28 Ago DESTINO: HOSSEGOR

Nos acercamos al sudoeste francés para explorar sin lugar a duda una de las costas más idílicas del planeta. Su gran variedad de olas, sus playas infinitas, su cultura, su gastronomía o su historia hacen que en esta región tan privilegiada haya lugar para todo, para cada  persona. Los fondos de La Gravière, Les Culs Nuls, Les Estagnots o Le Penon esperan ansiosos la llegada del otoño para poder mostrarnos su mejor versión y dejarnos claro una vez más de qué material está hecho el World Championship Tour en terreno galo.

Después de revisar una y otra vez el parte decides que la mejor de las opciones es poner rumbo a Francia. Cargas el coche con tablas y tomas la AP-8 dirección Irún. La AP-8. No entiendo mucho de construcción, de impuestos o incluso de asfalto, pero con todos los peajes que te encuentras de camino a las Landas, lo mínimo que podríamos dedicarle a una vía tan valiosa sería una canción. De toda la amplia discografía del grupo de rock Led Zeppelin, simplemente por cuestiones metafóricas, escogería uno de sus temas más escuchados “Stairway to Heaven”. Y es que podríamos fácilmente pensar que la AP-8, en ocasiones, es el camino hacia el paraíso.

Fotografía Surf search spot

El departamento francés de las Landas (40), en su zona costera, queda compuesto por cientos de kilómetros de arena que encuentran el mar en forma de extensas playas. Los vientos actúan como el principal agente geológico local formando unas dunas más que nobles que dividen la civilización de la playa. Los pueblos tienen un perfil extendido y las carreteras están rodeadas de vegetación. Los bosques son abiertos y las casas asoman entre las ramas de algunos de los pinos del lugar. El lugar es completamente mágico. Parece que la tierra se ha convertido en arena. Cada raíz, cada pequeño agujero en el cemento de las aceras, cada casa… ¡Arena!. Y claro, como cabe esperar, el fondo que da forma a esas olas tan diversas es también de este material.

Acertar un baño en condiciones perfectas en estos breaks no es tarea fácil. Mientras en muchos breaks del mundo de calidad similar las olas son mucho más constantes y dependen prácticamente solo de las direcciones del mar y viento, en las Landas, las corrientes, las mareas, el cambio de los fondos y muchos otros factores te pueden jugar una mala pasada en cuestión de momentos. La gran variedad de condiciones hace que en el mismo día puedas ver romper tubos perfectos en La Gravière y medio metro venteado en Le Penon unas horas más tarde. Los cambios son drásticos y es por ello por lo que es esencial estar atento al mar y al parte e intentar tomar la decisión acertada.

Una vez estás en el agua, si has jugado bien tus cartas, podrás observar que tampoco hay una cantidad abrumadora de gente en el pico y que las olas, en cualquiera de sus formas, están rompiendo de manera constante. En el caso de haber decidido entrar en la Gravière en media-alta, puede que te entubes en secciones huecas literalmente a metros de la orilla y si lo has hecho en Le Penon en baja, puede que encuentres derechas largas y maniobrables. Es una lotería, pero una con muchos premios y muchos ganadores.

Probablemente el mayor punto a favor para esta zona del litoral francés sea que recibe marejadas dirección oeste-noroeste generosamente a lo largo del año. No son pocos los días en los que el mar viene demasiado oeste para entrar con fuerza en la costa vasca pero sí son menos los que el viento decide soplar suavemente dirección este. Lo que está comprobado, es que por muy pequeño que sea el swell, si viene con dirección oeste y buen periodo, las olas van a tener más fuerza que en cualquier otro lugar cercano. En Hossegor parece que rompe todo, hay olas prácticamente a diario y en algún punto de marea en algún banco, se reúnen condiciones divertidas. Lo mas conveniente para disfrutar de un entorno tan variable es acampar o encontrar alojamiento cerca de la playa. Si tienes la oportunidad de pasar una semana cerca de esos bancos, ten por seguro que en algún momento vas a ver olas preciosas, tubulares e… ¡igual vacías!