26 Abr LA INDIA: DONDE EL ALMA TE GUÍA
El Alma conoce el camino, sólo has de dejarte llevar, me dijo justo antes de bajarme del avión. Olores y sabores totalmente nuevos, templos altísimos y casi un dios para cada cosa. India es el lugar perfecto para dejar salir tu “ser” y dejarte llevar por todo lo que te rodea hasta encontrarte a ti mismo.
La mañana es clara y el sol apenas aparece por el horizonte, en la calle aún no hay ni rastro del “caos” de carritos, monjes, comerciantes o nada parecido, solo algunas vacas que decidieron, como casi siempre, pasar la noche cerca de nuestra casa. El lago y los cinco templos que lo custodian, tienen a estas horas un color entre naranja y amarillo, efecto causado por los rayos del sol y el agua verdosa del lago.
El olor a te Chai e inciencio se respira por todos lados mientras caminamos a toda velocidad hacia el templo donde vamos a recibir clases de Yoga. Una vez allí, un anciano hombre llamado Kamal, esperaba nervioso nuestra llegada sujetando un cubo lleno de agua caliente con sal y tres vasos de cristal. Teníamos que “purificar” nuestro interior antes de comenzar y debía ser antes de que el sol estuviera del todo presente, eso fue lo que nos dijo nada más llegar a la azotea del templo. Estaba claro que por aquí las cosas iban a ser diferente a otros lugares que habíamos visitado.
En este País el “tiempo” no tiene el mismo sentido, no importa quién eres, no importa a donde vas, ni cuánto dinero llevas para el viaje, solo importa lo que llevas dentro de ti y lo que puedas llegar a sentir. Las gentes son muy amables y sonrientes, sobre todo en la costa (lejos de las zonas turísticas). Vacas sagradas, templos hinduístas o incluso pequeñas partes de algunas ciudades donde tendrás que andar descalzo ya que incluso algunas de sus calles son sagradas o están llenas de templos. A lo lejos, en el horizonte el mar, al que siempre tenemos presente en nuestra cabeza, esto es India.
Lo que puedas llegar a sentir en este viaje, depende proporcionalmente de hasta dónde te dejes llevar, que sea ella quien te guie. Los olores y el sabor de sus comidas, los trenes infinitos y sus kilométricas playas desérticas pobladas por vacas y locales harán el resto, porque tu alma conoce el camino
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