11 Jul LONGBOARD DANCING
El skate está íntimamente relacionado con el surfing y en sus orígenes se desarrolló en la costa oeste de los Estados Unidos como una alternativa a la tabla de surf para ser practicado en tierra, normalmente en piscinas vacías y otros planos inclinados donde los skaters eran capaces de simular los movimientos de las olas cuando no podían usar sus tablas de surf debido a las malas condiciones temporales.
De hecho, en los orígenes del skate éste se conocía con el nombre de sidewalk surfing o “surf de las aceras” y muchas veces se practicaba descalzo o de rodillas, buscando una vez más emular la experiencia del surfing. El skate, así como su precedente el surf, su adaptación a la nieve, el snowboard, u otras variantes como el longboard, no funcionan bajo esa lógica, en la que el deporte es un medio o un instrumento para lograr mejores marcas y orientado a la competición, sino que los que lo practican lo consideran
“Un fin en sí mismo, cuyo valor radica en la satisfacción que produce y no en la obtención de unos resultados mensurables o en la ideología del logro” (op.cit.: 9).
El skate, como el longboard, y al igual que su predecesor, el surf o la variante del snowboard, informan por tanto acerca de una forma de relacionarse con el medio en que se desarrolla (Laraña, 1986), -ya sea el mar, la nieve o la ciudad- que reporta al que lo practica una serie de emociones y sensaciones que le permiten obtener determinadas cotas de satisfacción y autorrealización -el principio axial que constituye la cultura moderna-, y para cuyo logro no existen fronteras a la experiencia, de modo que nada está prohibido y todo debe ser explorado (Bell, 1977).
Sin embargo, su difusión y generalización pasa necesariamente por la comercialización y mercantilización del mismo a través de los mecanismos deproducción y canales de distribución propios del orden tecno-económico de las sociedades contemporáneas, que operan con criterios de rentabilidad, productividad eficiencia o utilidad; así como por la regulación y el control de su práctica en el espaciourbano, mediante dispositivos como los skateparks, que paradójicamente al tiempo que sirven a este fin, aumentan su popularidad y contribuyen al desarrollo de
su práctica.
Asimismo , la práctica del skate, y por ende, del longboard, se caracteriza por una gran transversalidad y heterogeneidad de practicantes, espacios, estilos, gustos musicales, etc, que puede entrar en colisión con la tendencia a considerar esta práctica como una subcultura con identidad propia.
Otros lo entienden más como un deporte y otros utilizan la tabla simplemente como un medio de transporte con el
que moverse por la ciudad. En lo musical, encontramos skaters muy influenciados por la cultura hip hop, que pintan graffitis y visten gorras y ropas holgadas, otros que escuchan música punk y hardcore, otros que prefieren el reggae y fuman marihuana, y otros que aglutinan diferentes aspectos de esta diversidad de influencias.
*Foto portada Matthew McCarthy en Unsplash
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