17 Jul CONVERSACIONES EN EL PICO: Del saludo educado a la Meditación Pura
La mañana era calurosa y las pequeñas olas llegaban con dificultad. Las series en el horizonte apenas se percibían, recordándome los trazos de líneas paralelas, a lápiz y difusas, que solía hacer de pequeño a modo de renglones y no torcerme al escribir sobre un folio en blanco.
Al llegar al pico saludé como tengo costumbre, en silencio, con una sonrisa para todos y una pequeña flexión de cabeza a modo de reverencia. Saludé al mar y aquellos que habitaban ahora ese lugar. Oí que hacían números. Al principio pensé que contaban las olas, los segundos entre olas, series… Lo que hacían era calcular el año de nacimiento de cada uno:
-Yo del 65, yo del 67._ Escuché.
-¿Y sabes una cosa?_ decía uno de ellos con voz grave sentado cómodamente en su tabla._ En unos años volveremos a este lugar y recordaremos las olas de hoy.
-Pues lo más importante es disfrutar del momento presente porque luego sólo quedará el recuerdo._ comentaba el otro, tumbándose para comenzar a remar. Con barba de tres días, pelo rizado y canoso, rostro agrietado, endurecido, exclamaba:
-Qué difícil es centrar la mente, nunca para, va de una lado para otro sin control, del pasado al futuro, justo en el instante de ponerse en pie…
Esperando con paciencia mi turno, reflexionaba sobre las posibilidades que también ofrece el surf para acercarnos a la Meditación, a la transcendencia, a la Metafísica, a la Filosofía y poder huir, si así lo deseamos, de lo banal, lo cotidiano, lo superficial, lo intranscendente. O no.
Fotografía Trevor Moran/ Red Bull Content Pool
Casualmente, que creo no es casualidad, leía antes de entrar al agua a Eckhart Tolle. Su luminoso libro y N1 New York Times BestSeller, “El Poder del Ahora. Una guía para la iluminación espiritual”. Dice en la página 36…
“Ser incapaz de dejar de pensar es una enfermedad terrible, pero no nos damos cuenta de ella porque casi todo el mundo la sufre y se considera algo normal. Este ruido mental incesante te impide encontrar el reino de quietud interior que es inseparable del Ser”.
Opino igual, que todos estamos pensando constantemente y no somos conscientes la mayor parte del tiempo de ello. Pero si nos detenemos un momento en un entorno que favorezca la introspección, podemos observar cada pensamiento, cómo aparecen y desaparecen uno tras otro…
Del mismo modo que de forma consciente podemos ver el mar y no las olas, o concentrarnos en ver las olas y no el mar. Podemos observar cada pensamiento de forma diferenciada. Solo es cuestión de consciencia. La cuestión de fondo es aprovechar este privilegio que tenemos, el de estar en un tiempo y en un espacio libres, en comunión con el mar. Ello hace más fácil la entrada al Reino de la Filosofía, Mística, Metafísica o Espiritualidad, llámese a gusto de cada aventura o cultura personal.
Fotografía Miguel Navaza/
Escuela Surf&Rock – Surf y bodyboard
William Finnegan, autor del magnífico libro, Años Salvajes y Premio Pulitzer de biografía 2016, decía hace poco, que no sabía muy bien hacia dónde se dirigía el surf. Lo que él sí tenía claro era su esencia, que no es poco: “la observación, estudio, análisis e interpretación de lo que ha pasado, está pasando en ese momento y va a pasar”.
Creo que Finnegan se refiere a transcender el tiempo y el espacio a través de la Meditación Pura derivada de la contemplación profunda del océano, en el que el SER es UNO, se funde con la Unidad, la Fuente o Dios. Más o menos.
Para Mihaly Csikszentmihalyi en su libro “Fluir” (Flow), Una psicología de la Felicidad, lo anterior lo define como una actividad de “Flujo”. Una actividad mental que hablaremos en próximos artículos y que se acerca a la práctica de la Meditación Transcendental.
Sí. Ya sé que existe un componente fisiológico que parece ser la causa de todo lo que hablamos. Pero si nos detenemos a pensar con calma: ¿De dónde proceden todas estas “drogas buenas” que nuestro cuerpo produce? El cerebro recibe las percepciones y sensaciones y ejecuta, ordena y segrega. Para mi es el efecto, no la causa. La causa primigenia, la causa nuestra mente que es la que puede observar, controlar y SER consciente de los pensamientos.
Parece que se ha abierto de nuevo la puerta que permaneció casi cerrada con la Evolución del surf estas últimas décadas a nivel Tecnológico, Empresarial, de Marketing o Publicitario e incluso Competitivo. Ahora disciplinas como el milenario Yoga (“uncir” en Sánscrito) o el reciente Pilates (inicialmente llamado “Contrology” ya que usa la mente para controlar el cuerpo), van de la mano de la evolución, no del Surf, sino del surfista como Ser humano.
Otras como la Meditación Transcendental serán más fáciles de entender y practicar por todos nosotros en breve, utilizando una tabla de surf.
Creo que la evolución del Surf no debe ir sólo hacia la mejora de calidad de vida de las personas que lo practicamos o que se acercan puntualmente a él, bien como “adecuada utilización del ocio”, bien como mecanismo de integración social y/o desarrollo personal. Debe ir más allá y recuperar su verdadero potencial, su naturaleza sagrada, su esencia transcendente.
La conversación real que he compartido en este artículo podría darse en un Bar, en el salón de tu casa o en la cima de una montaña. Puede ser. Depende de la mente de las personas que intervengan y del lugar o circunstancias que las rodean.
Cuando surfeamos, el Universo nos lo pone fácil para acercarnos a nosotros mismos.
Tanto si estamos en un pico social, frecuentado, conocido o desconocido, solitario o secreto, la “comunión” con el mar está al alcance de todo surfista. Ahora, independientemente de todo lo que allí acontezca: localismos, credos, banderas o identidades, actitudes, etc.
Siendo consciente de que es todo un reto surfear sin interferencias mentales, os propongo pasar del saludo educado a la Meditación Pura.
Ejercicios para surfistas que quieren acercarse a “abrir la puerta”
- Saludar con educación y respeto al llegar al line-up
- Respirar y ser consciente de la respiración-apnea (sobre y bajo el agua)
- Oír lo que allí acontece y dejar que entre y salga en nuestra mente, sin valoraciones, juicios, intervenciones críticas, dejándolo ir…
- Observar nuestros pensamientos: cómo llegan y pasan, del mismo modo que las olas llegan rompen y desaparecen… vendrán más¡
- Centrarse en el AHORA , dejando ir todo lo que no sea tiempo presente. -Vivir el instante, sonreir y surfear.
Como reflexión final os dejo unas palabras del gran Filósofo Oriental, Osho : “La meditación es la flor. La compasión es la fragancia”
Bibliografía relacionada:
“El Poder del Ahora. Una guía para la iluminación espiritual”. Eckhart Tolle. Editorial: Gaia “Años Salvajes”.William Finnegan. Editorial: Libros del Asteroide
“Fluir” (Flow), Una psicología de la Felicidad. Mihaly Csikszentmihalyi. Editorial: Kairós Meditación. La primera y última libertad. Osho. Editorial: Grijalbo
Podéis enviar vuestras opiniones a barandiacero@hotmail.com
Fotografía de portada José V. Glez
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