21 Dic ENTREVISTA DAVID JURADO, PERFECCIONAMIENTO GLOBAL

“Vi que había olitas y me fui a una fábrica a pedir corcho para construir una tabla rudimentaria”

Texto y entrevista Víctor Gallego / Fotos cedidas por David Jurado

A veces suceden cosas que marcan el camino de nuestra vida para siempre. Los derroteros y el significado de esos caminos sólo los va a conocer uno mismo. Sin embargo en muchas ocasiones esos caminos, esos nuevos destinos en la vida de las personas tienen como objetivo ayudar a los demás y, en definitiva, hacer de este mundo un lugar mejor.

Eso fue lo que le ocurrió al protagonista de esta semana, David Jurado, con quien charlamos acerca de ese camino que cogió su vida tras los trágicos sucesos en el instituto en el que imparte clase en Barcelona, en el que un niño de 13 años entró armado y se llevó por delante la vida de un profesor.

A raíz de este suceso, David Jurado, Licenciado en Educación Física y Doctorado en Psiconeuroinmunología, decidió ir a convivir con las culturas más antiguas del planeta y sacar los aspectos más universales de éstas. Ordenó sus pensamientos y le ayudó seguir desarrollando la asociación sin ánimo de lucro, Perfeccionamiento Global. Asociación  que el mismo creó hace 14 años, vinculada al mundo surf y desde la que ayuda a diferentes niños a través del deporte.

¿Qué es perfeccionamiento global?

Es un sistema que busca desarrollar todas las capacidades del ser humano al máximo, y su esencia y diferencia es que lo hace de manera integrada, trabajando los aspectos físicos y mentales.

Se aplica al ámbito educativo para que los niños sepan enfocar su potencial de manera constructiva y sanamente ambiciosa. Se aplica al deporte de alto rendimiento y actualmente trabajamos con Pablo Montero (varias veces campeón de Galicia de surf absoluto y de España Junior), Raúl Fernández de la Reguera (principal figura del Bodyboard andaluz), y varios campeones Juniors de Chile como Mana Araki o Roberto Peña Araki.

¿Dónde encontramos a perfeccionamiento global?

Perfeccionamiento Global se manifiesta a través de una Asociación sin ánimo de lucro con varios programas educativos dirigidos principalmente a niños con altas capacidades físicas, intelectuales, energéticas y perceptivas.

¿Cómo se ayuda a los niños a través del surf?

Perfeccionamiento global es la cuarta escuela de surf del mundo que utiliza el surf de manera educativa y que ya cuenta con más de 14 años de historia. En esta escuela los niños entre 10 y 15 años pueden hacer surf gratis, al tiempo que se educan en una serie de objetivos que encontramos generalmente en la naturaleza y en el surf en particular.

¿Cuáles son esos objetivos?

Estos objetivos pasan por desarrollar la independencia, el carácter y la personalidad que, el hecho de afrontar las condiciones del mar y del oleaje de manera individual, te obliga a potenciar y equilibrar. La responsabilidad y el respeto por la naturaleza que nos regala las olas, las cuales se deben cuidar tanto por interés en seguir disfrutando y, a la vez, por agradecimiento.

Se estimulan capacidades como la fuerza, la flexibilidad y la resistencia mental. Se fomenta también la convivencia, la autoestima y la autoconfianza, al relacionarte con otros niños en un ambiente en el que se estimula la colaboración, el respeto y la seguridad de uno mismo y de los demás… En definitiva, devolver a cada niño la esencia de formar parte de la naturaleza de la que venimos y de la  que una sociedad inmersa en el materialismo, las redes sociales y la tecnología, nos ha alejado.

¿Por qué te fuiste a la Patagonia sur y a Rapa Nui tras los trágicos sucesos?

Desde el primer momento tras los sucesos sentía que se daban circunstancias de difícil explicación: cosas que quería, pasaban con extraordinaria facilidad; y, tras una encuesta a 13 alumnos que habían afrontado los hechos de manera constructiva, me di cuenta que a ellos también les ocurría. Así que tuve que alejarme de todo y estar en algún lugar donde esa energía que sentía, que me bullía por dentro, surgiera y viera qué provocaba… y estos dos lugares me ofrecían ambas cosas: aislamiento total y una naturaleza virgen.

Esos lugares tan alejados, tan diferentes a lo cotidiano, ¿algo que te marcase de manera especial?

Estuve 3 días aislado en un refugio en medio de los Andes bajo una tormenta de nieve, solo, sin luz, sin agua, sin leña, ni gas, a 10 grados bajo cero. A partir de ahí logré extraer una serie de conclusiones sobre el hecho de vivir que no debo guardarme para mí porque son demasiado importantes y pueden cambiar la visión y la vida de todos los lectores.

En ese viaje estableciste un record, ¿la ola más la ola surfeada en bodyboard y surf, más al sur del planeta en invierno?

¡Sí! Lo establecí sin comerlo ni beberlo… sólo disfrutando de un objetivo soñado como era bañarme donde se juntan Pacífico y Atlántico. Vi que había olitas y me fui a una fábrica a pedir corcho para construir una tabla rudimentaria. Precisamente por ello, no hablamos sólo de una sugestión o una visión más positiva del mundo, sino de algo objetivo. Así que se puede decir que el Surf, como parte esencial de mi vida y de mis viajes, esta vez volvió a jugar un papel crucial, en este caso para la elaboración del libro, incluso cuando no contaba con ello.

¿Cómo crees tú que afecta el surf en nuestra sociedad?

Si tiene que haber “postureo”, mejor con el surf que con las drogas o el alcohol. Esta es una tendencia de la nueva sociedad que surge por la crisis. Valorar más el contacto con la naturaleza, la familia, los viajes,… Y eso implica acercarnos más a la salud y la felicidad.

Por otro lado, el contacto con el mar y el ambiente del surf equilibran psicológicamente. No hablo de endorfinas y otras aspectos que reducen al hombre a la biología pura y dura, sino de saber que estás haciendo algo puro al conectarte y adaptarte a la naturaleza en movimiento; y asimismo, al relacionarte con gente que tiene una mente más libre y más limpia de superficialidades que la mayoría.

Por otro lado, desde un punto de vista físico, mejoran tu capacidad cardiopulmonar, tu tonificación muscular y tu coordinación y, en general, provoca entre los que lo practican una mejora de la salud física.

El trágico suceso que este profesor vivió en sus carnes, de algún modo cambio su manera de entender la vida e hizo que emprendiese un largo viaje. Las anécdotas, vivencias y conocimientos que extrajo de esas experiencias se pueden encontrar en el libro de David Jurado, “EL BOSQUE NO DEJA VER LOS ÁRBOLES.”