Mares más contaminados

LOS MARES MÁS CONTAMINADOS DEL PLANETA

La gran contaminación de los mares es una problemática grave que afecta a numerosos ecosistemas marinos alrededor del mundo. En este artículo presentamos los Mares más contaminados.

Mar Mediterráneo

El Mar Mediterráneo, a pesar de ser uno de los más pequeños con una extensión de aproximadamente 2.5 millones de kilómetros cuadrados, es uno de los más contaminados del planeta. Esta región alberga a más de 150 millones de personas en sus costas y se estima que recibe 200 millones de turistas al año, lo que contribuye significativamente a su contaminación. 

Según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Mediterráneo contiene alrededor del 7% de los microplásticos del mundo, lo que equivale a aproximadamente 1.25 millones de partículas por kilómetro cuadrado. Además, se estima que cada año se vierten en sus aguas 570,000 toneladas de plásticos, procedentes principalmente de Turquía, España, Italia, Egipto y Francia.

La actividad industrial y agrícola en la cuenca del Mediterráneo es otra fuente importante de contaminación. Aproximadamente 50% de las aguas residuales urbanas y el 60% de los desechos industriales se descargan en el mar sin tratamiento adecuado.

Los productos químicos, metales pesados y nutrientes en exceso, especialmente nitratos y fosfatos de la agricultura, causan problemas como la eutrofización, que provoca la proliferación de algas nocivas y la disminución de oxígeno en el agua, afectando gravemente a la biodiversidad marina. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, cada año se liberan 100,000 toneladas de hidrocarburos al Mediterráneo, principalmente debido a actividades de transporte marítimo y derrames de petróleo.

Además, la sobrepesca y el tráfico marítimo intensivo contribuyen a la degradación del ecosistema marino del Mediterráneo. Este mar es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, con aproximadamente 220,000 barcos cruzando sus aguas cada año, lo que representa el 30% del tráfico marítimo global.

La contaminación acústica y química de los barcos, junto con los derrames de petróleo, tienen un impacto devastador en la fauna marina. En conjunto, estas cifras y actividades muestran claramente por qué el Mar Mediterráneo enfrenta una crisis ambiental significativa que requiere medidas urgentes de conservación y gestión sostenible para proteger su biodiversidad única y su importancia ecológica y económica.

Mar Caribe

El Mar Caribe, conocido por sus aguas cristalinas y su rica biodiversidad, enfrenta una crisis ambiental significativa debido a la contaminación. Este mar abarca aproximadamente 2.75 millones de kilómetros cuadrados y es el hogar de alrededor de 22 países y territorios.

Se estima que más de 80% de las aguas residuales en la región se descargan sin tratamiento adecuado, contribuyendo a la contaminación del mar. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cada año se vierten en el Caribe aproximadamente 320,000 toneladas de plásticos, provenientes principalmente de las actividades turísticas y de los desechos urbanos mal gestionados.

La agricultura y la escorrentía de fertilizantes y pesticidas son otros factores que contribuyen a la contaminación del Mar Caribe. La Organización de los Estados Americanos (OEA) señala que cerca del 70% de los nutrientes que llegan al mar provienen de la agricultura. Estos nutrientes excesivos causan eutrofización, lo que a su vez provoca la proliferación de algas nocivas y la pérdida de oxígeno en el agua, afectando gravemente los ecosistemas marinos, incluyendo los arrecifes de coral.

Los arrecifes de coral del Caribe, que representan el 10% de los arrecifes de coral del mundo, han disminuido en un 50% en las últimas tres décadas debido a la contaminación, el cambio climático y la sobrepesca.

El turismo masivo en el Caribe también tiene un impacto negativo en la calidad del agua y la salud de los ecosistemas marinos. La región recibe más de 30 millones de turistas anualmente, lo que genera una gran cantidad de residuos y aumenta la presión sobre los recursos naturales.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), las islas del Caribe generan más de 3.5 millones de toneladas de residuos sólidos al año, de los cuales una gran parte termina en el mar. Esta contaminación no solo amenaza la vida marina, sino que también pone en riesgo la economía local, que depende en gran medida del turismo y la pesca. Por lo tanto, es crucial implementar estrategias de gestión sostenible y conservación para proteger el Mar Caribe y sus valiosos ecosistemas.

Mar de China Oriental y Mar Amarillo

El Mar de China Oriental y el Mar Amarillo, situados en la región costera de China, enfrentan niveles alarmantes de contaminación debido a la intensa actividad industrial y urbana en sus proximidades. Estas áreas marítimas están rodeadas por algunas de las ciudades más pobladas y desarrolladas del mundo, como Shanghái y Tianjin, lo que contribuye significativamente a la descarga de desechos industriales y aguas residuales.

Según un informe de Greenpeace, más del 60% de las aguas residuales industriales de China se vierten en estos mares sin tratamiento adecuado, lo que introduce grandes cantidades de metales pesados y químicos tóxicos al ecosistema marino.

La escorrentía agrícola es otra fuente importante de contaminación en el Mar de China Oriental y el Mar Amarillo. China es uno de los mayores productores agrícolas del mundo, y el uso intensivo de fertilizantes y pesticidas se traduce en una alta concentración de nutrientes como nitrógeno y fósforo en los cuerpos de agua cercanos. Estos nutrientes provocan la eutrofización, un proceso que desencadena el crecimiento excesivo de algas nocivas, conocidas como mareas rojas, que a su vez disminuyen los niveles de oxígeno en el agua y crean zonas muertas.

La Administración Oceánica Estatal de China ha reportado que más del 50% de las aguas de estas regiones marítimas sufren de eutrofización severa, afectando la biodiversidad y la salud de los ecosistemas marinos.

Mares más contaminados
Foto de shark ovski en Unsplash

Además de la contaminación química y biológica, el Mar de China Oriental y el Mar Amarillo enfrentan graves problemas debido a la contaminación por plásticos. Se estima que aproximadamente 1.3 millones de toneladas de desechos plásticos ingresan anualmente a estos mares, provenientes de fuentes terrestres y marítimas. Este problema se ve exacerbado por el intenso tráfico marítimo en la región, ya que estos mares son rutas cruciales para el comercio internacional, con miles de barcos transitando diariamente.

La combinación de desechos industriales, agrícolas y plásticos ha llevado a una situación crítica, que no solo amenaza la vida marina sino también las comunidades costeras que dependen de estos mares para su subsistencia. La implementación de políticas ambientales más estrictas y la promoción de prácticas sostenibles son esenciales para mitigar la contaminación y proteger estos importantes ecosistemas marinos.

Acciones internacionales y políticas globales

Una de las principales herramientas en la lucha contra la contaminación marina es el Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación por los Buques (MARPOL), implementado por la Organización Marítima Internacional (OMI). Este convenio regula la descarga de desechos y contaminantes por parte de los barcos, incluyendo hidrocarburos, sustancias nocivas y desechos plásticos.

Además, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lidera iniciativas globales como la “Campaña Mares Limpios”, que tiene como objetivo reducir el uso de plásticos desechables y microplásticos. El PNUMA también trabaja con gobiernos para desarrollar políticas y regulaciones más estrictas sobre la gestión de residuos y la protección de los ecosistemas marinos.

Otra iniciativa importante es el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), que promueve la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina. Este convenio incluye objetivos específicos para proteger áreas marinas y costeras, así como para reducir la contaminación que afecta a la vida marina. Además, la cooperación internacional en plataformas como el G20 y el G7 ha resultado en compromisos para reducir la contaminación plástica y mejorar la gestión de residuos a nivel global.

Acciones nacionales y locales

A nivel nacional, muchos países han implementado leyes y regulaciones para controlar la descarga de desechos industriales y aguas residuales en los mares. La Unión Europea, por ejemplo, ha establecido la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina, que obliga a los estados miembros a alcanzar un buen estado ambiental en sus aguas marinas. Estas regulaciones buscan minimizar el impacto de las actividades humanas en los ecosistemas marinos.

Proyectos de restauración de ecosistemas también están en marcha en varios países. Estos proyectos incluyen la replantación de manglares y la rehabilitación de arrecifes de coral, acciones que ayudan a mejorar la resiliencia de los ecosistemas marinos frente a la contaminación y el cambio climático.

En paralelo, se están desarrollando campañas educativas y de concienciación sobre la importancia de reducir el uso de plásticos y mejorar la gestión de residuos. Estas campañas buscan cambiar los comportamientos individuales y promover prácticas sostenibles, cruciales para la protección del medio ambiente marino.

Acciones específicas en zonas críticas

En áreas particularmente afectadas, como el Océano Pacífico, el Mar Mediterráneo y el Mar Caribe, se están llevando a cabo iniciativas de limpieza marina. Organizaciones no gubernamentales y gobiernos locales organizan limpiezas de playas y mares, recolectando toneladas de residuos plásticos y otros desechos. The Ocean Cleanup, por ejemplo, ha desarrollado tecnologías innovadoras para eliminar plásticos del océano, con esfuerzos concentrados en el Gran Parche de Basura del Pacífico.

Además, se están realizando inversiones significativas para mejorar la infraestructura de gestión de residuos. La construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales y la mejora de los sistemas de recolección y reciclaje de desechos son esenciales para reducir la cantidad de contaminantes que llegan al mar. Ciudades costeras en países como Japón, Corea del Sur y Estados Unidos están invirtiendo en estas infraestructuras para mitigar la contaminación.

Finalmente, varios países y ciudades han implementado prohibiciones y restricciones sobre el uso de plásticos de un solo uso, como bolsas, pajillas y envases. Estas medidas ayudan a reducir la cantidad de plásticos que terminan en los océanos, y países como Canadá, Francia y Kenia han adoptado legislaciones estrictas al respecto. Estas prohibiciones son un paso crucial hacia la reducción de la contaminación plástica y la protección de los ecosistemas marinos.

Foto de portada: Naja Bertolt Jensen en Unsplash

Surfer Rule
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