03 Abr NEUROCIENCIA Y SURF, CÓMO INTERPRETAR LAS OLAS
Pequeños detalles marcan la diferencia dentro del agua. Algunos tan minúsculos que ni siquiera nos damos cuenta del efecto que producen en nosotros. Alguna vez te habrás preguntado ¿cómo es capaz Kelly Slater de encontrar esa línea en el último minuto de la manga para proclamarse vencedor? o ¿cómo son otros surfistas capaces de encontrar el tubo en los típicos beach breaks mientras que tú solo puedes escapar haciendo un recto? Solo la neurociencia es capaz de arrojar un poco de luz sobre este tema.
Gran parte de esta capacidad que poseen los surfistas más avanzados viene dada por la experiencia que tienen dentro del agua; sin embargo, existen ciertas estructuras claves que determinan su rendimiento. Sin estas estructuras ningún surfista podría interpretar cómo va rompiendo la ola o tomar decisiones de manera anticipada para saber cuál es la maniobra correcta en el momento de estar en la pared.
En nuestro cerebro se producen una serie de cambios de forma coordinada cuando surfeamos. A medida que el surfista se va desplazando en la ola una gran cantidad de estímulos son recibidos en la corteza cerebral donde son interpretados específicamente y codificados según la posición respecto a la ola y del resto de surfistas. Todo ello para llevar a cabo la respuesta más eficaz en el momento oportuno. Para elaborar estas respuestas adecuadas existe una información que se transmite por la corteza cerebral llamada “travelling waves” (ondas de viaje).
Sin una zona concreta del cerebro, la conocida como área MT (media temporal), en la que se encuentra el centro del procesamiento respecto al movimiento visual, nos sería casi imposible surfear ya que no podríamos codificar los diferentes cambios de dirección que se producen en la ola. La atención puede jugarnos una mala pasada porque afecta a los procesos de memoria y si no se atiende específicamente a ciertas cosas es como si nunca las hubieras visto. Por lo tanto, para leer mejor las olas el surfista debe prestar atención a los detalles de las ondas y cómo se mueven; así empezará a ver detalles que antes no se apreciaban y podrá tomar mejores decisiones a la hora de surfear.
EJEMPLO PRÁCTICO
En la imagen podemos ver al surfista profesional Mick Fanning surfeando un tubo en Snapper Rocks. Sus sistemas de procesamiento visual están siendo bombardeados por todo tipo de estímulos de movimiento, mientras sus ojos giran para asegurarse de obtener el mejor ángulo posible; según el esquema del sistema de coordenadas que utilizan la retina y la corteza visual para interpretar nuestro mundo visual (imagen de arriba a la derecha).
Sus ojos y su cerebro trabajan juntos para hacer esto de manera rápida y eficiente para elaborar la mejor respuesta, pero una contestación precisa en milisegundos no significa que sea simple. En esta acción se generan millones de células cerebrales, o neuronas, que trabajan juntas para garantizar que Mick obtenga el mejor recorrido posible en la ola.
Por otro lado, vamos a fijarnos en las imágenes inferiores. En ellas nos muestran el área del cerebro que trabaja en la codificación de las respuestas según los estímulos visuales percibidos. El rojo indica la dirección de la mirada de Fanning y el punto anaranjado indica el centro desde donde está mirando. Los colores en el esquema coinciden con los colores en las imágenes del cerebro en la fila inferior. Tanto el ángulo visual (azul) como el excéntrico (distancia desde el centro, blanco) se mapean sistemáticamente en la retina y en docenas de áreas en el cerebro humano.
Cuando Fanning mira las cabezas de las personas que practican surf, esta imagen se representa en múltiples mapas en la corteza visual. Uno de esos mapas es el que mostramos en la fotografía, donde los colores rojos indican los que representan la cabeza del surfista. El color azul oscuro representan el borde de la ola. En definitiva, nos muestra cómo el sistema de procesamiento visual del área MT representa nuestro mundo en una serie de mapas múltiples y manda la información a otras zonas del cerebro como la corteza motora para elaborar una respuesta.
Entonces, si bien este podría ser un curso intensivo de alto nivel sobre cómo la corteza visual nos ayuda a leer las olas y cómo una región en particular, el área MT, contribuye más que otras. ¿Qué significa esto para las personas que no pueden ver? Seguro que conoces a Aitor Francesena, surfista ciego español campeón del mundo adaptado y entrenador de Aritz Aramburu en sus inicios. ¿Cómo puede leer las olas y percibir el movimiento si no puede ver el movimiento del agua? El hecho es que, mientras el tejido cerebral esté sano en la corteza visual, estas estructuras son reclutadas para “ver” con sus otros sentidos. Ninguna corteza se desperdicia si el cerebro puede ayudarla. A través de su experiencia en el agua, el cerebro se redirige lentamente para usar estas áreas, incluido el área MT, para guiar su percepción del movimiento visual a pesar de que sus ojos no pueden guiarlo. Por ejemplo, investigaciones recientes muestran que el área MT en sujetos ciegos tiene un papel importante en la percepción auditiva, en oposición a la percepción visual del movimiento.
¿Cómo podemos aprovechar esto para ser un mejor surfista?
Hemos hablado de que la atención afecta a la memoria y cómo te mueves por el agua. Si no atiendes específicamente a cosas particulares, es como si no los vieras en absoluto. Por lo tanto, para leer mejor las ondas, deberemos prestar más atención a los detalles de las olas y cómo se mueven, y así comenzarás a ver detalles que no habían notado antes: los cambios en el momento de romper la ola, cómo el viento afecta la parte superior del labio, etc. Por lo tanto, para nuestro cerebro, atender a los detalles sin duda es muy importante si queremos convertirnos en un mejor surfista.
Fuente: WeAreSurfers
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