17 Ene LOS DEPORTES EXTREMOS Y LA ADRENALINA
Los deportes extremos son una actividad física que comporta un riesgo para la integridad del practicante debido al riesgo que implica su práctica.
¿Qué nos lleva a practicar los deportes extremos?
Nos hacen sentir vivos. Nos atrevemos a afrontar unas situaciones comprometidas que hacen que la mente se vea obligada a centrarse plenamente en el momento presente. Cualquier despiste puede suponer un peligro debido al riesgo de sufrir un accidente. Esto sucede porque en el presente tan excitado se pierde la conciencia del tiempo psicológico.
Las emociones son tan intensas que se experimenta; miedo, alegría, sorpresa… muchos pueden pensar que es una locura, pero quién no lo ha practicado, no podrá comprender la intensidad de éstas sensaciones. El deseo de triunfo unido a la posibilidad de lograr el éxito con peligro son muy atractivos para algunas personas.
¿Qué sucede durante la práctica de los deportes extremos?
Las glándulas suprarrenales vierten en el torrente sanguíneo grandes cantidades de adrenalina. La adrenalina es una hormona y un neurotransmisor. Se genera en las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones, y se moviliza en las situaciones en las que nuestra supervivencia está en juego. El inconsciente juzga la situación como algo importante para lograr. Cómo consecuencia, para mantener nuestra integridad física se requiere una máxima alerta, activación y concentración.
¿Qué efectos tiene la adrenalina en nuestro organismo?
Efectos físicos:
- Se dilatan las pupilas para recibir más luz y mejorar la visión.
- Aumenta la presión sanguínea: la sangre se dirige a los órganos más vitales y los vasos sanguíneos más cercanos a la piel se contraen, dando un aspecto y un tono de piel pálido.
- Se moviliza primero la potente energía del ATP y después el glucógeno que está almacenado en los músculos. La glucosa es la energía que va a necesitar nuestro cuerpo ante una situación de peligro o reto que dure más de 60 segundos.
- Aumenta el ritmo cardíaco, para que todo las fuentes de energía de que disponemos puedan llegar rápidamente a nuestro organismo.
- Aumenta el ritmo de las respiraciones para aumentar el oxígeno en sangre y eliminar el CO2.
- Ralentiza el movimiento peristáltico de los intestinos para dirigir toda la energía a la musculatura que en estos momentos tan extremos es más importante.
Efectos psicológicos:
- Aumenta el estado de alerta y mecanismos de defensa.
- Activa los mecanismos innatos de supervivencia.
- Facilita las reacciones físicas y mentales en situaciones de estrés.
- Dosis moderadas de adrenalina parecen mejorar los estados de depresión y tristeza.
Fotografía Caters
¿Riesgo sin precaución?
El deporte extremo debe llevar asociado gran preparación y entrenamiento, tanto físico como psicológico. Para reducir los riesgos es imprescindible tener un conocimiento técnico importante de todos los aspectos que requiere el deporte de riesgo. La mente, el cuerpo y el equipo necesario deben estar preparados y controlados por profesionales para que podamos disfrutar al máximo de la experiencia con un riesgo controlado. Ejercicio físico sí, pero con consciencia.
Y una vez realizado el ejercicio físico, ¿Qué nos aporta?
Para empezar nos estamos dedicando un tiempo a nosotros mismos, incrementándose la autoestima y la autovaloración. La consecución de un logro puede motivarnos a nuevos retos y aventuras. Al aumentar nuestras habilidades enviamos un mensaje a nuestro inconsciente de capacidad ante situaciones adversas, con lo cual la resiliencia de la persona actuará mejorando la seguridad en sí misma…
¡Todo es relativo!
Para una persona que no realiza ejercicio de manera habitual, correr de forma intensa durante unos minutos, puede suponer un ejercicio de alto riesgo, mientras que saltar en paracaídas para un deportista entrenado, puede suponer un riesgo muy inferior.
El ser humano tiene una enorme capacidad de superación; seamos prudentes y dotemos a nuestro cuerpo y nuestra mente de las herramientas y del entrenamiento necesarios antes de realizar un deporte que va a llevarnos al límite de nuestras posibilidades físicas y espirituales.
“El pasado ha huido, el futuro está ausente, pero el presente es tuyo.” (Gustavo A. Reque)
Miguel Ángel Cueto Liaño.
Psicólogo Clínico – Hipnosis
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