27 Nov EN EL BACK STAGE DE UN CAMPEONATO
Texto Víctor Gallego / Fotos FESurf
El despertador suena temprano y el destino es lejano. Son horas de movimiento, de preparación y de nuevas experiencias; la parte de atrás de un campeonato de surf requiere dedicación y esfuerzo por parte de los organizadores, para que cuando el equipo llega al frente, todo el arsenal esté preparado para disparar.
En esta ocasión el destino es Canarias y el Campeonato el de España de Bodyboard. Los preparativos empiezan semanas, meses o incluso un año antes.
El teléfono de cualquiera de los organizadores no para de sonar: prensa, colaboradores, patrocinadores, participantes… un trajín de llamadas para dar cuerpo y forma al momento más esperado por los deportistas, la competición.
Para ellos y por ellos se organizan estos eventos, los deportistas son el alma mater, la razón de ser de una competición. Todo el despliegue sería en vano, si no fuera para darles visibilidad a ellos y a sus altos vuelos y maniobras imposibles.
Los días previos se van sucediendo entre horas solitarias de trabajo en frente de un ordenador y momentos entrañables que forjan el carácter del equipo. Cada miembro de éste se hunde en sus propias tareas diarias, el zapatero a sus zapatos, el equipo de comunicación a comunicar y el de organización a organizar.
Todo un entresijo de tareas se entremezcla con el salitre que reina en el exterior, que por momentos hace que el cerebro realice conexiones entre sus neuroreceptores más intensas de lo habitual. A veces con fructíferos resultados, a veces con un fracaso estrepitoso frente a una hoja en blanco que no se es capaz de rellenar más que con burdas líneas rojas que marcan la diferencia entre lo bueno y lo malo, el éxito y el fracaso.
Las fechas bailan en el calendario al son de las previsiones meteorológicas. El comité de sabios, que responde al nombre de dirección técnica, sopesa cada una de las alternativas para tomar la decisión más acertada. Mientras tanto, los competidores calientan motores en baños libres que les sirvan de sparring para hacer un gran papel durante su campeonato. El equipo de comunicación busca contenidos que refuercen y den valor a las pruebas, a la ciudad y al deporte en el que se compite.
Un evento de estas características suele ser un gran atractivo para los destinos en los que se disputan los campeonatos, los competidores y los espectadores fomentan un tipo de turismo que va in crescendo: el turismo de acción, de deporte y emoción.
Todo este trabajo de preparación pasa a un segundo plano en cuanto llega el día señalado y la hora prevista. Suenan las bocinas y los participantes hacen el check in en sus mangas. Es ahí cuando arranca el campeonato.
Foto ©Eugenio Prados ( @eugeniopra2)
El jefe de jueces da la orden de inicio y saltan al agua las primeras mangas que van dando paso a las ansiadas semifinales y finales de cada categoría. Los jueces, mientras hacen de psicólogos de los competidores, lanzan las primeras informaciones que el speaker traduce para todos. Ya que este, es un deporte en el que el vencedor no es el que más tantos anota sino el que de mejor calidad lo hace.
Las puntuaciones empiezan a demostrar la teoría de la selección natural de Darwin y ya solo los que mejor se adaptan a las caprichosas olas son los elegidos para disputar el título en juego.
Cámaras y ¡acción! De todos los deportes que existen, algunos de los más agradecidos visualmente se practican en el mar, evocan la libertad, la adrenalina, la paz o la emoción de sentir el corazón latir a otra revolución. Mostrar todo eso es la tarea de las personas que hay detrás del objetivo; en las mejores o en las peores condiciones siempre salen a mostrar lo especial de cada ola, de cada participante… un resumen, un directo o un disparo que hace que se detenga el tiempo en un instante.
Tras varios días de competición el cansancio acumulado de los días fuera de casa empieza a pasar factura a todos los integrantes del equipo que hay detrás de la organización de un campeonato. Y el último día, entre el éxtasis de las finales y el arreón de las últimas horas, hace que el trabajo de toda la semana cobre sentido.
Se acerca las finales, las fuerzas flojean pero no la ilusión. La suerte está echada y solo queda conocer a los campeones… los gritos, la emoción y la competición se vive en las improvisadas gradas que rodean los picos, un terreno de juego inigualable.
Cuando todo sale bien, los ganadores se van a casa con su ansiado título y los organizadores con la sensación de haber hecho los deberes. Se echa el telón y se apagan las luces. Toca preparase para que en la siguiente prueba todo salga como al principio. El despertador suena temprano y el destino es lejano.
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