12 Jun DESCUBRIENDO OLAS EN MADAGASCAR
CAPITULO 1: Madagascar “la esencia”
Más allá del coral, un poco más lejos, donde sólo algunos pescadores han llegado se encuentra un gran “secreto”, un suave viento se levanta con el primer rayo de sol y hay que ser rápido, el viento siempre está al acecho en lugares como este, prepara tu tabla y busca a un pescador que conozca la zona para que te pueda llevar mar adentro y así poder descubrir la auténtica Madagascar.
Salvaje, virgen, amable, extrema, natural, bella… Todo esto es Madagascar, aunque en realidad no podríamos describir lo que hay allí, es simplemente único. Sus playas kilométricas, sus Parques Nacionales, ríos e islas, no dejan indiferente y nosotros fuimos allí en busca de olas mientras recorríamos la costa Oeste de la isla.
Texto y fotos: Planet of Trip
Zona de olas:
Morondava:
Baobabs, arena y una playa kilométrica. Los locales son gente simpática y amable, la mayoría del año no hay buenas olas debido al viento, pero en temporada, puedes encontrarte un buen “Beach-break” y estar rodeado de locales y niños surfeando con tablones de madera. Es sencillamente auténtico poder durante unas horas, formar parte de ello.
Toliara (Sur):
Al Sur-Oeste de Madagascar, os darán la bienvenida una serie de playas “rabiosas” y una gran barrera de coral lejos de la costa. La mayoría de estas playas, no tiene electricidad, agua potable o grandes comodidades, sólo pequeñas cabañitas a pie de playa que algún local acondicionará para vuestra estancia. En este lugar el tiempo parece detenerse, la marea marca las horas de trabajo para los pescadores, el mar limpia, entretiene, divierte y da trabajo a las aldeas pesqueras y sus hijos, ¡quién necesita más!
Sarodrano:
Lugar que todo buen surfista busca, sin electricidad, ni Wi-fi, sin ruido… Solo una playa de arena amarilla y tres rompientes increíbles por delante. Llegar es una aventura de cuatro días en camión o una travesía por mar, pero definitivamente merece la pena.
Anakao:
Un paraíso en la tierra, de esos lugares que cuando sabes que tienes que irte, ya los echas de menos, son especiales y únicos, una semana ahí, es la mejor terapia para todos los males; olas, arrecife, buceo, ballenas, kayak, una isla sagrada en medio del paraíso, ¿qué más se puede pedir?
En esta zona encontraréis surfistas locales que con una sonrisa amable os echarán un cable e incluso os llevarán en sus botes.
Manakara:
Es quizás la parte más insólita y dura de Madagascar, una zona orientada al Índico y rodeada por manglares y canales de agua. La puerta perfecta hacia el norte de la isla. Un viaje en piragua en el que descubrir las orillas y sus olas.
Saint Marie:
Nos dejó sin palabras, son unas diminutas islas a tres horas en barco al este de Madagascar, lo más parecido al “edén” que hayamos visto, playas de arena blanca, colores increíbles, cementerios pirata, selva y animales, todo ello alrededor una gran barrera de coral con buenas olas, pero ¡OJO!
Aseguraos de no ir en época de cría de tiburón blanco.
Tras dos meses recorriendo esta increíble isla, descubriendo olas, conociendo sus gentes, viendo lémures y recorriendo casi 3800 km, nos dimos cuenta de que era hora de poner rumbo a otro destino, a otro lugar…
¡¡MISAOTRA MADAGASCAR¡¡
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