22 Ago CANTÓN, LA CIUDAD PERDIDA
¿Alguna vez has querido viajar en el tiempo hasta principios de siglo donde todo era blanco o negro? ¿Alguna vez has tenido un sueño en el que todo a tu alrededor está sucio, viejo, mugriento…pero es extrañamente encantador e hipnotizante al mismo tiempo?
Podría decirse que eso es lo que nos sucedió a nuestra salida del Aeropuerto de Guangzhou (China).
Nuestra primera vez en China, un país que siempre habíamos rechazado por todo lo que le rodea o lo que se comenta. ¡Y no podíamos estar más equivocados!
Cierto es que tienen algunas cosas, como es el tema de los animales, con las cuales nunca estaremos de acuerdo. Pero sus calles eran estrechas, llenas de bicicletas viejas, ropa colgada, buzones rotos…Miraras donde miraras había algo interesante o extraño, sus mercados llenos de gentes, comida callejera barata, sonrisas y amabilidad en cada uno de ellos.
Sin duda, la ciudad de Guangzhou no nos dejó indiferentes.
Cosas que ver en Guangzhou..
Cheng Clan’s Academy
Situado en el centro de Guangzhou, fue construido entre 1890 y 1894 durante la dinastía Qing, y es el más grande, el mejor conservado, y con una arquitectura antigua increíble. Es la más antigua de la provincia de Guangdong.
Originalmente, fue construido para los clanes Chen para el alojamiento y la preparación de los exámenes imperiales de los más jóvenes. Más tarde se cambió a ser Colegio Industria del clan Chen, y escuela secundaria después. Ahora es el Museo de artes y oficios folclórico de Guangdong. Las escenas representan historias de la literatura y folclore chinos, e incluyen animales reales y místicos.
Templo de Seis Árboles de Banyan
Es un antiguo templo budista construido en el año 537 de la dinastía Liang. Con una historia de más de 1.460 años. Esta impresionante torre se alza hasta casi tocar el cielo. Único en China y muy famoso en toda Asia, difícil de encontrar, pero si vas a pie, la excursión estará llena de calles estrechas y puestos de comida callejera.
Qinping Market
Es el mercado al aire libre más grande de la ciudad, hay más de 2.000 puestos y la mayoría de ellos ofrecen productos realmente únicos. Aquí puedes comprar casi cualquier cosa: obras de arte, medicinas, plantas, plásticos…
Aquí vimos la parte que no nos gustó de la ciudad, cientos de serpientes, caballitos de mar, estrellas de mar, erizos…usados como medicina.
Pasear por las calles y caminar hasta perderte
Si algo encontramos aquí que nos gustó mucho, fue el que mientras más caminabas, más te metías y perdías por sus calles y estrechos paseos, que, muchas veces, no llegaban a ninguna parte.
Cada calle era única y diferente, con muchas cosas encantadoras que ver: edificios colmenas con miles de ventanas, escaleras, hombres mayores sentados en la calle jugando a los dados, puertas viejas, ropas colgadas, niños corriendo, radios encendidas, tiendas extrañas…El paraíso para cualquiera que le guste perderse para encontrar cosas ÚNICAS.
En definitiva, este pequeño contacto con China, nos ha servido para nunca decir que no a un lugar, sin antes tener nuestra propia experiencia en el lugar. China, un viaje en el tiempo auténtico y diferente, donde la ciudad esconde cientos de viejos tesoros.
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