05 May ¿ESTÁ EL SURF DE UN METRO INFRAVALORADO?
Muchos dicen que el surf de un metro es el mejor que puedes encontrar. Otros dicen que no vale ni para refrescarse. Pongamos el dilema en una balanza para contemplar las ventajas de de entrar cuando las olas están buenas, pero con un tamaño no superior al metro.
Foto portada Guille Zenit. Surfer Teresa Emma Bortoluzzi
Esta discusión no podría empezar de otra manera: ¿pero, qué es una ola de un metro?. Es un hecho que la manera de medir las olas del mar varia radicalmente por las diferentes rompientes del mundo y tras la pregunta . Un amigo australiano te podía decir que un metro es 1-2 pies, un californiano que 3 pies y un hawaiano te podría pegar un bofetón y tu aceptarlo porque la verdad: nadie sabe a ciencia cierta cómo se miden las olas de cada lugar.
Podíamos afirmar que la manera más certera de medir una ola es por su parte trasera, pero la variedad de caras que podría generar la misma ola en diferentes tipos de break, combinado con la pluralidad de los juicios que podrías encontrar por el camino, hace que medir una ola en estándares genéricos sea prácticamente imposible. Yo, para que estemos en la misma página, diría que una ola de un metro versa entre una cara que podría llegarte desde la altura de la tripa hasta la cabeza. El límite sin duda lo pondría en la cabeza.
Fotos Christopher Domínguez “ChrisÏS”
Imagínate que estás en tu break favorito con series de varias olas de un metro y oportunidades para maniobrar tranquilamente caras largas o incluso verte en una sección más hueca están de oferta. Te sientes muy cómodo en el lugar porque sabes que no hay consecuencias en el fondo, no vas a comer espumas que gasten tu energía rápidamente y tampoco está lleno de máquinas por que al fin de al cabo no es un día del todo épico. El resto de surfistas comparten ese bienestar porque todos están cogiendo olas divertidas, los más pequeños pillan sus primeras buenas paredes en el inside, y ocurre una saltada suele terminar en un “tranqui hombre, que no estamos en Teahupoo” más que en bofetada estilo hawaiano.
Muchos pensaréis que este escenario es casi perfecto, solamente os falta un metro más para que se reúnan vuestras condiciones preferidas. Sin entrar a hacer otro análisis de lo que supondría sumarle “un metro físico” a una ola de “un metro” por todo lo que podría acarrear, yo diría que las olas en esta ocasión sobrepasan la altura de tu cabeza fácilmente y que las series tienen mucha energía, no querrías comerte una. Digamos que las olas, de algún modo u otro, podrían conllevar consecuencias no deseadas.
Foto Mitxel Andreu con Endika Garai Fernandez
Es cierto que cada vez que encuentras una ola y la bajas tienes una sensación de velocidad increíble y que, si tienes una pared abierta, hacer una maniobra fuerte y dinámica resulta más sencillo. Que tienes más tiempo para pensar y hacer ajustes necesarios (en la línea o en tus pies) y generar velocidad no es un problema. Puedes girar todo lo fuerte que sabes e ir de punto A a punto B sin que errores técnicos lo impidan. El mismo australiano te podría decir “5-6 foot perfection mate, it’s cooking” y en el pico se podría encontrar la especie endémica en este espacio también conocida cómo máquina; que sale al mar para colocarse en el sitio perfecto para la ola perfecta, siempre.
Ciertamente coger la ola del día en condiciones como estas resulta casi imposible, pero pillarse las olas de las serie también parece una misión suicida (por el gentío) sin hablar de saltarle una ola a alguien. Entre las series se masca un ambiente más tenso de lo normal dado que todo el mundo quiere estar en el sitio y tu lo miras desde unos cuantos metros más atrás esperando a que llegue una con ángulo y pillarla solo. La segunda especie que se puede encontrar, y resulta mucho más común que la anterior, es la culebra. En los mejores días nos puede llegar a tomar plenamente y antes de que nos demos cuenta nos vemos remando por detrás de alguien buscando una ola para la cual no teníamos preferencia…
Foto Omar Suarez. Surfer Joan Villar
La posición final de balanza puede variar enormemente en función de quién esté operándola, naturalmente. A mi me ha llevado a una reflexión más que a una respuesta definitiva; surfear con olas de un metro está comúnmente infravalorado. Entrar cuando está “grande” te obliga a surfear mejor y a que veas que a veces no estar cómodo en el pico es algo esencial para aprender y, claro, pasarlo de locos. Pero creo que no miento cuando digo que muchos surfistas se perdonan días con partes menores demasiado a menudo. Al fin y al cabo entrar es siempre un verdadero placer, pero cuando la gente está relajada y las olas son fáciles, no ver los beneficios que esto implica podría considerarse delito.
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