15 Sep ERICEIRA, MIGUEL RUIVO: “NOSOTROS Y EL SURF”
Nacido en California, Miguel Ruivo creció en Sao Pedro Do Estoril, en donde cogió su primera ola cuando tenía 10 años.
Durante las últimas 4 décadas Miguel se ha convertido en uno de los surfistas más conocidos en Portugal, debido a su gran trabajo como atleta, entrenador, manager y periodista.
Ganó varios títulos nacionales tanto en surf como en longboard, y revolucionó los métodos de trabajo cuando trabajó como entrenador para el equipo nacional en los años 94 y 95 (llevando a Tiago Pires a alcanzar su primer título de campeón europeo con tan solo 14 años) y fundó organizaciones como National Surfers Association o la Association of Surfing Friends of Indonesia, que todavía preside.
Como autor y productor, Miguel publicó libros como “Sumatra Regresso ao Paraíso” (2010) y “Ericeira World Surfing Reserve” (2012).
Estas son sus palabras, una historia del que el mismo fue testigo, de cómo Ribeira D´ilhas pasó de desconocida a ser la gran riqueza de Ericeira, una historia que vivió junto a sus gentes y que nos presenta en su magnífico libro “Ericeira World Surfing Reserve”.
En relación al surfing, aquí en Ericeira pasó algo parecido a lo que ocurrió con los árabes y el petróleo.
Ellos estuvieron sentados durante siglos, sin darse cuenta, sobre camas de `oro negro´que hoy son la gran fortuna del país, y de sus reyes, jeques y emires.
Todos nosotros, aquí en Ericeira, estuvimos durmiendo durante años, sin saber, sobre los mejores spots del surfing en Europa.
Nos estamos refiriendo, evidentemente, a la playa de Ribeira D´ilhas, situada en Santo Isidoro, en Mafra y una gran zona turística de Ericeira.
Creo que es importante hacer referencia aquí a que es donde apareció por primera vez el surfing en Ericeira.
Hace más de 30 años (cerca del año 1967) apareció en Ericeira una furgoneta con 9 plazas, una Volkswagen (solíamos llamarla `pao de forma´ por causa de su silueta) que llegó a Ericeira con matrícula australiana y el símbolo de un canguro pintado en el cristal trasero.
La conducía un equipo de 5 surfistas australianos que habían alquilado una casa antigua en la Travessa do Pelopurinho, y que siempre se lanzaban a surfear en la pequeña y peligrosa bahía llena de piedras, entre Praia dos Pescadores y la Ponta de Santa Marta, probablemente porque no sabían de la existencia de la playa Riberia D´ilhas.
Las primeras olas surfeadas por los australianos causaron una gran sorpresa en la población en general, y un síntoma de miedo en los pescadores, ya que su cultura o conocimiento sobre el océano, les decía que una cabeza humana rodeada de espuma y de olas, era sinónimo de peligro o de hombre muerto.
Completamente al contrario del concepto que tenían, los surfers australianos se deslizaban por la cresta de la ola, llegando hasta el final de la ola, desapareciendo entre el océano y volviendo a aparecer, nadando y remando de vuelta a por otra ola que surfear.
Durante la exhibición de estos australianos en el point break, la gente observaba atónita lo largo del muro de “Ribas”, y mientras el autor de estas líneas, filmaba todas y cada una de sus olas.
Mientras filmábamos, estábamos rodeados por un grupo de pescadores locales, para quienes las hazañas de estos surfistas parecían irreales, incluso apariciones.
Fue entonces cuando uno de los pescadores le dijo a su compañero: “Compadre (en Ericeira todos los pescadores se refieren los unos a los otros como si fuesen padrinos de sus hijos), si pudiésemos hacer eso, cuando el mar este duro podríamos anclar los barcos ahí afuera y venir a la playa a ver a nuestras familias en “trotinetes” (patinetes) .”
En su análisis simplista, este pescador de Ericeira relacionaba las tablas de surf con los patinetes de nuestra infancia.
Después de aquel día, las virtudes de Ribeira Dílhas para la práctica de surf se empezaron a conocer por todo el mundo y fue así que las calles de nuestro pueblo pasaron a tener un paisaje automovilístico muy especial: un mayor número de coches, jeeps y furgonetas, muchas de ellas con matrícula extranjera, moviéndose alrededor con la famosa silueta de una tabla de surf en el techo.
Y mientras tanto, se convirtió en una rutina, además de la práctica de surf diaria, la realización de campeonatos nacionales y algunos mundiales a los que acuden grandes multitudes, y donde brillan las mejores estrellas nacionales e internacionales, convirtiendo así a Ribeira D´ilhas en una auténtica “Meca” del surfing.
Nuestra zona está tan bien equipada para la práctica del surf, que incluso cuando el mar está gigante y no es posible surfear Ribeira D´ilhas por razones de seguridad, tenemos la alternativa de surfear el puerto de pesca de Ericeira que, al abrigo de un muelle, ofrece la posibilidad de realizar campeonatos incluso cuando el mar está muy bravo, tal y como sucedió en septiembre del año 1999, durante el campeonato del mundo, que tuvo que ser trasladado para la Praia dos Pescadores el último día de la prueba.
Y, al contrario que el petróleo de los árabes, que ya tiene un final anunciado, las olas de Ribeira D´ilhas serán eternas…
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