01 Sep TRIBUS EN PELIGRO EN LA AMAZONIA
En la tragedia de la Amazonia, los incendios fueron unos de los más graves en los últimos años, y se cree que podrían tener un impacto en una región de 6,7 millones de kilómetros cuadrados.
Y es que tras los incendios, el modo de vida de las tribus indígenas que todavía habitan en la Amazonia, peligra todavía más. La BBC ha sacado un reportaje especial como símbolo para la ayuda a la preservación de estas tribus que son responsables de gran parte de la biodiversidad del planeta.
¡Los guardianes del medio ambiente!
Supervivencia amenazada
Los pueblos indígenas del Amazonas han sobrevivido durante miles de años por ellos mismos, protegiendo y conservando lo más valioso, la naturaleza.
Sin embargo, hoy en día la civilización moderna está suponiendo un verdadero peligro para su supervivencia. Sin más que decir de los incendios que han arrasado la Amazonia, otro de los problemas más a los que se enfrentan es a la supervivencia de la propia selva que, debido a la deforestación provocada por la industria maderera, la agricultura y la ganadería, cada año pierde cientos de kilómetros cuadrados de extensión.
Los pueblos indígenas se tienen que enfrentar a situaciones de violencia que conllevan otra amenaza a su supervivencia. En este sentido, la violencia que ejercen agentes como algunos gobiernos locales, empresas con intereses económicos en la zona, o la lacra del narcotráfico, constituyen un verdadero lastre a la hora de garantizar su supervivencia.
“En 1991 se demarcó el territorio de los indígenas Araribóia. A partir de ahí comenzamos a ser acosados por la invasión de los madereros”. – Olimpio Santos Guajajara, coordinador de Los Guardianes de La Selva, territoria indígena Araribóia.
Y es que la brigada de Los Guardianes de La Selva controla el territorio Araribóia: una de las más de 700 áreas indígenas protegidas, que constituyen un 3% de Brasil.
En la selva amazónica de Perú y Brasil, mineros y leñadores furtivos invaden los territorios ancestrales de los últimos pueblos indígenas aislados en el Amazonas.
Existen tribus a lo largo de la Amazonia que siguen viviendo y protegiendo la biodiversidad. Unas de ella comparten un territorio y se protegen entre ellos. Son los Guajajara y los Awá.
Tribu Guajajara
Muchos de los miembros de la tribu guajajara trabajan como Guardianes de la Selva voluntarios. Esta fuerza autoorganizada se dedica a defender el Territorio Indígena Arariboia de las invasiones de los madereros furtivos y a proteger a varias familias awá aisladas que todavía se mueven por la reserva.
Ir a por leñadores furtivos se ha convertido en una actividad muy común de estas patrullas.
Han incendiado camiones, requisado armas y motosierras y enviado a los enfurecidos taladores por donde habían venido. Los jefes de patrulla reciben constantes amenazas de muerte.
Los guajajara se hallan en una situación apurada, pero han adoptado estrategias de supervivencia desde sus primeros contactos con la civilización.
La mayoría de ellos sabe cómo es el mundo exterior; muchos han vivido en él.
Tribu Awá
Hoy la mayoría de los awá viven en comunidades asentadas cerca de puestos de control gubernamentales, donde tienen mejor acceso a artículos manufacturados tales como herramientas de metal, armas de fuego, medicamentos e incluso teléfonos móviles.
Esta tribu comparte la reserva Arariboia con los Guajajara, quienes les protegen. Los awá son especialmente vulnerables. Viven en grupos aislados y huyendo constantemente de las actividades de deforestación y otras actividades humanas que los amenazan.
Bandas de nómadas awá –el pueblo aislado, o «no contactado», más oriental de la Amazonia– viven en un estado de huida casi constante por culpa del gemido de las motosierras y, en la estación seca, por el humo de los incendios.
Los trenes que pasan junto a las comunidades indígenas de Tiracambu y Posto Awá fueron los “encargados” de destruir algo que tenían en común. Cuando la vía férrea se construyó en los años setenta y ochenta, dividió las tierras tradicionales de los awá.
Hasta un centenar de awá llevan una vida nómada en la selva amazónica, pese a la creciente presión de los colonos y madereros furtivos.
Cuenta la leyenda que un día hubo un incendio enorme en el bosque. Todos los animales huían despavoridos, pues era un fuego terrible. De pronto, el jaguar vio pasar por sobre su cabeza al colibrí…en dirección contraria, es decir, hacia el fuego. Le extraño sobremanera, pero no quiso detenerse. Al instante, lo vio pasar de nuevo, esta vez en su misma dirección.
Pudo observar este ir y venir repetidas veces, hasta que decidió preguntar al pajarillo, pues le parecía un comportamiento harto estrafalario: “¿Qué haces colibrí?”, le preguntó. “Voy al lago” – respondió el – tomo agua con el pico y la echó al fuego para apagar el incendio.
El jaguar sonrió. “¿Estás loco?” – le dijo. “¿Crees que vas a conseguir apagarlo con tu pequeño pico tu solo?” “No” – respondió el colibrí – “yo sé que solo no puedo. Pero ese bosque es mi hogar. Me alimenta, me da cobijo a mí y a mi familia, y le estoy agradecido por eso. Y yo lo ayudo a crecer polinizando sus flores. Yo soy parte de él y él es parte de mí. Yo sé que solo no puedo apagarlo, pero tengo que hacer mi parte”.
En ese momento, los espíritus del bosque que escuchaban al colibrí se sintieron conmovidos por la pequeña ave y su devoción hacia el bosque. Y milagrosamente enviaron un fuerte chaparrón, que terminó con el incendio.Las abuelas indias contaban esta historia a sus nietos concluyendo: “¿Quieres atraer los milagros a tu vida? ¡Haz tu parte!”
Foto de portada: Pixabay
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