo modo que una ola en el océano. Al igual que las olas que rompen en un arrecife o un banco de arena, una masa de agua que se mueve sistemáticamente sobre una superficie, provoca la formación de la ola”, además, “La tecnología Wavegarden se basa en su innovador e hidrodinámico Wavefoil y en su diseño revolucionario de la laguna de olas, que genera dos olas perfectas a la vez”.

Otra pregunta que nos puede surgir al hablar de este tipo de instalaciones es si el impacto medioambiental es muy grande o si daña el área en la que se vaya a construir el complejo. La respuesta la encontramos en la página web de la compañía (www.wavegarden.com), desde donde aseguran que “La tecnología Wavegarden está pensada para realizar una instalación con una obra civil muy reducida, un consumo de energía mínimo y un impacto visual y auditivo casi inapreciable. El único ruido que se oye es el sonido de las olas rompiendo”.

Así que, ahora que ya peta en nuestra puerta el sorteo de navidad, que los reyes de oriente ya han salido hacia su destino y que Papa Noel está pertrechando a los renos, no podemos dejar escapar la oportunidad de instalar en nuestro lago privado una magnífica ola artificial, porque en realidad, no tenemos sueños baratos, pero tenemos sueños.