21 May JACQUES COUSTEAU, EL EXPLORADOR DEL MAR
El técnico oceanógrafo francés, Jacques Cousteau, dedicó su vida a explorar la inmensidad de las aguas. Vivió diferentes aventuras gracias a sus inventos de submarinos y a su insaciable curiosidad por la profundidad del mar.
Una vida dedicada al océano
Nació en París en el año 1910, fue explorador, oficial naval, escritor, realizador audiovisual y promotor ambiental.
Una de las razones por las que es reconocido mundialmente es porque en 1943 inventó los reguladores, junto con el ingeniero francés Émile Gagnan. Los reguladores ya existían, pero eran bastante pesado. Los que inventaron los franceses eran de menos tamaño y más livianos que incrustados en las botellas cargadas de gas comprimido a una presión que permitiera respirar a profundidades superiores a los diez metros. La funcionalidad de este instrumento permitió llevar el buceo a un nivel superior, lo que nos permite actualmente recorrer los océanos como los mismísimos peces, de forma sencilla y ligera.
Los inicios de una leyenda
A los cuatro años Cousteau no contaba con las mejores condiciones de salud, por esta razón el médico le recomendó no realizar deportes o actividades que implicarán contacto brusco. Con la restricción para realizar prácticas deportivas, mientras iba creciendo empezó a despertar un interés por el agua lo que le llevó a iniciarse en buceo mientras su familia vivía en Estados Unidos. Su adolescencia estuvo marcada por el gusto hacia los medios audiovisuales y a la fotografía. A los 13 años su padre le regalo una cámara filmadora y desde ahí se dedicó a documentar todas sus hazañas.
En 1930 ingresó a la Academia Naval Francesa donde se graduó de oficial de artillería. Trabajó para la resistencia donde aprendió a pilotar aviones y desarrollo su carrera militar hasta 1957. Se destacó por sus trabajos de comandó en la base naval de Shangai, la Legión de Honor, el crucero Dupleix, el bombardeo de Génova, entre otras. Mientras realizaba sus labores sufrió un accidente que le rompió ambos brazos, por lo cual se convirtió en piloto naval. Fue hasta 1943 que probó una cámara subacuática, un instrumento pesado e incomodo para los exploradores. De acá nació la necesidad de crear nuevas herramientas que facilitaran el trabajo de los exploradores.
Durante la Legión de Honor, en el marco de la Segunda guerra mundial, realizó su primera película A diez brazas bajo el agua. Su intención era acercar esos conocimientos científicos a las personas del común para poder compartir con todo el mundo las maravillas del océano. Luego de esto se embarcó en una expedición submarina en el mar Mediterráneo para buscar el Mahdia, un barco romano, esto significó la primera expedición de arqueología subacuática de la historia realizada con dispositivos autónomos de inmersión.
En 1953 Cousteau publicó el libro El mundo del silencio, que luego se convirtió en película documental bajo la dirección de Louis Malle. Este film se llevó, en 1956, el premio de Palma de Oro en el Festival de Canes y luego el Oscar.
Su legado también se forjó por su preocupación por la conservación marina y el deterioro de nuestro planeta. En 1960 el oceanógrafo organizó una campaña publicitaria para visibilizar la peligrosidad de los residuos radioactivos iban a ser lanzados al mar por la Comunidad Europea de la Energía Atómica. Mujeres y niños se sentaron en las vías del tren que transportaban estos residuos y evitaron su descarga. Esta situación inició una conversación en torno a los riesgos de los experimentos nucleares. Y en años siguientes creó junto a su hijo la Sociedad Cousteau para la protección de la vida oceánica con la que denunciaba a la pesca irresponsable y los problemas de la sobrepoblación.
Su faceta de inventor seguía activa y en 1960 sacó a la luz unos platillos de buceo que permitían descender a mayor profundidad, además de unos propulsores en forma de hélice que aumentaba la velocidad de los buzos en el océano. Tres años después construyó la primera base humana en el fondo del mar y permaneció allí con su equipo de investigación durante 30 días.
Su pasión por la documentación audiovisual lo convirtió en una celebridad con la serie que fue transmitida en varios países: El mundo submarino de Jaques Cousteau (1963). En esta, el explorador narraba sus aventuras a bordo del Calypso, un barco que el remodeló completamente para convertirlo en un buque oceanográfico. La primera misión que tuvo fue el estudio de corales en el mar Rojo. Esta serie se encargó de contagiar a millones de espectadores por la emoción que genera el mundo submarino y la vida en el mar.
Falleció en el año 1997 a causa de problemas cardiacos. En su honor se le otorgó su nombre a una calle y en ella está una placa conmemorativa, en el municipio frances, Saint-André-de-Cubzac. Su trayectoria ha sido de mucha importancia para la investigación oceánica y sus inventos son lo que permiten que hoy podamos estudiar las profundidades y misteriosas aguas de los mares.
Foto de portada: The legacy of underwater explorer Jacques Cousteau
Bibliografía: https://es.wikipedia.org/wiki/Jacques-Yves_Cousteau
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