14 Mar MEJORANDO VIDAS TRAS UN TSUNAMI EN SRI LANKA
Hemos visto que Sri Lanka es otro de esos paraísos de olas que una vez en la vida, es digno de visitar. Vida salvaje, olas para todos los niveles, una cultura diferente…
Y es que si a la vez de visitar un lugar, somos capaces de dejar nuestro granito de arena en la comunidad local, más felices seremos todos.
Ejemplo de ello son los chicos que han creado la Ong Nsp, cuyas siglas significan “Nitharama sathutin Project”, “siempre feliz” en sinhala. Fue fundada en 2004 con el propósito de mejorar la calidad de vida de los habitantes de las aldeas más afectadas por el tsunami ocurrido en Sri Lanka en diciembre de ese mismo año.
En todo el país murieron un total de unas 30000 personas, y otros miles de personas vieron completamente truncadas sus vidas, tanto en lo material como en lo personal. La mayoría de los habitantes de esta zona costera eran pescadores y perdieron su trabajo, ya que la mayoría de la pesca huyó de esta parte de la costa oeste de la isla, nada más ocurrir el tsunami. El turismo también era una buena fuente de puestos de trabajo y, al estar la mayoría de los hoteles a escasos metros de la orilla del mar, la gran ola supuso volver a empezar para muchos de ellos, teniendo que superar además de las pérdidas humanas, este gran problema de la pérdida de sustento y razón para vivir.
Hemos hablado con ellos, ¡conoce su gran historia!
Surfer Rule: ¿Cómo y cuándo comenzó la idea de la ONG Ayuda Sri Lanka?
Ayudas Sri Lanka: La idea se materializó tras el tsunami de 2004. Pero la organización fue fundada por Luis Carlos Domínguez Dafauce, un joven surfista que de forma ocasional visitaba el país para aprovechar sus olas y disfrutar de este emocionante deporte.
Tras el horrible suceso, decidió aportar todo lo que estaba en sus manos para ayudar a la comunidad de Tothagamuwa, un área donde el número de personas afectadas y muertes fue mucho mayor, dado que en el momento en el que llegó la gran ola un tren iba atravesando la zona.
S.R: ¿Cuáles son los objetivos?
A.S.R: Inicialmente, el centro de Tothagamuwa quedó disponible para todas las personas como lugar de referencia para visitas médicas, distribución de materiales, agua, comida y cualquier tipo de ayuda que fuera necesaria. También se establecieron planes de micro donaciones para ayudar a la creación de empleo. Además, se donaron herramientas y útiles para profesionales que se adquirieron en la misma isla.
Con el paso de los años, una vez que la emergencia humanitaria se estabilizó, el centro de Hikkaduwa quedó conformado como lugar de referencia para todos los niños y familias de la comunidad, para que éstos pudieran tener un lugar donde poder continuar su educación en igualdad de condiciones, y donde de forma continua a través del personal local, e intermitente a través de nuestros voluntarios, se hace soporte en educación, orientación laboral y sanitario.
S.R: ¿Qué se hace en el centro?
A.S.R: El centro tiene una asistencia diaria de una media de 150 niños. Es un entorno saludable, donde se estudian no sólo de las materias del colegio, sino también se proporciona educación sanitaria, medioambiental, sexual, etc. Y se trata a cada persona según sus necesidades. Nuestro reto era que unos de nuestros niños accediera a la universidad y lo conseguimos hace ya unos años, de hecho estuvo participando como profesor durante un año. Una gran alegría para nosotros.
Desde 2015, los programas de voluntariado y ayuda sanitaria corren a cargo de dos profesionales españoles: Neus Gómez, enfermera, y Sergio España, médico, actuales Directores de la Organización. Decidieron viajar hasta el país para conocer la zona y profundizar en sus necesidades, dándose cuenta de que había un gran déficit de educación sanitaria de la comunidad. La incorporación de Neus y Sergio supuso un antes y un después en esta pequeña ONG.
S.R: ¿La zona en la que realizáis el trabajo, qué características tiene como lugar?
A.S.R: Hikkaduwa es una de las zonas de Sri Lanka con las mejores playas para practicar surf, buceo, snorkel y disfrutar de la naturaleza y fauna marina en plena libertad. Si te adentras en la zona interior, donde abundan las palmeras con ese verde intenso que le caracteriza, y donde además se puede encontrar la cara más autóctona y real de la zona, el panorama es espectacular.
Esto, en combinación con la bondad, simpatía y generosidad de su gente, lo hacen un lugar único para poder desarrollar un viaje con conciencia.
S.R: Vuestro trabajo se enfoca en 3 planes, ayuda médica, empleo y pensiones compensatorias. ¿Cómo actuáis en cada uno?
A.S.R: Con el paso de los años los objetivos han ido cambiando según las necesidades que se han ido planteando. Actualmente, los tres pilares principales del trabajo se basan en la educación, orientación laboral y sanidad.
En el ámbito de la educación, se realizan talleres tanto para niños como para adultos enfocados a la prevención primaria de muchas enfermedades que se pueden controlar llevando unos hábitos de vida saludables.
Con respecto a la orientación laboral, damos soporte a adolescentes y adultos para sacar partido de sus mejores destrezas e impulsarles al mundo laboral. Se realiza además orientación en cuanto a los posibles estudios a llevar a cabo y las diferentes posibilidades y, por otro lado, se fomenta la inmersión laboral de mujeres para impulsar a su vez su empoderamiento.
La actividad sanitaria se realiza mayormente con ayuda de nuestros voluntarios. Anualmente, un grupo de voluntarios visita la zona mínimo durante un mes, incluyendo perfiles sanitarios en el grupo, para la realización de actividades de prevención primaria, chequeos médicos gratuitos y detección de enfermedades potencialmente graves.
S.R: ¿Qué nos podéis decir de las gentes de Sri Lanka en general? ¿Cómo es su estilo de vida?
A.S.R: ¡Solo cosas buenas! Es una isla tranquila y segura, donde conviven todo tipo de estatus sociales. Son súper amables, bondadosos, te ayudan en todo lo que puedan y si no pueden… buscan la manera de conseguirlo.
Te regalan amor y sonrisas allí donde vayas. Cabe decir que, con la apertura internacional y la llegada masiva del turista, te encuentras más picardía en los negociantes de las zonas masificadas, evolución y supervivencia imaginamos, pero la base y la bondad sigue encontrándose en cada persona que te encuentras por el camino.
Su estilo de vida es el propio de un país con tradiciones basadas en la religión. Son muy trabajadores, dedicados y respetuosos con todo el mundo.
S.R: ¿Y de su cultura? ¿Qué cosas os han cautivado?
A.S.R: Nos ha cautivado todo, es un país en el que se puede viajar tranquilamente y solo sin sentir inseguridad ni la invasión de tu espacio por parte de los locales, como ocurre en otros países de Asia.
Sus tradiciones, festivales, su gente, sus playas, su arte, su conciencia con y para la naturaleza, las sonrisas interminables y su bondad son los principales factores que nos enamoraron.
S.R: ¿Qué cosas no te puedes perder si viajas a Sri Lanka?
A.S.R: Lo tiene todo: belleza natural con paisajes de ensueño, riqueza multicultural con mucha historia, pintorescas localidades con vivo colorido, apego a sus tradiciones, pero con ciudades modernizadas y unas playas que representan un auténtico paraíso. Y lo más importante, la conciencia de seguir cuidando su naturaleza.
Basándonos en nuestra experiencia y recomendaciones locales, en Sri Lanka no te puedes perder:
– Visitar Sigiriya o la Roca León, considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1982, o a PIrudangala, para verla desde otra colina a lo lejos.
– Subir al Monte de Adán, a unos 2200 metros sobre el nivel del mar, para ver el amanecer desde el templo donde hay una señal que recuerda a una huella y que los budistas dicen que pertenece a Budha.
– Disfrutar de un viaje en tren cruzando el país, bien por el interior o el que recorre la costa oeste hasta llegar a Colombo. ¡Solo observar el paisaje es espectacular! ¡Es nuestra mayor recomendación para llegar o volver desde Hikkaduwa!
– Sentarte a ver la puesta de sol en cualquier playa y esperar, siempre conoces a alguien que te acaba dejando huella con su historia y profunda sonrisa.
– Visitar los templos de Anuradhapura y Polonnaruwa.
– Bañarte o hacer snorkel en las playas de Hikkaduwa o Unawatuna.
S.R: ¿Qué pueden hacer las personas para contribuir con vuestro proyecto?
A.S.R: Pueden colaborar de distintas formas, tenemos varias opciones para ello.
– Voluntariado internacional (colaboración en terreno) en función de sus perfiles personales y profesionales, para continuar con la educación, orientación laboral, educación sanitaria.
– Voluntarios en España, que quieran aportar su granito de ayuda ya sea en la realización de talleres (como por ejemplo jornadas de Yoga solidario), venta de ropa usada en mercadillos benéficos para recaudar fondos… o recogida de material escolar para poder ir llevando al centro según necesidad.
– Colaborar económicamente mediante donativos de una forma transparente, con el reto activo en la plataforma migranodearena.org.
De todas las experiencias que hemos vivido realizando este trabajo, es difícil quedarse sólo con un recuerdo. Quizá, los abrazos reales de los más pequeños y el amor que se recibe.
Hubo una historia que nos marcó. Un vecino de la comunidad, una noche nos invitó a su casa, y allí conocimos a su mujer y su suegra, afectados por el tsunami años atrás. Durante la visita pudimos profundizar en la historia de vida de aquella familia, de tal manera que, sin poder contener las lágrimas por todo aquel relato de supervivencia, aprendimos una gran lección.
¿Quieres donar a esta gran causa? Puedes hacerlo aquí.
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