16 Jun HÁBITOS SALUDABLES, PON UNA SONRISA EN TU CARA
Tradicionalmente las rutinas de ejercicio se detenían con la llegada del verano, o incluso antes, cuando la meta auto establecida por el deportista estaba a punto de llegar. De esta manera podía disfrutar del verano con los objetivos cumplidos y pasar horas en la playa.
En la actualidad, esa costumbre ha variado. Los deportistas continúan con sus rutinas a pesar del calor y de encontrarse tomando sus vacaciones. Las facilidades existentes para hacer deporte y un progresivo aumento de la valoración por los beneficios del deporte han llevado a que el verano se vea plagado de deportistas de todo tipo realizando sus rutinas al aire libre.
Sin embargo, el cambio de temperaturas debe provocar un cambio en las formas de practicar deporte. Por eso, es frecuente cometer errores y arriesgar la salud intentando ejercitarse de forma inapropiada.
En este artículo he cambiado totalmente la dinámica que hemos llevado a lo largo del año. Hemos realizado infinidad de entrenamientos, rutinas y consejos de prevención pero ahora lo que quiero es que disfrutes y que no dejes de ejercitarte, y para que no lo hagas de forma errónea, te dejo algún consejo para que aprendas cómo debes practicar deporte durante el verano.
Decide un buen horario de entrenamiento con inteligencia, prefiere siempre el amanecer o el atardecer, evitando las horas de la tarde donde las temperaturas son más altas.
No te descuides, utiliza protector solar, e intenta aplicarlo varias veces mientras continuas ejercitándote para que este no pierda su efecto a causa del sudor.
Bebe suficiente agua, hidrátate correctamente media hora antes de comenzar el entrenamiento, bebe agua durante la rutina y también al finalizar. Las bebidas isotónicas también pueden ser de gran ayuda para reponer minerales.
Utiliza ropa adecuada, preferiblemente en tonos claros.
Planifica y deja de improvisar, no puedes empezar a hacer cambios si previamente no has identificado qué haces mal. Define tus objetivos y marca prioridades ya que no puedes hacer todos los cambios a la vez.
La planificación también debes tenerla presente a la hora de decidir qué comer cada día. Te recomiendo que te hagas un “planning” de menú semanal.
Llena el carro con alimentos saludables, en tu nevera no pueden faltar verduras, hortalizas y frutas, preferentemente de temporada. Elige cereales integrales (pasta, arroz, pan…), da preferencia al pescado frente a la carne, consume lácteos desnatados y evita comprar productos con mensajes que llevan a confusión y engaño al consumidor como “0% materia grasa”, “light”, “sin azúcares añadidos”..
Deja de lado los malos hábitos, llega el momento de que dejes de comprar refrescos, bollería, embutidos y platos precocinados. Deja de picar mientras cocinas o entre horas cuando estas aburrido en casa.
Hidrátate, toma agua, infusiones, té y caldos vegetales a lo largo de todo el día de tal forma que llegues a beber al menos 1-1,5 litros al día.
Elige cómo cocinar los alimentos, cocina a la plancha, vapor, al papillote, horno y modera la cantidad de aceite que usas para cocinar y aliñar.
No busques novedades ni pócimas mágicas, para perder peso y cuidar tu alimentación no necesitas hacer cosas raras, seguir las dietas de moda ni gastarte dinero en productos mágicos. Es tan fácil como seguir una alimentación variada y equilibrada de la mano de un estilo de vida saludable que incluya ejercicio físico.
No sigas consejos que no tienen fundamento, si te ves perdido y no sabes cómo cambiar tus hábitos, te recomiendo que te pongas en manos de un dietista-nutricionista que te ayude y te asesore. Por desgracia existen muchos mitos nutricionales a pie de calle y mucha “mala información” en Internet que lleva a confusión.
¡¡¡Muévete y no dejes que la pereza te pueda, coge unas olas y pon una sonrisa en tu cara!!!
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