LOS ARRECIFES MÁS CONTAMINADOS

Los arrecifes de coral, que son esenciales para la biodiversidad marina y las economías costeras, enfrentan múltiples amenazas que contribuyen a su deterioro. Una de las principales razones es el cambio climático, que provoca el aumento de la temperatura del mar y la acidificación de los océanos.

 NEOM en Unsplash

Las problemáticas detrás de la destrucción de los arrecifes

Según el el grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático(IPCC), desde la década de 1980, se ha registrado un aumento de aproximadamente 0.13°C por década en la temperatura superficial del mar. Este aumento de temperatura provoca episodios de blanqueamiento de corales, donde los corales expulsan las algas simbióticas que les dan color y nutrientes. En el 2016, más del 90% de la Gran Barrera de Coral experimentó blanqueamiento, con un 22% de coral muerto en su totalidad como consecuencia de este fenómeno.

Otra causa significativa de daño es la contaminación por plásticos y microplásticos. Se estima que cada año, entre 4.8 y 12.7 millones de toneladas de plástico ingresan a los océanos, según un estudio publicado en la revista Science.

Estos plásticos no solo causan daños físicos a los corales y otras especies marinas, sino que también liberan químicos tóxicos al descomponerse. Un estudio del Journal of Marine Biology reveló que los corales en contacto con plástico tienen una probabilidad de enfermedad aumentada en un 89%, lo que afecta su crecimiento y capacidad de reproducción. Los microplásticos, en particular, pueden ser ingeridos por la fauna marina, acumulándose a lo largo de la cadena alimentaria y causando efectos tóxicos.

La escorrentía agrícola y la contaminación por nutrientes también juegan un papel crucial en el deterioro de los arrecifes de coral. Fertilizantes y pesticidas utilizados en la agricultura llegan a los mares a través de la escorrentía, provocando eutrofización, un proceso donde el exceso de nutrientes favorece el crecimiento desmedido de algas. Estas algas pueden sofocar a los corales, bloqueando la luz solar y alterando los equilibrios ecológicos.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) informa que más del 80% de los arrecifes del Caribe están amenazados por la escorrentía de nutrientes y sedimentos. Este proceso no solo daña a los corales sino que también afecta a toda la biodiversidad marina que depende de los arrecifes.

Finalmente, las actividades humanas como la pesca destructiva y el turismo no regulado contribuyen significativamente al daño de los arrecifes. La pesca con explosivos y cianuro, aunque ilegal, sigue siendo una práctica en algunas regiones, causando daños físicos devastadores a las estructuras de coral.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el 55% de los arrecifes de coral del Sudeste Asiático están en riesgo debido a prácticas de pesca insostenibles. Además, el turismo no regulado lleva al anclaje en áreas de coral, al tráfico de embarcaciones y al contacto físico directo de los turistas con los corales, lo que puede provocar su ruptura y muerte. La sobreexplotación turística ha sido identificada como una amenaza principal para arrecifes en lugares como Tailandia y Filipinas.

Los arrecifes de coral están siendo dañados por una combinación de factores interrelacionados, incluidos el cambio climático, la contaminación plástica, la escorrentía agrícola y las actividades humanas destructivas.

Cada una de estas amenazas contribuye al deterioro de estos ecosistemas vitales, resaltando la necesidad de acciones urgentes y concertadas a nivel global para proteger y restaurar los arrecifes de coral. La implementación de políticas ambientales más estrictas, la promoción de prácticas sostenibles y la educación pública son esenciales para asegurar la supervivencia de estos importantes ecosistemas marinos.

Los arrecifes más contaminados

Gran Barrera de Coral, Australia

La Gran Barrera de Coral, el sistema de arrecifes más grande del mundo, está gravemente contaminada, sobretodos por la escorrentía agrícola. Esta escorrentía lleva nutrientes y pesticidas al mar, promoviendo el crecimiento excesivo de algas que sofocan los corales y reducen la calidad del agua.

Según el Great Barrier Reef Marine Park Authority, más del 80% de la contaminación por nutrientes en esta área proviene de la agricultura. Este problema, combinado con el blanqueamiento de corales debido al aumento de las temperaturas marinas, ha causado una pérdida significativa de coral vivo, estimada en un 50% en las últimas tres décadas.

Arrecife Mesoamericano, Caribe

El Arrecife Mesoamericano, que se extiende por México, Belice, Guatemala y Honduras, enfrenta una alta carga de contaminación por aguas residuales, plásticos y productos químicos agrícolas.

La Fundación Healthy Reefs for Healthy People reporta que cerca del 60% de los sitios monitoreados en este arrecife están en condición crítica o en alto riesgo debido a la contaminación. Los desechos plásticos y las aguas residuales no tratadas afectan gravemente la salud de los corales y la biodiversidad marina en esta región, además de poner en peligro la industria turística y pesquera local.

Arrecifes del Sureste Asiático (Filipinas, Indonesia, Malasia)

Los arrecifes de coral en el Sureste Asiático, que involucran Filipinas, Indonesia y Malasia, son algunos de los más biodiversos del mundo, pero también de los más contaminados. Las principales fuentes de contaminación incluyen la escorrentía agrícola, residuos plásticos y prácticas de pesca destructiva como el uso de explosivos y cianuro.

Un informe del World Resources Institute indica que más del 95% de los arrecifes en Filipinas están en riesgo debido a actividades humanas. Esta contaminación ha llevado a una disminución drástica en la salud de los corales y la pérdida de hábitats cruciales para muchas especies marinas.

Arrecife de Coral de Belice

El arrecife de coral de Belice, parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano, sufre de contaminación por aguas residuales, plásticos y escorrentía agrícola. La presión del turismo sin control también contribuye a su deterioro.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas en la agricultura cercana es una de las principales causas de contaminación. Esto ha resultado en la degradación de los corales y una disminución notable de la biodiversidad marina en la región.

Acciones para el cambio

Estos ejemplos destacan la gravedad de la situación que enfrentan los arrecifes de coral en todo el mundo. La contaminación, en sus diversas formas, es una amenaza persistente y creciente que requiere una respuesta global coordinada.

Es fundamental implementar políticas ambientales más estrictas, promover prácticas sostenibles y aumentar la conciencia pública para proteger y restaurar estos valiosos ecosistemas marinos. La acción concertada a nivel local, nacional e internacional es esencial para asegurar el futuro de los arrecifes de coral y la biodiversidad marina que sustentan.

Para proteger los arrecifes de coral, es fundamental adoptar una serie de estrategias que aborden las amenazas principales que enfrentan estos ecosistemas críticos.

En primer lugar, se debe implementar y reforzar la creación de áreas marinas protegidas (AMP). Estas zonas, donde se prohíben actividades destructivas como la pesca con explosivos y la recolección de corales, ofrecen refugio a los ecosistemas de arrecifes y permiten que las poblaciones de corales y peces se recuperen.

Las AMP también juegan un papel clave en la reducción de la presión sobre los arrecifes y en la preservación de la biodiversidad marina. A nivel global, la expansión y el fortalecimiento de estas áreas son esenciales para la protección efectiva de los arrecifes.

En segundo lugar, es crucial abordar las fuentes de contaminación que afectan a los arrecifes. Esto incluye reducir la escorrentía agrícola que lleva nutrientes y pesticidas al mar, así como gestionar de manera más efectiva los desechos plásticos.

La implementación de prácticas agrícolas sostenibles, como la agricultura de conservación y el uso de fertilizantes de liberación lenta, puede disminuir la cantidad de nutrientes que llegan a los océanos. Además, la promoción de alternativas al plástico y la mejora de la gestión de residuos urbanos son esenciales para reducir la cantidad de plásticos que terminan en los océanos y afectan a los arrecifes de coral.

Finalmente, la restauración activa de los arrecifes es una estrategia clave para proteger estos ecosistemas. Proyectos de restauración como el cultivo y la replantación de corales pueden ayudar a rehabilitar áreas degradadas y fomentar la recuperación de los arrecifes. La investigación científica también juega un papel crucial al desarrollar corales más resistentes al estrés térmico y a las enfermedades. Además, la educación y la sensibilización pública son necesarias para fomentar la participación comunitaria en la conservación y el uso responsable de los recursos marinos.

La combinación de estas acciones puede ayudar a asegurar la salud y la resiliencia de los arrecifes de coral para las generaciones futuras.

Foto de portada: NEOM en Unsplash

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