12 Sep NICOLÁS MARIN: AMOR INCONDICIONAL POR EL OCÉANO
A los veinte años, Nicolás Marin encontró su vocación en el océano y en el activismo ambiental. Trabaja como fotógrafo submarino para un grupo de investigación que estudia el comportamiento de determinados grupos de especies acuáticas. Y por otro lado, alza su voz constantemente en contra de distintas problemáticas que afectan al medio ambiente.
Trazar un camino diferente
Desde niño despertó sensibilidad por todo lo que hay en la naturaleza. Pasaba horas y horas frente al televisor de su casa en (San Miguel, Buenos Aires) viendo documentales en National Geopraphic y Animal Planet. Sembró en su corazón el sueño de convertirse en uno de esos exploradores que mostraban en la pequeña pantalla; sin embargo, “percibía eso como algo muy lejano ¿sabes? Pensaba que a la televisión solo llegaban los famosos, era un sueño y no sabía de qué manera alcanzarlo” dice.En esa época no pensó que llegaría a alcanzar esa fantasía.
Cuando llegó el día de escoger carrera universitaria, Nicolás decidió crear la suya propia. Asistió distintos cursos relacionados con áreas creativas: marketing, publicidad, comunicación, fotografía, cine y arte. Tomaba todos aquellos que le ayudaran a formarse como él quería. Empezó a trabajar en agencias de publicidad y al mismo tiempo jugaba tenis de manera profesional. Aun así, la sensación de que le faltaba algo era recurrente, en el fondo sabía que tenía que trabajar en algo que implicara sus intereses más profundos: la aventura, el océano y el medio ambiente.
Un día Nicolás fue empujado nuevamente al sueño que tuvo de niño, esta vez para hacerlo realidad: “En la escuela que estudiaba publicaban ofertas laborales, un día apliqué a la de una ONG en Cozumel, México, para ser fotógrafo submarino. Era un riesgo porque nunca había hecho fotografías debajo del agua y tampoco sabía bucear, Aun así, envié toda mi experiencia, expliqué mis ganas de acercarme a algo que de niño quería alcanzar, pero no sabía cómo”, refiriéndose a la forma que su sueño de la niñez parecía haber saltado de golpe nuevamente, esta vez para hacerse realidad. De un día para otro empacó maletas para empezar su propia aventura.
Encontrarse en la profundidad
Al llegar a México tuvo que aprender a bucear, porque sino buceaba bien no iba a poder tomar buenas fotografías. Con la certificación como dive master, empezó a especializarse en fotografía submarina, que implica un constante aprendizaje.
Una de las preguntas más recurrentes que le hacen es si le da miedo su trabajo, porque la idea de tener en frente a un animal desconocido puede resultar aterradora para cualquiera. En el caso de Nicolás el conocimiento que ha adquirido al trabajo con los biólogos y científico le dan la tranquilidad de que: “ningún animal ataca porque sí, no va a atacarte por el solo hecho de lastimarte” En cambio, describe la experiencia de otra forma:
“Siento mucha adrenalina al estar frente a un animal de doce metros, pero después se convierte en felicidad. Hay que estar relajado y alerta, pero el miedo extremo es más de las películas”.
El océano nunca dejará de sorprenderle, cada vez que entra al agua no sabe con exactitud con qué se va a encontrar “puedes estar buscando algo en especifico y terminas cruzándote con algo que no estaba en tus planes. Una vez estábamos buscando barcos hundidos y de repente una mantarraya nadó junto a mí. Vos bajas y puedes encontrarte lo que sea”.
Confiesa que si pudiera tener un súper poder le gustaría ser Aqua Man “para poder sumergirme en el agua sin ningún equipo y así poder entender y comunicarme con los animales. Ser como un pez y a la vez adaptarme afuera del agua como una persona”
Información para el cambio
Aparte de tomar fotografías, Nicolás ha aprendido más sobre el océano y entré más lo descubre más amor y responsabilidad siente con él, le preocupa de sobremanera los efectos de la contaminación y la inconsciencia que hay aún sobre esta problemática. Por eso, todos los días utiliza las redes sociales para acercar el océano a sus más de 10,000 seguidores:
“Desde mi trabajo quiero acercar un poco del océano a las personas, que lo conozcan y vean por qué es importante para nosotros. El 70% del oxigeno que respiramos proviene del océano, razón suficiente para cuidarlo”.
Nicolás no se dedica a informar pues sabe que al poseer toda esa información tiene la responsabilidad de actuar en pro de la conservación y protección. Ha organizado limpiezas de playas y a estado involucrado en proyectos enfocados a concientizar sobre los problemas ocasionados por las basuras plásticas y otros residuos en los océanos.
El año pasado fue el impulsor del desafío #1BottlerCigarretye el cual tuvo repercusión en todo el mundo. El reto consistía en llenar una botella de plástico con colillas de cigarrillo cada vez que las personas fueran a la playa, y personas de todas partes lo hacía y subía las fotográficas a las redes sociales.
Aparte de retos, Nicolás trabaja con organizaciones y escuelas dando charlas sobre conservación. Quiere transmitir el amor por el océano a las futuras generaciones “los chicos son la semilla, serán ellos los adultos del mañana y por eso debemos educarlos” .
“Aprender a vivir con la naturaleza, no vivir de ella”
A causa de la pandemia, Nicolás regresó a su país y en medio del confinamiento quiso emprender un proyecto al que llamó Plástico Cero, con la idea de ayudar a las personas a mejorar sus hábitos para optar por unos más sostenibles. Porque si pudiera cambiar algo inmediatamente, Nicolás no duda en asegurar que sería la contaminación causada por plásticos:
“los plásticos están viéndose mucho en los océanos, contaminando nuestras aguas, nuestra fuente de vida. Si el océano se deteriora también se deteriorará nuestra vida”.
Quiere que todas las personas “entendamos la conexión que tenemos con la naturaleza porque parece que por el hecho de vivir en la ciudad nos olvidamos de ella; queremos exprimir todo a nuestro paso cuando en realidad es en la naturaleza que está todo” por una sociedad mucho más consciente. Mi mayor sueño es que todos entendamos que “no tenemos que vivir de la naturaleza sino vivir con la naturaleza”.
Cuando Nicolás no está en el agua o una actividad en pro del medio ambiente, dedica su tiempo a ver películas y documentales en busca de inspiración. Sus referentes más grandes se desempeñan en distintos campos: “Jack Cousteu, Sylvia Earle, Jane Goodall, Paul Nickel han dejado una huella en mí”.
Nicolás demuestra que la edad no importa para alcanzar nuestros sueños y lo más importante poder dejar una huella positiva, ya que por más pequeña que sea, contribuye a un gran cambio.
Foto de portada: Nicolás Marin
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