27 Jun PARTE 2: UN POCO DE SUR…(SOUTH LUZON)
Todos necesitamos de vez en cuando un poco de sur y Luzon era una enorme isla llena de montañas y rincones secretos aun por descubrir por la mayoría de las personas.
Sus costas casi inaccesibles, sus “duras” carreteras llenas de curvas y peligros junto con sus amables gentes, hacían que no nos fuéramos, sin recorrerla casi en su totalidad para descubrir sus miles tesoros y para llenarnos de historias de mares azul turquesa y noches de hogueras con cenas “enlatadas” en alguna diminuta islita cerca de la costa.
Decidimos irnos carretera abajo al sur, a esa parte de la isla que se dibuja como una gran bota gigante que apunta al Pacífico sin miedo, donde la jungla es aun más espesa si cabe y los corales “brotan” del fondo marino como si de malas hierbas se trataran, un lugar muy poco conocido y donde casi todo el mundo dice que no hay mucho que hacer. Palabras mágicas para nosotros.
Daet, primera parada
Daet en si no tiene mucho mas de lo que pudiera tener una ciudad Filipina de tamaño medio, mucho ruido, coches, McDonalds… Nada que nos hiciera quedarnos por allí mas de un par de horas hasta saber como irnos. Cogimos un tricicle de unos 35′ para poner rumbo a Bagasbas, una larguísima playa de arena gris con un oleaje bueno para el surf, pero muy ventoso por estas fechas, algo llena de gente de Manila, pero aun tranquila, en verdad parecía sacada de algún otro país muy distinta a Filipinas, rodeada de pinos y grandes extensiones de pastos y césped, con calles desiertas y alguna que otra cabra pastando por ahí…Muy raro todo.
Como tampoco era la imagen que teníamos en la cabeza, preguntando nos dijeron que había un grupo de pequeñas islas a unos kilómetros de la costa, que según los pescadores, había bajas de coral y el mar se levantaba mucho en alguna de ellas, ¡he aquí la frase ganadora del día! Teníamos que irnos a un puerto a una hora de Daet que se llama Mercedez para conseguir algún barco que nos acercara allí y así poder descubrir cuán ciertas eran las palabras del pescador. Con lo que no contábamos era con que el barco que nos podía llevar allí, era del gobierno y pedía dinero a raudales por acercarnos (entre impuestos, gasolina, recogernos…) Abortamos misión de momento. Toda esta parte de la costa es un gran parque natural rodeado de Manglar y playas de arena según vimos en los mapas, por lo que decidimos irnos a ver qué playas o secretos escondía entre sus costas. No nos defraudó. Preciosas playas con oleaje y mucha jungla casi tocando el agua, un lugar para pasar unos días.
Apoao Pequeña Island y Camarines Norte
Compramos provisiones, buscamos una caseta de campana y nos montamos en la barca pesquera rumbo a Apoao Pequeña Island, una gran playa de arena amarilla como el sol y muchos pinos nos dieron la bienvenida a esta diminuta isla, al bajarnos conocimos a la familia que cuidaba de la misma desde hacia años y tras comentarles nuestro plan nos indicaron donde estaban las “escurridizas” olas por las que tanto preguntábamos. Cogimos los bártulos y atravesamos la jungla que ocupaba el interior de la isla, sobrevolados por zorros voladores gigantes, miles de bichos y todo tipo de animales que vivían allí.
El otro lado era la imagen perfecta para cualquier surfero, corales y más corales con suaves y delicadas olas rompiendo sobre ellos, la caseta la plantamos en lo alto ya que la playa eran rocas y jungla muy densa (no era un buen lugar para dormir), desde arriba podíamos ver las otras islas de los alrededores e incluso como la isla casi tocaba a su hermana Apoao Grande, cerrada ahora al público.
Naga y Camarines Sur
Continuando nuestra exploración por estas tierras, seguimos un poco más al sur, donde las aguas se vuelven más tranquilas y cálidas, donde los corales viven junto a extrañas formas rocosas que salen del agua casi careciendo de sentido lógico, con extrañas y caprichosas formas y cubiertas de jungla que toca el mar de una forma inimaginablemente bella.
Sorsogon
Conocida por sus buenas olas y por una pequeña y amable comunidad de surfistas locales, que te ayudaran a encontrar la mejor ola del lugar para ese día.
En definitiva, Luzon es mucho más de lo que parece, tiene de todo y si tienes tiempo, podrás comprobar que los mejores “tesoros”, no tienen porque estar tan lejos.
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