3 COSAS A TENER EN CUENTA ANTES DE ELEGIR TABLA

Pocos son los que se dedican al surf de forma profesional, destinando incontables horas diarias a entrenar dentro y fuera del agua, capaces de notar diferencias de tan solo unos pocos gramos en el peso de una tabla. Dentro de esa campana de Gauss que representa a la totalidad de los surfistas, la mayoría lo practicamos de manera ocasional y de forma lúdica, lo que nos convierte en meros aficionados independientemente del número de baños que nos demos a la semana. Casi todos nosotros entramos dentro del grupo de los “paquetes”, los torpes o los que tienen poco talento.

Muchos incapaces de saber si dos grados más de rake en esas quillas de composite aeroespacial es lo que nos está frenando, o es el medio kilo de fabada que nos acabamos de comer. No tenemos la capacidad de descifrar por nuestra cuenta qué es lo que falla y sin embargo nos empeñamos en seguir buscando la última tecnología, afinar más con los cantos y el reparto de volumen o adoptar la última tendencia en shapes que nos promete sacar cubos de agua con cada reentry.

Y volvemos a casa incapaces de hacer ese reentry y con más kilos que Occy antes de volver al tour. Frustrados, repetimos la operación y compramos otra tabla con la esperanza de que ESTA sea la definitiva. Es una pena que en el proceso se generen incontables trozos de corcho contaminante, nubes de polvo de foam y toneladas de CO2 en el transporte por el capricho de un nuevo juguete que promete un flow en estado puro.

Siguiendo tres sencillas reglas podemos maximizar ese flow y minimizar la huella del carbono que generamos.

Fotografía de Canary Wave

1. No es la tabla eres tú

Seguramente has visto el vídeo de Kelly (link) surfeando una mesa con bastante estilo. ¿Cómo es posible que él pueda trazar una ola en eso, y nosotros no seamos capaces de hacer dos maniobras en una ola?¿Cómo se puede coger una ola con un trozo de madera, y a nosotros nos cuesta terminar surfeando con una tabla de última generación? Probablemente te pase lo que a la gran mayoría: no tienes la información suficiente para saber en qué fallas. Nadie te ha dicho cuáles son tus errores y tus manías, y has asumido de forma equivocada que el problema está bajo tus pies.

Todos los pros como Kelly tienen feedback constante de entrenadores que les corrigen, marcan objetivos y mejoran su técnica, pues saben que es el surfer y no la tabla lo que debe mejorar. El resultado es un estilo muy refinado que hace que su cuerpo trabaje para la tabla y no a la inversa. Afortunadamente para nosotros, el acceso a profesionales que nos hagan mejorar está cada vez más al alcance de nuestra mano. Profesionales que antes nos quedaban tan lejanos como Pablo Solar (link), se han convertido hoy en máquinas capaces de transformar comunidades enteras de surfers. Busca al profesional que tengas más cerca y empieza a mejorar.

2. No dejes que tu cuñado te de consejos

A la hora de elegir nuestra siguiente tabla todos preguntamos a amigos, conocidos, al dueño de la tienda, etc… Todos con buenas intenciones nos llevarán hacia el camino que consideran más acertado para nosotros pero generalmente se equivocan más que aciertan. Con un ojo poco entrenado, con las mismas horas en el agua que tú, con muchas manías y sesgos, va a ser poco probable que el consejo que te den sea objetivo. Esto nos lleva a elegir modelos que pueden funcionar, o no, dejando que el azar tenga demasiado peso en la balanza.

Para disminuir la probabilidad de equivocarnos – siempre quedará algo – deberíamos seguir el consejo de profesionales: tanto de shapers, surfers, como de entrenadores. Matt Biolos o Tomo tienen grandes artículos en los que resumen de forma muy efectiva qué parámetros debemos tener en cuenta a la hora de elegir una tabla que son de gran ayuda para resolver preguntas. Si aun así te quedas con dudas, acude a un entrenador que haciendo uso de su experiencia determine cuáles son tus carencias y qué tipo de tabla puede ayudarte a mejorar.

Fotografía Diario As

3. No compres porquerías

En muchas tiendas podemos ver tablas de dudosa reputación, con nombres que jamás hemos oído y con precios ridículamente bajos. Son probablemente copias de modelos famosos, hechos en factorías lamentables, en condiciones de trabajo probablemente inhumanas. Siempre que pagas poco por algo, alguien está pagando el precio, y en este caso la factura la pagan dos:

  • Tú. Porque esa tabla no te va a funcionar ni a durar así que tendrás que comprarte otra pronto.
  • El medio ambiente. Porque has comprado un trozo de corcho que vas a tirar a la basura en breve, y que probablemente se ha producido en una factoría que no gestiona los residuos de manera alguna.

Una vez has seguido los puntos 1 y 2 no hay motivo para seguir comprando tablas baratas sin control, ahora puedes comprar algo más caro y de calidad que te dure mucho más, pues estás seguro de que esa tabla es la adecuada para ti. Ya no juegas al azar. Ahora puedes elegir comprar a una empresa que esté certificada con el sello Ecoboard (link) y que esté fabricada en una factoría que tenga una gestión eficiente de los residuos, o no genere residuo alguno como hará Firewire este año. De esta manera tendrás una tabla que te va a funcionar durante mucho tiempo, reciclable, y que está fabricada en condiciones laborales aceptables. Ganas tú y gana el entorno en el que desarrollas eso que tanto te gusta: el mar.

Ahora ya tienes 3 sencillos pasos a seguir para asegurar que entras en flow lo máximo posible.

Foto de portada: Dreamseasurfcamp

Ardiel González
ardiel@gmail.com
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