15 Abr ADIÓS INVIERNO, TE ECHAREMOS DE MENOS
Ya hace semanas que ha llegado la primavera y aunque de momento no le haya alterado la sangre a nadie, se nos escapan las últimas sesiones invernales para dar paso a más horas de luz, más viento, más sol y desde luego más gente.
Resulta un poco paradójico escribir sobre el final del invierno y la llegada de la primavera cuando aún hace este tiempo lluvioso en muchos lugares del país. Será que el invierno ha querido dejarnos claro que iba a ser uno bien húmedo y frío.
El invierno es sin duda una de las mejores épocas del año. Muchos pensaréis que he tomado algo extraño con el café, pero no es así, el invierno es épico y hay que saber apreciarlo también.
Cuando llueve y hace frío las montañas se cargan de nieve y ofrecen un verdadero paraíso natural para esquiar, pasear, sacar fotos o incluso simplemente disfrutar del entorno.
Cuando viene una tormenta que sacude la costa violentamente, muchos spots cambian sus fondos y las semanas posteriores al maretón puedes encontrar picos ocasionales, vacíos y potencialmente perfectos para tu uso y disfrute.
Cuando hay mucho mar pero la niebla invernal indica que no hay viento, puedes acercarte a tu spot favorito, ese que solamente puedes surfear tres o cuatro veces al año, para darte un festín privado.
Las duchas calientes después de haber pasado frío, los días de offshore soleados en los que el sol es lo único amistoso que cae en el pico, los baños con poca gente, los amaneceres con un café caliente en el coche viendo el break… todo esto se va acabando y no podremos experimentarlo hasta el año que viene, pero la llegada de la primavera (al menos en el calendario) nos hace sentir bien vivos a la par que nostálgicos.
El cambio de hora cambia el humor a la gente, para bien claro. Días más largos, más soleados, más calurosos y con un mayor número de gente por la calle, bares con terrazas abiertas, ofertas en cervezas y en definitiva, cosas que hacer en el exterior. ¿A quién no le atrae la idea?
Está claro que la primavera es mágica y que llega justo en el momento perfecto, pero no podemos negar que no es ni de cerca la mejor época del año para practicar lo que más nos gusta: el surfing.
Cada vez menos marejadas cruzan el Atlántico para azotar nuestras costas y esto reduce significativamente el periodo medio de la temporada. Menos olas y de menor calidad.
Además, es normal que en los días más calurosos, al mediodía, se caliente tanto a la tierra que, en contraste con la temperatura del mar, salte el onshore de manera casi automática. El viento térmico será nuestro peor enemigo en los siguientes meses y es algo que cuesta afrontar. Si a esto se le suma que al haber más horas de luz, más calor y olas menos exigentes salen surfistas ectotermos hasta de debajo de las piedras: la calidad de las sesiones disminuye considerablemente.
Llega la primavera y nos produce felicidad. Está claro que como surfista vas a echar el invierno de menos, pero como humano es muy probable que te entusiasme la idea de ir acercándote poco a poco al verano. Es contradictorio. Persona contra surfista.
Como siempre, es turno de apreciar las ventajas que nos aporta el futuro y esperar que se trate de una primavera cargada de swell. Es también turno de surfear todo lo que podamos antes de la larga sequía estival y turno de demostrar que el surf de primavera, después de un largo invierno, es pan comido.
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