LA PEREZA ES EL DEMONIO DICIÉNDOTE: “VAS A SER POBRE”

Osteópata durante 15 años, Anghelds lleva años formándose para dar respuesta a nuestras limitaciones mentales. En los últimos tiempos, vive volcado en compartir su conocimiento e inspirar a sus casi 30.000 seguidores en Instagram a buscar un nuevo estilo de vida, una vida sin límites.

Aterriza en Surfer Rule para recuperar todas esas sensaciones que experimentamos en el agua con el fin de que aprendamos de ellas y podamos trasladarlas a nuestra vida cotidiana.

Entonces, ¿cómo dejo de ser perezoso para mejorar mis resultados en las competiciones y en mis objetivos personales?

La pereza genera un nivel muy bajo de eficacia en las personas. Todos la hemos sentido y a menudo aparece para darnos los buenos días. Sin embargo, todo tiene un por qué.

No todas las personas son igual de perezosas. A todos nos gustaría que el mar siempre estuviera a la temperatura ideal, o que los entrenamientos fueran divertidos, o que el neopreno se limpiase solo.

¿Quieres saber de una vez por qué unos son más perezosos que otros?

Vamos a ello, solo existe una razón.

Si fuiste un niño/a muy protegido por tu madre, muy mimado, al que le hacían todo, tienes todas las papeletas para ser perezoso. Pero ser perezoso tiene un significado mucho más extenso de lo que crees.

Ser perezoso esconde detrás un gran miedo a ser exitoso, a ser importante, a ser un Dios que lleva al máximo nivel aquella actividad que practica. Sin duda que tú quieres eso, pero en tu ADN están escritas otras coordenadas. Es decir, te implantaron una serie de creencias que quedaron gravadas a fuego en tu mente subconsciente. Y eso hizo que ahora, en lo más profundo, creas que no eres suficiente, eso es lo que piensa cada una de las células de tu cuerpo.

Y ahora te estarás preguntando cómo romper ese conjuro, y si tiene solución. Pues claro que sí. Como todo en la vida, para cada problema existe una solución. Los problemas solo son una parte de la moneda. Solo tienes que aprender a girarla y aparecerás en el otro lado.

Pero para darte la “cura” antes tengo que explicarte la “enfermedad”.

¿Cómo se llama la enfermedad?

APEGO A LA MADRE, A LA ENERGÍA FEMENINA. RECHAZO DE LA MASCULINA.

Sí, tu energía interna, tus hábitos, tu inercia se quedaron apegados a esa energía que te lo hacía todo. Ya sabes que en la vida existe la energía masculina y femenina, el yin y el yang. Pues en estos casos, la persona se quedó apegada a la energía femenina y rechazó la masculina. La femenina es creativa y tiene grandes sueños, pero la masculina es la que lleva a cabo la tarea y consecución del sueño, es decir, los entrenamientos, los procesos que a veces no son tan cómodos.

Solo se trata de eso, una da la dirección, y la otra construye. O sea que si uno no rompe el “conjuro” jamás conseguirá sus sueños, ya sea una competición, crear un estilo innovador o ganar billetes hasta que no sepas donde gastarlo. El flujo está bloqueado y no importa lo que te esfuerces ni lo que te enfades, jamás podrás lograrlo porque estás programado.

Pero estar programado no significa estar destinado. Quieres tu “medicación”, esta es la dosis:

Ejercicio:

Este ejercicio es una visualización/meditación. Elige un momento en el que estés tranquilo, pon un poco de música para conectar con la emoción, te recomiendo ésta: “Nuvole Bianche” de Ludovico.

Una vez que estás con eso preparado, estos es lo que debes visualizar:

Imagínate a tu madre y ponla delante de ti. Agárrale las manos y mírala a los ojos directamente. Estáis uno en frente del otro mirándoos. Simplemente observa lo que sientes al tenerla tan cerca, permite que lleguen las emociones a ti. Después de mantener la mirada durante un par de minutos dile que has descubierto que tenías apego a ella. Dile que toda la vida la adoraste y te apoyaste en ella pero que ese no es el camino. Dile que tú eres un ser independiente y ella otro, y que cada uno debe protegerse a sí mismo. Tras esto dale las gracias por todo lo que te aportó en tu vida, lo que sientas. Finalmente dile que es el momento de separaros, tú quieres responsabilizarte de tu vida y ya no la necesitas más. Suéltale las manos y observa cómo se va para no verla nunca más en tu vida. Llora y suelta todo lo que salga, acéptalo y ríndete a ello. Tienes una vida por delante increíble y solo si trasciendes este dolor y dejas salir el bloqueo, podrás hacerlo real.

Siempre estamos buscando respuestas en el exterior, entrenamientos más duros, las personas adecuadas o dinero. Sin embargo la solución está dentro. Estas emociones bloquean el flujo de energía y no permiten que salga de ti tu mejor versión.

Pruébalo y transforma tu vida.

La gente de repente dirá: “¿Qué leches hizo éste/a para dar este cambio tan radical?”. Muy sencillo, tomar su “medicación”.

 

 

Ángel Díaz Sánchez
anghelds@gmail.com
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