11 Mar La ciudad Inca del Surf por Kepa Acero.
‘Es evidente que pude ver por Google Earth que había una pointbreak de izquierda, pero nunca me imaginé lo difícil que sería llegar a ese punto. Mi plan era subir a una montaña de más de 3.500 metros y desde allí otear la esperada izquierda. No sabia lo que me iba a encontrar allí, esto es la esencia de la aventura, la incertidumbre.
Pensé que cinco días duros de trekking por la selva amazónica serían suficientes para llegar a la cima de la montaña. Por último, la expedición me llevó 22 días. Se terminaron los víveres así que tuve que alimentarse con hongos y, gracias a Dios que mi incursión en la caza fue buena, atrape un alce, de lo contrario no se si estaría aquí cómodamente tomando una taza de café mientras relato mi aventura.
También siento la obligación de nombrar a mis dos colegas y amigos en esta odisea. Un libro de Jack London ‘El vagabundo de las estrellas’ y la foto de mi guía espiritual que siempre llevo en mi billetera el Capitán Sparrow. Solo y sin ellos no habría encontrado la fuerza para llegar hasta el final.
Después de más de tres semanas caminando por la selva, llegó a la cima de la montaña y desde allí lo primero que veo es el mar. Yo no podía creer lo que veía. Una ciudad misteriosa, aparentemente construida por la civilización Inca, estaba sobre la majestuosa izquierda . Aquella visión de la punta, aquellas ocho lineas de olas perfectamente encadenadas, fue lo màs hermoso que he visto en mi vida. Por un momento pensé que este escenario podría ser el resultado de los delirios causados por un hongo alucinógeno que había ingerido desesperadamente a lo largo del camino. Pero no, aquello estaba pasando y yo era el privilegiado de ser el único hombre en la tierra que tenìa a dios ante mi
Las civilizaciones preincas e incaicas comenzaron a surfear hace más de 5.000 años. Probablemente explorado la costa en busca de una legendaria izquierda, ‘Mamape, la ola que nunca termina’.
Ellos deben haber sentido lo mismo que cuando yo la vi por primera vez.
Probablemente construyeron aquella ciudad en base a la ola, templo sagrado de los incas. Una civilización de surfistas que entiendió el surf como una manera de conectar con la naturaleza y con dios. Autosuficientes, estos surfistas prosperaron durante siglos con lo justo y necesario
Maldigo el día que llegó el malvado Pizarro con sus tropas castellanas y arrasaron con aquella gente. Lejos de buscar una experiencia religiosa o una conexión con el entorno, a Pizarro le movía “El Dorado”, montañas de oro. La codicia, una vez màs, acabó con la harmonía de una civilización utópica y me hace pensar que un mundo mejor es posible.
De qué le sirvió a Pizarro todo aquel oro, si murió como tod@s, sin nada. Sin embargo, la magia de la ola de Mamape sigue intacta por los siglos de los siglos.
Al fin y al cabo, nosotros nos vamos, y lo único que perdura es la naturaleza.
“La Cuidad Inca del Surf”, un falso documental de Kepa Acero.
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