20 Mar FRANCISCO PORCELLA: ALIVE

Francisco Porcella es el hombre del que últimamente todo el mundo habla, todo un waterman con una debilidad clara por las olas XXL. Este surfista nació en Cerdeña Italia y ha pasado gran parte de su vida en Maui, Hawaii.

Su infancia la transcurrió u infancia  dedicado al fútbol pero enseguida sintió la llamada del océano y comenzó su carrera en el surf, algo que tenía que pasar tarde o temprano estando tan rodeado de agua. Con 13 años Francisco estaba inmerso en multitud de deportes acuáticos había descubierto el bienestar y la paz que el mar le transmitía y no tardó en interesarse por las olas gigantes. Esas masas de agua salada, eran la madre naturaleza en todo su esplendor tenía que ser capaz de conectar con ellas, de llegar a surfearlas. A partir de ese momento, Francisco comenzó a perseguir estas olas alrededor del mundo.

El pasado diciembre fue Porcella quién salvó a Axi Muniain de morir ahogado en Nazaré mientras hacia salvamento, una inmensa responsabilidad para los surfistas en este tipo de olas. En una entrevista contaba lo que sucedió aquel día.

“Él agitaba el brazo, no sabía ni donde estaba, estaba en shock, impactado por la ola. Traté de levantarlo pero no podía subir a la moto, subirle llevó tanto tiempo que otra ola nos llevó por delante. Yo le sujetaba porque no era capaz de nadar, le agarré y me dijo que no podía oír nada, se había perforado el tímpano”.

Afortunadamente y gracias a la experiencia de estos cazadores en materia de olas grandes, todo aquello no quedó más que en un susto. Una lección de que lo que hacen, es peligroso y hay que estar muy preparado para enfrentarse a ellas.

Axi consciente de la labor de salvamento de su compañero publicaba:

“No sé cómo agradecer a mi hermano @franciscoporcella por haberme salvado la vida ayer en Nazaré. Sin olvidarme de @jamie_mitcho y @lucaschumbo quienes tuvieron que venir a nuestro rescate tras perder la moto de agua. Y a todos vosotros por estar ahí apoyando y animándome!”

 Una realidad de la que ellos mismos son conscientes, pero que a pesar de todo, a pesar de saber que una ola de esa magnitud puede acabar con su vida, esa idea jamás les detendrá para perseguir sus sueños de recorrer el mundo en busca de tormentas y enormes paredes de agua salada.