05 Dic ENERGÍA SUTIL Y ALIMENTACIÓN
Hoy os contaré sobre la energía sutil que da alimento a la materia y de la alimentación que da la vida.
En ciertas tradiciones orientales, la energía no sólo se emite hacia afuera, sino que también es captada por el organismo. Ya sea a través de la respiración, de la alimentación o a través de la activación de los vórtices de energía llamados chakras (éstos no están situados en el cuerpo físico sino en lo que podemos denominar como aura y se pueden comparar a los plexos; centros de donde confluyen terminaciones nerviosas junto con otras del sistema circulatorio y linfático).
Según el Yoga las fuerzas primarias de la naturaleza tienen tres tipos de cualidades que se conocen con el nombre sánscrito de gunas, que significa “lo que amarra”.
Son éstas las que mantienen a todo ser vivo al mundo externo. Todo lo que existe contiene una combinación de estas tres fuerzas, que se pueden entender como formas diferentes en que se presenta la energía o como cualidades de esta que se manifiestan en el cuerpo físico y también en la mente.
Estas tres cualidades energéticas son:
Rajas
Se denomina así a la energía aplicada al cambio, a la renovación. Es movimiento, actividad. Cuando se manifiesta se produce un desequilibrio hasta lograr un nuevo estado y muy pronto se transforma en sufrimiento.
Es la fuerza que alimenta la pasión, la motivación. La cualidad de esta energía es ir a la acción y a la satisfacción de los deseos, de manera que si se sigue una dieta básicamente rajásica el cuerpo estará preparado para realizar esfuerzos, pero la mente irá de aquí para allá, sin encontrar descanso y sin fijarse en ningún objetivo en particular.
Esta energía provoca sensación placentera pero fugaz.
Pueden reconocerse a los alimentos rajásicos por su intensidad: son demasiado salados, dulces, amargos, calientes, ácidos como picantes o aromáticos. Por lo general contienen muchas especies y tienden por su contenido a excitar e intoxicar el organismo.
También se consideran alimentos rajásicos aquellos que son absolutamente secos o que no contienen aceites. La sal hay que usarla con suma moderación o prescindir de ella. Su efecto ayuda entre otras cosas a la retención de líquidos lo cual aumenta la presión interna del cuerpo.
La carne y el alcohol son alimentos rajásicos. Si bien es cierto que las proteínas animales pueden ser necesarias en ciertas etapas del desarrollo, también se constata a las personas que saben escuchar su propio cuerpo que tienden a consumirla en menos cantidad a medida que se hacen mayores. Entre los alimentos que contienen energía rajas se pueden mencionar huevos, leche en exceso y sus derivados, bebidas alcohólicas, carnes, pescados, cafés, tés.
Tamas
Es la fuerza opuesta a Rajas. Es la inercia, lo que se opone a todo tipo de cambio. Es la quietud, la pesadez, lo más grosero y material; por lo tanto se puede considerar como lo menos útil y espiritual.
Implica inercia, pesadez, estupidez. Por eso las personas con mayor energía tamásica son básicamente egoístas, su respeto hacia los demás es ínfimo, ya que lo más importante para ellos es que nada se mueva.
Una actitud tamásica es comer mucho más de lo necesario. Esto es perjudicial al cuerpo y también debilita el intelecto y la intuición. A medida que el alimento cocinado se guarda, adquiere características tamásicas, de manera que es necesario consumirlos una vez que se hayan templado.
Son tamásicos los alimentos no perecederos como por ejemplo los cereales y los que comienzan a oler. Este tipo de alimentos inducen al sueño: el chocolate, los azúcares refinados la grasa y las féculas.
Sattva
La fuerza equilibradora que tiende a crear el balance entre las dos anteriores. Es la cualidad de la mente, de la inteligencia. Busca la estabilidad desde un movimiento ascendente y luminoso. Se relaciona con la virtud, con la bondad; por esta razón provee una felicidad y una paz duraderas. Es la fuerza que alimenta el amor.
Compromete a la espiritualidad, compasión, solidaridad y amor. Quienes tienen un temperamento sáttvico tienden a la pureza, sienten amor hacia los demás, son humildes y religiosos.
Siempre que sea posible, conviene comer alimentos crudos principalmente frutos secos, verduras, cocos, tubérculos, legumbres y frutas.
La manera de preparar legumbres consiste en ponerlas en remojo hasta que estén lo suficientemente blandas como para no crear problemas con su digestión, o bien comerlas en forma de brotes. Otra manera es dejarla secar y hacer luego harinas con la que se preparan panecillos u otros platos.
Son preferibles las verduras que crecen sobre la superficie terrestre que las raíces que desarrollan en el subsuelo. La leche natural y el yogur están considerados también como alimentos sáttvicos al igual que los aceites vegetales.
Para completar la alimentación es necesario beber agua en cantidad suficiente, o bien antes de las comidas o después, pero nunca durante. También es conveniente hacer intervalos regulares y tomar estrictamente lo necesario.
Este tipo de alimentación siempre que sea lo suficientemente variado provee de todos los elementos que el cuerpo necesita, permite disponer de una gran cantidad de energía, despeja la mente y ayuda a combatir cualquier tipo de enfermedad.
Los alimentos sáttvicos tienen un poderoso efecto sobre las capacidades intelectuales ya que, al mismo tiempo que nutren y preparan para la acción, también relajan y logran que el actuar sea sereno. Esta cualidad los hace sumamente importante para el desarrollo de las potencialidades mentales y espirituales.
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