25 Jul LA UNIÓN ENTRE SURFISTAS MARROQUÍS Y ESPAÑOLES
Hablamos de derechas interminables, olas de ensueño y mucho cous cous. Pero hablar de Marruecos implica muchas más cosas.
Por ello, hemos hablado con nuestros amigos de Triángulo Surf Morocco para que nos aporten su testimonio sobre la cultura, el emprendimiento en este lugar y su visión sobre una de las zonas más de moda del momento: Taghazout.
Los comienzos
Está claro que en Marruecos, en especial en la zona de Taghazout, existen muchos alojamientos y surf camps. Es una zona en auge y que cada día crece más. Pero, no muchos han surgido de una alianza entre surfistas marroquís y españoles.
Este es el caso de Triángulo Surf Morocco, una iniciativa con un origen particular.
Todo esto nace de un viaje que hice por casualidad a Marruecos con dos amigos. Estuvimos casi un mes, y todos los días comíamos y cenábamos junto con los locales del lugar donde nos alojábamos, entre los que estaba el dueño, Karim. Entre broma y broma empezó a surgir la idea de hacer un surf camp. Pero todo avanzó, desarrollamos la idea y en marzo de 2019 comenzamos con todo. – Alex Gontán, de Triángulo Surf.
Y es que lo que parecía ser una idea alocada, terminó haciéndose realidad. En parte, “emprender en Marruecos no es tan difícil como en España”.
“No hay tanta ley, ni impuestos que te ahogan antes de empezar. Pero tiene otras dificultades como es la burocracia, que si en España decimos que va lento, aquí parece que no avanza”. – Alex Gontan.
Fotos: Triángulo Surf
Además, a pesar de que al principio puede parecer fácil, el simple hecho de realizar compras es una tarea que lleva más de la cuenta. Mientras que en España vas y pagas un precio, en Marruecos prácticamente nada tiene precio fijo, lo que implica mucho más tiempo y energía.
“Se necesita mucha paciencia. Nada tiene precio fijo y todo es negociar y regatear. Hay días en los que terminas con la cabeza como un bombo de tener que negociar hasta un asiento de madera. Pasamos días y días en el mercado regateando todo lo que necesitábamos para el negocio. Eso sí, si ven a algún Europeo el precio ya se incrementa por diez. Pero tener a Karim de socio ha facilitado mucho las cosas, en todos los sentidos”. – Alex.
Y es que, la variedad entre la cultura española y la marroquí es en parte, lo que hace especial a este lugar. Karim, el socio marroquí, ha sabido aprovechar sus años de experiencia en España para mezclar ambas culturas.
“He vivido en casi todas las partes de España y Francia. Actualmente vivo entre Marruecos y Holanda, donde reside mi mujer. Desde pequeño en Marruecos me he mezclado con los turistas y siempre me ha gustado. Todas las experiencias que he tenido han contribuido a que Triángulo sea así. Intento trasmitir tranquilidad y confianza a la gente que viene, para que puedan gozar de unas buenas vacaciones, ya que muchos europeos que vienen tienen ese punto de desconfianza con el mundo musulmán”. -Karim.
Foto: Triángulo Surf
“Las puertas de mi apartamento siempre están abiertas y cualquier persona que se anime puede estar con nosotros, disfrutar de nuestra compañía y comer juntos, es lo que más me gusta, estar con el cliente y verlos disfrutar. Siendo así, he hecho muchos amigos de todas las partes del mundo”. -Karim
Tranquilidad a pocos minutos de Taghazout
Así ha surgido Triángulo Surf Morocco, un lugar situado en un pueblo llamado Imi Ouaddar, donde prima la tranquilidad y el ambiente familiar.
Un pueblo acogedor, tranquilo y a tan solo 5 minutos de la famosa bahía de Taghazout, el paraíso de las derechas interminables.
“Imi Ouaddar, contrariamente a Taghazout, es un lugar muy tranquilo, donde el silencio reina en las noches. El turismo que recibe este pueblo normalmente es local, y suele ser en verano. Por lo tanto es un lugar muy tranquilo para ir en la temporada de olas. Al no tener tanto impacto turístico de occidente como Taghazout, el comercio es local, y se agradece”.
Es así que Triangulo Surf Morocco ofrece una experiencia íntegra de lo que es Marruecos y sus gentes, mezclándolo con unas vacaciones de surf. Un proyecto que se basa en mostrar todos los detalles culturales de la zona, respetando a la gente local, aprendiendo de ellos y de su cultura. Y, al mismo tiempo, surfeando en playas con atardeceres mágicos.
“Queremos trasmitir, familiaridad, cercanía y seguridad, sin olvidarnos de ser profesionales. Queremos que toda persona que venga se sienta como en casa y parte de la familia. Porque para nosotros no hay mayor satisfacción que ver caras sonrientes diciendo que van a volver más pronto que tarde”.
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