19 Feb LOS NIÑOS SURFISTAS DE CHOCÓ YA TIENEN TABLAS
Ya en otro artículo os contábamos un poco sobre los niños surfistas de Chocó, una zona colombiana donde los niños de las comunidades Nuquí se estaban aficionando al surf. Comenzaron a surfear en las tablas de sus camas. Ahora, poco a poco, se les ayuda para que tengan material y puedan disfrutar de este deporte.
Carlos Esteban Díaz Longa, con tan solo 12 años, es uno de los niños surfistas que a diario desafían el oleaje de estas costas chocoanas. Él forma parte del grupo de 24 niños que recibió, de manos de la embajadora de Australia en Colombia, Sophie Davis, una de las tablas de surf que ese gobierno donó a las comunidades del municipio de Nuquí.
Foto: Guillermo Ossa / EL TIEMPO
Donaciones de la embajada australiana
“Esta donación es muy importante porque el programa que estamos apoyando se llama ‘deporte para la paz’ y veo que hay mucho entusiasmo en las comunidades de Nuquí”, dijo Davis, embajadora de Australia en Colombia.
Termales, es una población apartada en el Chocó que se ubica en las costa de Nuquí. Allí sólo se puede llegar en lancha, o arriesgando la vida recorriendo la selva. En las casas no se encuentra luz ni agua potable. Además la escuela más cercana para los niños queda a 45 minutos caminando.
Pero hace unos años, la llegada de unas tablas de surf cambió la vida de muchos de los más pequeños. Poco a poco se abrieron varias escuelas y clubes de surf, pero conseguir el material allí es casi una odisea.
Los pequeños, cada vez más emocionados con este deporte, comenzaron a tomárselo muy en serio. Algunos de ellos de hecho, sueñan con competir. El surf en Nuquí cada vez toma más fuerza en esta región chocoana.
Australia es un país que ama el deporte, especialmente el surf, donde comparte algo en común con Chocó y es tener costa bañada por el mar Pacífico. Por eso, desde la embajada no dudaron en ponerse manos a la obra.
La práctica de este deporte aleja a los chicos de otras actividades menos sanas para ellos, como la deserción escolar. Para pertenecer a los clubes, los integrantes o aspirantes deben estar estudiando y cumplir con un buen rendimiento académico.
En Nuquí existen cuatro clubes de surf, integrados por, aproximadamente, 150 niños de toda la zona. “Estas donaciones son fundamentales porque sin tablas no podemos recibir a más niños y tenemos una lista larga de espera”, comentó Catalina Díaz, instructora del club Tiburones de Nuquí.
El club Tiburones de Nuquí no solo se centra en la práctica del surf, también organiza jornadas de limpieza de las playas, conservación y preservación de la fauna, entre otras actividades.
Esta donación del gobierno australiano contó con el apoyo de los helicópteros del Comando Aéreo de Combate número cinco, con sede en Rionegro, Antioquia. Ellos tuvieron la misión de traer la alegría a los niños de esta alejada población costera.
La última entrega, de nueve tablas, estuvo a cargo de la tripulación del Black Hawk FAC 410, que desde tempranas horas del pasado martes tuvo que sortear fuertes vientos y la marea alta del océano Pacífico para poder posar el helicóptero en unas de las playas.
Las tablas llegaron desde EEUU a Bogotá, posteriormente la Fuerza Aérea las trasladó a la base de Rionegro y después las llevaron a Nuquí, “en apoyo a una región que es tan aislada y, sobretodo, a los niños para la práctica del deporte”, manifestó el teniente coronel Alexander Azos, comandante del Grupo de Educación Aeronáutica del Comando Aéreo de Combate Número cinco.
Pareciera un deporte al que muy pocos pueden acceder y es que surfear en una tabla de la cama es totalmente diferente a hacerlo en una tabla de verdad. O, por lo menos, diseñada para entrar en el mar y enfrentar las imponentes olas.
Por eso Néstor Tello, profesor de surf, expresó “mil gracias a la Fuerza Aérea porque ver un helicóptero aterrizando en esta playa y traernos tablas, traernos vida, es una motivación muy grande”.
Tradición de surf en Nuquí
La tradición de surfear en las costas del mar Pacífico no es reciente. Es una herencia que ya comenzó una nueva generación. Ómar Alfonso Reyes Moreno, de 26 años, hoy instructor de surf, recordó que él hace 16 años pertenecía a un grupo prejuvenil de este deporte en Nuquí.
En ese entonces ellos montaban las olas con pedazos de icopor y con las tablas de las camas de sus padres. Situación por la cual al salir del mar, recibían una pela de sus papás. Aun hoy se ve a algunos de los niños montando tablas de cama porque es tanto el auge del deporte que no hay material de surf para todos.
También recordó que un cura que llegó a la zona en ese entonces vio cómo estos menores utilizaban los elementos para surfear. El sacerdote gestionó, entonces, la traída de las primeras tablas de surf a Nuquí.
Foto de niños chocoanos con nuevas tablas de surf. Fundación Buen Punto.
Lamentablemente este primer grupo de surfistas poco a poco fue desapareciendo porque sus integrantes fueron creciendo y muchos salieron a estudiar a la universidad. En consecuencia, ese proceso quedó ahí.
Pero hace siete años empezó uno nuevo en el corregimiento de Termales, gracias a un hotel que recibía y recibe surfistas profesionales.
Hoy, gracias al gobierno australiano y a la fundación Buen Punto, una entidad sin ánimo de lucro que tiene como misión ofrecer oportunidades de vida a través del surf a jóvenes del Pacífico, hay más apoyo y oportunidades.
Foto de portada: Club de surf del Chocó
Fuente: Guillermo Ossa / El tiempo, Vice, Surfer Rule.
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