10 Sep CHARLANDO CON CAMIÑO DO RIO: SURF, MADERA Y BUEN ROLLO

8Texto Víctor Gallego         Fotos Albert Fernández de Heredia

“SURF, MADERA Y BUEN ROLLO” esta sería la mejor definición que se podría hacer de CDR (Camiño do Rio). Una marca “made in Galicia” que fabrica tablas de surf de madera. Y como si de una buena banda de rock&long se tratase, ésta la formarían: a la batería y bajo Rodrigo Núñez “Trigo” y a la guitarra y teclados Óscar Moraña “Pichi”. 

Estos shapers gallegos, aunque más bien artesanos de la madera, los encontramos en un pequeño pueblo pesquero gallego, en O Grove, desde donde realizan los sueños de muchos surfistas que aún no lo saben, pero que pronto se pasarán a la madera. “El futuro es la madera”, como ellos mismos, entre risas, nos afirman.

DESDE LOS INICIOS

Como todo buena iniciativa, nace un poco fruto de la casualidad y de uno de los emblemas preferidos de todo emprendedor de este país, “a que no hay huevos a…”. CDR esta ubicada en una calle de este pueblo, por la que antiguamente pasaba el río, aun se puede a día de hoy ver una de las míticas fuentes de rueda justo enfrente del taller de estos artesanos. Y como Trigo nos cuanta, “fue un vecino y amigo de la zona también surfista, Eric, que como sabía que yo era carpintero siempre me insistía, ¿y si haces una tabla de madera?, así un día tras otro, hasta que al final salió la primera y la segunda, alguna era un poco precursora y ya anticipaba esas tablas que ahora están de moda, las ¡asimétricas!”

No pasó mucho tiempo hasta que fruto del destino, la casualidad y una crisis de proporciones épicas en nuestro país, hiciese que los talentos de Pichi y Trigo se cruzasen en una playa, ¿cómo no? Pichi, de profesión delineante y Trigo, de profesión carpintero, era la mezcla perfecta para lo que hoy en día es CDR, tablas de madera 100×100 artesanas. Aunque ambos se dividen el trabajo 50 50 como ellos mismos cuentan, si es cierto que la parte más enfocada al diseño en plantillas de ordenador, donde salen las cuadernas y el alma de la tabla recae sobre las mañas de Pichi, la parte más vinculada a las madera, sobre las manos de Trigo.

RELACIONES Y COMBINACIONES

El truco de esta relación, de ya dos años de recorrido, que también la podríamos definir como “surf, madera y buen rollo” reside en cómo se entienden entre ellos, y aunque confirman tener gustos diferentes siempre llegan a un acuerdo “vamos engranando engranando y al final… encaja, los dos tenemos ideas y vamos escogiendo lo  mejor de cada una y fluye, fluye, como un embudo en el que entra agua de varios sitios pero toda va a salir por el mismo…. jajajaja”

Tanta es la simbiosis entre ellos y las tablas que la creación de cada una de ellas la definen casi como “un parto”. Siempre que pueden intentan probar cada una de sus obras, aunque bien es cierto, como reconocen, no siempre se puede “cuando está la tabla no hay olas y cuando hay olas no está la tabla… jajaja”. Llegan casi a tener una relación paternal en la que “cuando vamos a un festival y vemos a alguien con una de nuestras tablas, saludamos a los dueños por educación, nuestros ojos están puestos en la tabla, cómo preguntando qué tal estás, cómo va todo, te tratan bien…”. De sus manos ha salido ya una flota de más de 20 tablas de madera que surfean todos las aguas de nuestro país, y de las que no se descarta alguno más que está por venir “nos llaman de Francia, Portugal, hasta de Chile nos han preguntado”.

Y es que en lo artesano y el mimo con el que trabajan está la clave de su éxito, pues no hay una tabla 100×100 igual “sí, hay algunos modelos que son iguales, pero siempre lo que la madera nos deja, las simmon son simmons, las fish, fish y los tablones, tablones, pero la madera está viva, es materia orgánica. Lo que nunca es igual es el dibujo, la manera de pintarlas”.

SENSACIONES Y EMOCIONES

No tarda en salir al ruedo la pregunta que más temen, o la más difícil como ellos dicen, ¿Cuáles son las diferencias con las de foam, cuáles son mejores? “Esa es una pregunta trampa…jajaja. Nosotros no somos surfistas profesionales, y no es que surfeáramos durante 20 años con foam y de repente nos cambiásemos a la madera, creo que estuvimos los primeros años con el foam, sobre todo aprendiendo, nuestro recorrido se hizo ya en nuestras propias tablas, y bueno, aunque es cierto que en la playa solemos probar tablas que nos dejan, de foam, de epoxi, la diferencia es que ¡la madera es la hostia…jajaja! Tabla y ola se convierten en uno sola, el peso, la velocidad, todo, ¡es una comunión perfecta!”. Como no podría ser de otra manera, con la sonrisa eterna que los caracteriza a ambos, en sus ojos se nota que las sensaciones que produce surfear estas tablas para ellos está próximo al nirvana, que además si le añadimos que salen de sus manos “es la hostia, no podríamos explicarlo, es algo que se basa en lo extrasensorial, se nos pone la piel de gallina solo con contarlo… jajaja”.

FUTURO

Y en relación a estas sensaciones que produce surfear tu propia tabla es de lo que nos hablan a continuación, “en el futuro nos gustaría poder realizar workshops, que la gente venga por aquí y que pueda hacer su propia tabla, nosotros le damos los conocimientos y ellos que pongan las ganas la ilusión y el trabajo”.

Confiesan que a día de hoy es difícil vivir de esto, es más un hobby que un trabajo, ya que “la madera todavía es algo muy reducido dentro del surf, y para vivir de ello tendríamos que cobrar cada tabla por una millonada, y entonces no venderíamos, así que de momento a seguir haciendo lo que nos gusta. Con el tiempo ya se verá”. Y así es que lo que empezó como un reto de dos amigos a día de hoy no ha hecho más que crecer, pero la humildad es la base del trabajo de estos dos shapers de la madera, que tabla a tabla se están haciendo un hueco en el panorama del surf de nuestro país. Tanto es así que confiesan ser reconocidos allá donde van “este año en Salinas la gente nos paraba y nos decía: ¡vosotros sois los de CDR! Soy de Málaga y sigo vuestro trabajo.” Esto es síntoma de que están haciendo las cosas bien y que el futuro solo le depara seguir creciendo.

CULTURA LONGBOARD

Como toda buena charla entre amigos, no tarda la conversación en coger unos derroteros hacia temas más actuales, en conocer cómo ven ellos el actual panorama del longborad en España y ambos están de acuerdo en que el futuro es la madera, “se está volviendo a lo de antes, no solo en el surf, en todo. Evidentemente hay algo de moda en ello, pero cada vez hay más gente que busca lo puro, lo más clásico, el surf de antes, y eso es el tablón, las fish… surfear sin invento y con tablas de un determinado peso”. No falta razón en estas afirmaciones en la que se pone de manifiesto el gusto por lo antiguo, la vuelta a lo de antes, los jueves serán los nuevos viernes, y los retro serán los nuevos surfers.

En la actualidad parce que estamos viviendo dos realidades paralelas, el auge de la competición y la incursión del surf en los JJ.OO y el crecimiento exponencial de la gente que cambia su tabla corta por la tabla larga “antes el long era de viejunos, ahora es cada vez más habitual ver chavales con tablas largas en la playa, ya no empiezan solo con tabla corta”.

Esta nueva realidad implica muchas cosas, se empiezan a ver campeonatos solo de long, las playas se dividen entre las de tabloneros y las de los que no los son, salvando las distancias evidentemente. Todo este nuevo boom de lo antiguo es lo moderno también ha llegado al surf, al igual que lo ha hecho el concepto eco o bio, para el que también tenemos unas palabras “la palabra eco esta corrompida, si es cierto que la madera es más ecológica, pero es muy difícil hacer una tabla 100×100 ecológica, las colas ecológicas no pegan igual, las resinas aunque te las vendan más caras y con el prefijo eco, no existen… para nosotros no es un objetivo principal, sí es cierto que intentamos que todo lo que usamos sea lo más respetuoso posible con el medio ambiente, a día de hoy es imposible. Creemos que en este caso debería ser algo más de sentido común, no manchar no por ser una ecopersona, sino por ser consecuente con tus actos, es el futuro de nuestros hijos de lo que hablamos”.

CONFESIONES Y TABÚES

Se definen como clásicos, en ellos reside la auténtica esencia de los soul surfers y como hemos podido comprobar no están al margen de los temas que acechan el candelero de la actualidad, sin embargo también valoran la otra corriente que existe en el longboard actual, que es la high performance, en la que se busca sacar el máximo rendimiento a los tablones.  Pero ese no es su estilo “nosotros tiramos para lo clásico, la madera es lo que pide, en cuanto a todo, maniobras, diseño… clásico, ¡clásico!”

Este choque entre culturas diferentes favorece a todos, más ruido, más repercusión, y aunque se presupone eterno este gran debate solo puede hacer que las cosas mejoren para ambos seguidores. Porque unos defenderán unas teorías y otros las contrarias, pero para romper tabúes qué mejor que preguntar por ellos y CDR contesta, el peso: “una vez que la gente prueba estas tablas el tema del peso se olvida, la estabilidad y la velocidad que te da una tabla de estas no te lo da ninguna otra, parece incluso que vayas aplanado el mar, y después a la hora de surfear no se nota, se manejan igual”. Las reparaciones: “todo se repara, no deja de ser una tabla normal, tal vez algo más de trabajo porque al ser huecas por dentro si tienes un golpe puede entrar agua, pero se saca la tapa, se seca y ya está lista para otra”.

Tabla ideal de Pichi: 9 pies

Tabla ideal de Trigo: 8 pies

Conversaciones, risas y olas es lo que se comparte al lado de CDR, una marca “made in Galicia” 100×100 artesana, donde las puertas de su taller siempre están abiertas para aprender y disfrutar. Una charla entre amigos que nos presenta, a los que todavía no conocían, a dos shapers de la madera que disfrutan de lo que hacen y de como lo hacen. Cuando el surf pasa de maniobras a emociones es cuando tu alma no es solo la rivalidad o la competición, es cuando el espíritu y la naturaleza se confabulan para disfrutar de una buena sesión entre amigos y madera.